Desorden en las Filas de los Gobernantes de EE.UU.

Necesitamos el Comunismo, No Democracia

29 de enero: muchas personas están hartas del racismo y la xenofobia de Trump. Esperan que sea enjuiciado, aunque Pence, otro explotador racista y sexista, se convierta en presidente. Con cada nuevo arresto, la soga parece estar apretándose más alrededor de los cuellos del círculo interno de Trump.

Muchos están disgustados, no solo con Trump, sino con todo el sistema político. Los horrores racistas, las dificultades económicas y las guerras interminables los llevan a buscar una alternativa. ¿Cómo podemos ganarlos al comunismo?

Enjuiciar o No Enjuiciarlo

“Enjuiciar a Trump Ahora”, grita un artículo en la revista Atlantic. Argumenta que esa es la única manera de “restaurar la fe en la democracia estadounidense”.

Por el otro lado, un columnista del New York Times argumenta “El Caso Contra el Enjuiciamiento”. Dice que Trump debiera ser derrotado en las urnas en 2020. Mientras tanto, afirma, Trump puede ser controlado por sus asesores y otros políticos. Hasta ahora, eso no ha funcionado tan bien.

Este debate parece ser un desacuerdo táctico, entre los gobernantes capitalistas de EE.UU., sobre la mejor manera de mantener a los trabajadores de EE.UU. creyendo en la democracia capitalista estadounidense.

Pero expone a una clase dominante confundida. Su imperio se está derrumbando y no pueden ponerse de acuerdo sobre la mejor manera de lidiar con ello.

¿Por qué los grandes patrones imperialistas de EE.UU. odian a Trump?

Un importante grupo de expertos imperialistas de EE.UU., The Brookings Institute, señala la causa del colapso del mundo de los capitalistas de EE.UU.: los días de cooperación entre Estados Unidos y China han terminado. ¿Debería su política asumir que esto terminará en una Guerra Fría, en una guerra mundial o en una “competencia administrada”?

Un destacado estratega de Brookings se queja de que los líderes estadounidenses se han retirado del liderazgo y la responsabilidad mundiales y que Trump ha empeorado esto. El quiere que Estados Unidos luche para mantener su dominio.

En contraste, Richard Haass, presidente del influyente Consejo de Relaciones Exteriores, pide un “declive manejado”. Odia a Trump porque “una cosa es que un orden mundial [OTAN] se derrumbe lentamente; otra muy distinta es que el país que tuvo una gran participación en su construcción tome la iniciativa en su desmantelamiento”.

Haass concluye que este orden mundial no tiene que terminar en la guerra mundial como el orden mundial anterior, que comenzara en 1815, explotó un siglo más tarde en la Primera Guerra Mundial. Pero el surgimiento de una nueva potencia, desafiando una potencia dominante existente, siempre termina en guerra. . Haass lo sabe. Admite que otra guerra mundial es posible. La idea central de su artículo es acerca de reforzar las alianzas estratégicas de EE.UU. y “poner en orden la casa de EE.UU.”.

Las Masas Pierden Confianza en el Capitalismo: Un Problema para los Gobernantes de EE.UU., Una Oportunidad para el Auge del Comunismo.

Estos patrones temen que las masas obreras y los jóvenes pierdan confianza en su sistema. Es por eso que Haass pide “reducir la deuda del gobierno, reconstruir la infraestructura, mejorar la educación pública, invertir más en la red de seguridad social, un sistema de inmigración inteligente” y más.

Pero los patrones solo pueden “manejar” su declive a costillas de la clase obrera mediante recortes de salarios y la atención médica, y desatando el terror racista.

Es el capitalismo, no solo Trump, lo que ataca a la clase trabajadora. Este sistema racista, sexista, capitalista-imperialista letal deja a las masas sin otra opción que acabarlo con la revolución.

Solo tendremos una voz real en cómo organizar la sociedad cuando las masas de trabajadores, estudiantes y soldados se movilizan para la revolución comunista. Construiremos un mundo comunista con relaciones sociales cooperativas organizadas para satisfacer las necesidades de las masas.

No necesitamos dos (o más) partidos como los que representan a nuestros explotadores. Necesitamos una revolución armada para el comunismo.

Dos veces durante el siglo XX, la crisis global y la competencia capitalista terminaron guerras mundiales. Dos veces, cuando las masas obreras y los soldados se vieron obligadas a morirse de hambre y desangrarse por nuestros explotadores, estas voltearon sus armas contra los patrones y tomaron el poder mediante la revolución.

Al construir ahora los colectivos del PCOI, nos estamos preparando para convertir la crisis actual y las guerras de los gobernantes en una lucha por el poder comunista de los trabajadores. No para el “socialismo” o la “nueva democracia” o por nada menos que la sociedad comunista que necesitamos.

El comunismo no tendrá intereses de clase en competencia o imperialistas en competencia. Solo habrá masas trabajadoras que cooperarán globalmente para satisfacer las necesidades de todos.

El gobierno será nuestro Partido masivo, el Partido Comunista Obrero Internacional. Consistirá en millones de trabajadores organizados en colectivos interconectados que involucrarán a muchos millones más.

Estos colectivos difundirán la revolución y el comunismo de las áreas liberadas por todo el mundo.

Primera página de esta edición

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