La Lucha por el Comunismo se Calienta en Fábrica Aerospacial

SEATTLE (EE. UU.) -En agosto, las temperaturas superaron los 90 ° Fahrenheit (32 ° C). La humedad hizo sentirse como 125 ° F (52 ° C). Los accidentes potencialmente mortales se dispararon en la fábrica de aviones de Boeing.

La compañía convocó a reuniones en todas las plantas. Consistieron en presentaciones de 10 minutos a cada cuadrilla.

Fueron cortas en hechos y largas en las declaraciones del compromiso que la compañía tiene con la seguridad laboral. Pero un supervisor dijo una estadística que no estaba supuesto a decir. Cuando la temperatura rebasa los 85 ° F (30 ° C), los accidentes son 2 a 3 veces más probables. En una reunión, los obreros respondieron exigiendo fácil acceso al agua. Sabemos que conforme uno se deshidrata, uno es menos alerta y coordinado. Este año, los patrones decidieron deshacerse de las neveras con agua embotellada que generalmente ponen por toda la fábrica. Los patrones alegaron que en el turno de día “no estaba lo suficientemente caliente”. Cuando los obreros del segundo turno defendieron al turno diurno, los patrones también les cortaron el agua. Cuando el meromero patrón fue confrontado, un obrero describió su respuesta como “que coman pasteles”.

El comunismo nunca dejaría que esto continuara. Los obreros, organizados por el Partido, llevarían agua a todos los lugares de trabajo.

Lucharíamos colectivamente con todos para beber mucha agua. Si tuviéramos que operar fábricas durante una ola de calor debido a una emergencia, obtendríamos ayuda de otras personas que no trabajan allí. Nadie estaría obligado a trabajar demasiado.

El patrón en la reunión de nuestra cuadrilla hizo una concesión. Los obreros podrían cuando quisieran dejar sus áreas de trabajo para obtener agua en otras partes de la fábrica. Lo hicimos, difundiendo el mensaje a otras cuadrillas mientras caminábamos por la planta.

Lo que el patrón no nos dijo fue: “Tómenlo con calma, no se esfuercen mucho, tomen descansos frecuentes y beban agua todo el tiempo”. El capitalismo ni siquiera menciona tales compromisos básicos.

En otra reunión, un amigo dijo: “¿Sabes cómo la empresa deletrea la palabra seguridad?

“¡METAS DE PRODUCCION!” “Saquen más piezas para que la empresa tenga más ganancias”.

El comunismo nunca arriesgaría nuestras vidas por ganancias. En el comunismo no habrá ganancias, ni dinero.

Se mencionó un accidente. Un obrero se cayó de una escalera de 8 pies. No obtuvimos toda la historia.

Pero otro obrero nos dio los detalles. Su compañero se había quejado con el supervisor diez minutos antes. La escalera no estaba certificada. El lesionado no debió haberse subido a ella sin entrenamiento. Como el supervisor se negó a hacer algo, su compañero fue al que monitorea la seguridad. ¡Este le dijo lo mismo!

El comunismo pondrá nuestra seguridad en manos obreras, no en un patrón o en un monitor de seguridad pro-capitalista.

Los Efectos Duraderos de losDebates Comunistas

Conforme nos desplegábamos en busca de agua, los debates sobre el comunismo se extendían también.

Muchos recordaron la muerte del campesino Silva Ibarra en agosto pasado. Muchos vieron la similitud.

Los granjeros obligaron a Silva a trabajar aun cuando se agravó durante un clima similar. Sus compañeros se fueron a la huelga. Bandera Roja describió nuestra respuesta comunista. Nuestros amigos en Boeing ayudaron a crear apoyo.

No por casualidad, surgió la cuestión del cuidado de salud comunista, igual sucedió el verano pasado. Una vez más, hablamos de los médicos descalzos de China después de su revolución. Esta vez nos concentramos en lo que hicieron en las fábricas durante la Revolución Cultural.

Los médicos descalzos recibieron entrenamiento médico formal parte del año. El resto del tiempo trabajaron en la línea como todos los demás. Se centraron en movilizar a los obreros para garantizar la medicina preventiva. Nada de monitores de seguridad pro-capitalistas o reuniones de seguridad inservibles.

Amigos cercanos al Partido concordaron que el comunismo era el mejor sistema. Pero les preocupaba no poder ganar a otros a esta posición. Un amigo se lamentó: “No entiendo por qué los trabajadores votarían en contra de sus propios intereses”. Se refería a “Medicare (cuidado de salud gubernamental) para todos”.

El sabía que el cuidado de salud comunista era la solución, no Medicare para todos. “Pero, todavía no estamos a ese nivel”, fue su argumento final. Estaríamos mucho más cerca si él ingresara al Partido.

Eventualmente, el humo de los incendios fo restales cercanos lleno el área. Arruinó el aire, pero bajó la temperatura. Las acciones de los obreros decayeron como a menudo pasa.

Las muchas discusiones sobre el comunismo y el potencial para ganar a otros, desencadenadas por esta lucha, contribuirán a un cambio duradero: la creciente conciencia y compromiso comunista entre los obreros de Boeing.

Primera página de esta edición

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