¡Luchemos por el Comunismo!
	Partido Comunista Obrero Internacional
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ETIOPÍA, 2 octubre--Las fuerzas de seguridad de Etiopía abrieron fuego contra las masas de gente en Bishoftu, durante un festival cultural que marca el final del invierno y este se convirtió en una protesta política contra los gobernantes fascistas. Cientos de personas fueron asesinadas, en este último ataque por el estado capitalista etíope.
Etiopía salió en las noticias durante los Juegos Olímpicos cuando el maratonista etiope, Feyisa Lilesa, alzó los puños cruzados en gesto de protesta contra la masacre por el estado capitalista etíope de cientos de manifestantes en las calles de la ciudad Ginchi este verano.
Aunque Lilesa protestaba específicamente la matanza contra “su pueblo, el pueblo oromo,” en realidad, el gobierno ha matado tanto a gente Amhara como Oromo, quienes se alzan en protesta contra el régimen actual.
Si analizamos el origen del gobierno etíope actual, encontraremos que proviene de la lucha nacionalista del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray involucrado en una lucha nacionalista contra el Dergue—la junta militar fascista apoyada por la ex Unión Soviética.
El actual gobierno de Etiopía surge de un período de conflicto en cual el Frente de Liberación de Tigray y el Frente de Liberación de Eritrea estaban ambos luchando para separarse de Etiopia y crear su propio territorio para que la burguesía de cada grupo étnico pudiera gobernarlo.
Cuando la Unión Soviética se desintegró en 1989, la junta militar en Etiopia estaba desorganizada, hasta 1991, cuando la CIA imperialista impuso al Frente de Liberación Popular de Tigray (un tercer grupo étnico) como el poder dominante. El gobierno ha servido como títere de EE.UU. en Somalia y ahora le está permitiendo a la ONU utilizar su territorio como base de operaciones para sostener en el poder al Estado vasallo de EE.UU., Sudán del Sur. Al mismo tiempo, China ha invertido mucho en su infraestructura.
El partido en el poder ahora es conocido como el Frente de Liberación de los Pueblos de Etiopia, ha establecido un sistema de federalismo étnico, dividiendo todo el país por etnias. Cada llamada nacionalidad tiene su propio partido y gobierno étnico.
Las protestas actuales comenzaron cuando el gobierno desplazó a 150,000 agricultores oromos de las tierras que han usado históricamente para la agricultura de subsistencia. La apropiación de estas tierras era parte del Plan de Desarrollo Integrado de la Zona Especial de Oromia. También conocido como el “Plan Maestro”, pretendía “desarrollar el área alrededor de la ciudad capital de Addis Ababa, en un esfuerzo por abrir Etiopía al desarrollo capitalista europeo.
Desde diciembre 2015, ha habido continuas protestas masivas, reprimidas con violencia del Estado. El nacionalismo étnico de los gobernantes tigray ha creado desigualdad y descontento entre todos los otros grupos étnicos. En esta situación, las masas oromos, grupo étnico más grande de Etiopía, han seguido manifestándose en las calles, a pesar de que el Plan Maestro ha sido desechado.
En agosto, las masas amharas en Bahir Dar salieron a las calles solidarizándose con esa lucha y en torno a sus propias demandas, y ambas protestas fueron reprimidas con violencia asesina estatal.
Los líderes nacionalistas están explotando las protestas para beneficio de sus propias agendas. Pero este es un ataque contra las masas campesinas pobres.
Las masas obreras en Etiopía deben desechar sus ilusiones nacionalistas para librarse de sus opresores nacionales e imperialistas. El nacionalismo debilita la conciencia de clase de la clase obrera y hace de la clase obrera un apéndice de sus capitalistas nacionales.
Necesitamos la unidad de las masas trabajadoras contra cualquier burguesía nacionalista y sus amos imperialistas para deshacernos de la opresión y la explotación. Necesitamos organizar al PCOI en Etiopía para unificar a todos los trabajadores y masas oprimidas para luchar por el comunismo.
Solo el comunismo puede liberar a la clase obrera de la explotación capitalista destruyendo la base económica de la producción capitalista de mercancías que le da prioridad al valor de cambio y no al valor de uso. Por lo tanto, debemos alzar nuestros puños muy en alto para construir la revolución comunista y no para movimientos nacionalistas que nos atan a nuestros explotadores capitalistas.
Acabemos con la burguesía nacional y sus sanguinarios amos imperialistas de una vez por todas y construyamos una sociedad comunista basada en la colectividad y cooperación de la clase trabajadora.