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La Elección de Trump Desenmascara las Raíces Podridas de la Democracia Capitalista:

Luchemos por el Poder Obrero Comunista

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EEUU, 29 de noviembre— Los manifestantes coreaban: “¡Véannos! ¡Así es como se ve la democracia!” Una camarada observa: “¡Sí! Estamos en las calles gritando mientras un puñado de capitalistas en oficinas lujosas toma todas las decisiones. Necesitamos el comunismo, no la democracia”.
La elección de Trump representa una crisis política para la clase dominante de EEUU. Su sistema electoral está en caos. Incluso como presidente electo, los tratos nacionales e internacionales de Trump son obviamente corruptos. Incluso pueden hasta violar la constitución patronal. Incluso, los diarios New York Times y Wall Street Journal ya están hablando de destituirlo. Ellos ven la presidencia de Trump como una amenaza al imperialismo estadounidense.
El imperialismo de EEUU justifica su régimen sangriento sobre los trabajadores del mundo afirmando que “difunde la democracia”. Ahora esta democracia está lista para inaugurar a un Presidente Trump con el nacionalista-blanco (nazi) Steve Bannon a su derecha.
Esta crisis y otras similares en todo el mundo reflejan una crisis general del capitalismo mundial. La guerra y el fascismo llevan a las intensificantes contradicciones del capitalismo a los extremos. Exponen las raíces podridas de la sociedad existente.
La crisis de los gobernantes es nuestra oportunidad para demostrar que la única alternativa al fascismo patronal es la revolución comunista.
En el comunismo, las masas, a través de nuestros colectivos interconectados, tomarán todas las decisiones que afectan nuestras vidas comunes. Estaremos organizados como un Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI).
Ser miembro del PCOI no es un estatus de élite reservado para unos pocos privilegiados. Reclutamos a todos lo que quieren trabajar por un mundo comunista. Luchamos constantemente para desarrollar el entendimiento y el compromiso políticos de todos.
PCOI no es un partido electorero. Postular candidatos fomenta la peligrosa ilusión de que la democracia capitalista refleja “la voluntad del pueblo”. En el socialismo, las elecciones o son una cobertura transparente para el gobierno de un partido, o simplemente la usual política capitalista.
Los líderes comunistas no son elegidos. Ellos son los que asumen la responsabilidad por el trabajo. Demuestran su dedicación al comunismo en la práctica. Eventualmente todo el mundo ayudará a liderar.
Las masas están perdiendo la confianza en “el sistema”. Casi la mitad de los votantes elegibles se quedaron en casa. La represión racista contra los votantes detuvo algunos. Pero muchos vieron correctamente que ninguno de los candidatos representaba sus intereses.
El “populismo” de Trump se revela como una bonanza capitalista que intensificará los ataques capitalistas contra todos los trabajadores. Todos los obreros podrían perder el pago de horas extras, seguros de salud, pensiones y más. Sólo el comunismo puede satisfacer sus necesidades. Para ganar esta lucha, las masas deben rechazar los ataques anti-inmigrantes y anti-musulmanes de Trump y sus mentiras sexistas divisivas.
La contradicción más aguda podría ser la promesa del presidente Obama de “asegurarse de que ésta sea una transición exitosa” - ¡a un régimen abiertamente fascista!
Los gobernantes temen con razón la revolución obrera. Obama y otros polítiqueros necesitan hacernos creer que su democracia “es mejor que las alternativas”, en palabras de Obama. Que “somos patriotas antes que nada”. Que debemos tener “respeto por nuestras instituciones, nuestro modo de vida, el estado de derecho”.
¡No somos “patriotas” y no respetamos el modo de vida capitalista que está destruyendo nuestras vidas y nuestro planeta! Las masas deben considerar “las alternativas”.
La alternativa que necesitamos es el comunismo.
El comunismo significa “De cada cual según su capacidad y dedicación, a cada cual según su necesidad.” La cooperación sustituirá a los salarios, las ganancias, los privilegios, la explotación y la competencia. Compartiremos bienes y servicios en lugar de “intercambiarlos”. Aquellos afectados por decisiones las harán y las implementarán colectivamente.
“Entonces, ¿será el comunismo la democracia verdadera?” preguntan algunos.
“Democracia” y “dictadura” son aspectos interconectados del gobierno capitalista. La sociedad de clases depende de la violencia organizada para proteger su sistema de propiedad privada. La Constitución de los Estados Unidos, desde el principio, estableció el monopolio patronal de la violencia legal para defender su sangriento robo de la tierra y mano de obra.
Hoy podemos ver la dictadura capitalista en Standing Rock, Dakota. En el terror policial racista y en el encarcelamiento masivo. En la amenaza de hambre y desamparo que obliga a los obreros someterse a la esclavitud asalariada. Esta es la verdadera cara de la democracia.
La revolución comunista, liderada por un Ejército Rojo, derrocará violentamente esta dictadura capitalista. Las masas ejercerán nuestro poder recién adquirido para reconstruir colectivamente la sociedad. Reprimiremos a los ex explotadores y a sus defensores racistas / sexistas que se interpongan en el camino.
Esta dictadura de las masas obreras continuará hasta que hayamos borrado al capitalismo de la faz de la tierra. Entonces todo el mundo será comunista. Las nuevas generaciones crecerán sabiendo que la colectividad y el compartir son cómo viven las personas. Raramente habrá necesidad de usar la fuerza unos contra otros.
La sociedad sin clases no tendrá democracia ni dictadura.
La profundizante crisis del capitalismo debe conducir al fascismo o al comunismo. Ahora es el momento de movilizar a las masas para luchar por el PODER COMUNISTA DE LOS TRABAJADORES.