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Crisis de Ucrania:

Cese de Fuego no es Más que una Pausa Antes de Guerras Imperialistas Más Grandes

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El Acuerdo de Minsk no es más que una tregua en una guerra, librada por terceros, entre EE.UU. y Rusia. EE.UU. y sus aliados financian, entrenan y arman el ejército de Ucrania que lucha contra los rebeldes pro-rusos en el Oriente de Ucrania. Los rusos han hecho lo mismo por sus partidarios ucranios.
Esta guerra - aunque ha masacrado miles de civiles y soldados, y ha desplazado casi a dos millones de civiles - es sólo una escaramuza en la lucha más grande entre el imperialismo de EEUU y sus principales rivales imperialistas, China y Rusia, por el dominio mundial. EE.UU. necesita restringir y eventualmente confrontar a Rusia en Europa, y a China en Asia Pacífico.
El resurgimiento de Rusia, agresivamente tratando de reafirmar su influencia sobre su espacio post-soviético le plantea una gran amenaza al imperialismo estadounidense, cuyo objetivo, desde su infancia como potencia imperialista en acenso, ha sido: “... no permitir que ningún Estado amase demasiado poder en Europa... Es más, la alianza potencial más peligrosa, desde la perspectiva de los Estados Unidos, fue considerada ser la alianza entre Rusia y Alemania. “(Stratfor, George Friedman de US-Russia.org de 17/01/2015)
Por lo tanto, en Ucrania los patrones de EEUU tienen dos objetivos principales. Uno es inducir a Ucrania en una alianza con Occidente. El otro es introducir una cuña entre Rusia y Europa - especialmente Alemania - para evitar una alianza Rusia-Alemania, y aún más aterrador para ellos, un eje Alemania-Rusia-China.
La anexión de Crimea por Putin y el apoyo a los rebeldes del oriente de Ucrania es una reacción al primero. Los gobernantes rusos se dieron cuenta de que a corto plazo EE.UU. quiere que Ucrania sea parte de una línea contra la expansión rusa en su espacio postsoviético.
A largo plazo ellos entienden que es para la guerra: Si Occidente logra dominar Ucrania, Rusia sería indefendible. Dejaría a Rusia abierta a las fuerzas de EE.UU. y sus aliados que podrían estar estacionadas a menos de 550 kilómetros de Moscú. Esto es inaceptable para los imperialistas rusos.
Hasta ahora EE.UU. ha fracasado en ambos objetivos. Ucrania sigue y seguirá siendo en el futuro cercano la manzana de la discordia. El hecho de que el presidente francés y la premier alemana participaran en la negociación del Acuerdo de Minsk, sin involucrar a EE.UU., indica que estos imperialistas europeos cuestionan su alianza con EE.UU.
Ya sea que el Acuerdo de Minsk sobreviva o no, pueda que en el mejor de los casos atrase, o lo más probable acelere, pero nunca detenga el empuje de estos carniceros hacia guerras más grandes y letales, incluyendo la 3ª Guerra Mundial.
La paz en el capitalismo es imposible. Su competencia de perro-come-perro conduce inevitablemente a la guerra. La única manera de acabar con las guerras capitalistas-imperialistas es acabar con el capitalismo-imperialismo y construir una sociedad comunista en todo el mundo.
Muchos trabajadores aborrecen los horrores de la guerra. Muchos coinciden en que trabajar y compartir colectivamente el producto de nuestro trabajo - sin patrones, dinero, racismo, sexismo y fronteras que nos dividen y nos contraponen los unos contra otros - suena fantástico.
“Pero”, dicen, “los capitalistas-imperialistas son muy ricos y poderosos. ¿Cómo podemos hacerlo? “
En apariencia ellos parecen invencibles, pero en esencia son muy vulnerables. Nosotros, por el otro lado podemos aparentar ser débiles pero en esencia somos muy poderosos. De hecho, somos la fuerza más poderosa de la historia.
La riqueza y el poderío militar de los patrones dependen de nosotros. Si nos negamos a trabajar, su base industrial se paraliza. Nada se mueve sin nuestra fuerza de trabajo. Todo su dinero no pondría echar a andar una tan sola maquinaria.
Si soldados, marineros e infantes de marina en las fuerzas armadas se niegan a obedecer a sus oficiales y se unen a una clase obrera revolucionaria y voltean sus armas - los patrones serían historia.
Nuestra tarea es convertirnos en la fuerza más poderosa de la historia para hacer la revolución comunista que tanto necesitamos. Para eso necesitamos organización e ideología comunista. Sólo integrándonos al Partido Comunista Obrero Internacional podemos lograr ambas cosas.
Combatamos la ideología capitalista en nuestra clase mediante distribuyéndoles Bandera Roja a nuestros amigos y familiares en el trabajo, la escuela y el ejército.