¡Luchemos por el Comunismo!
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La colonia educativa Gorki se organizó para llevar a cabo trabajo colectivo. Los maestros trabajaron junto a los estudiantes y el personal. Destacamentos permanentes se concentraron en áreas de trabajo. Cada destacamento tenía un comandante que asistió a las reuniones del consejo.
Destacamentos mixtos se hicieron cargo de las tareas temporales. El consejo nombró nuevos comandantes temporales para cada destacamento. Estos también asistieron a las reuniones del consejo. De esta manera, más se comprometieron aun más con el colectivo.
No todo el mundo respondió como el consejo esperaba. La colonia tenía un plan para eso, también. El consejo de los comandantes exigió que los colonos que cometían faltas rindieran cuentas en una reunión abierta.
Por ejemplo, la colonia dio subsidios a los estudiantes que enviaban a Rabfak (más o menos una escuela secundaria). El colono Uzhikov se robó los subsidios.
Fue convocado a la reunión del consejo. Ellos decidieron aislarlo. Fue expulsado de su destacamento y se le prohibió unirse a un destacamento mixto. Su comandante le asignó tareas individuales. No podía hablar con otros colonos.
Los representantes del Departamento Regional de Educación estaban horrorizados. “¡Por supuesto, ustedes no van a confirmar esa resolución!” le exigieron los funcionarios al director.
“Tiene que ser confirmada”, respondió Makarenko, el director de la colonia.
Dos semanas más tarde, los funcionarios regresaron. Los colonos acostumbraban cenar con sus destacamentos; Uzhikov tuvo que sentarse solo. Un funcionario se le acercó a preguntarle cómo se sentía.
Uzhikov se puso de pie. Le respondió que no podía hablar con él sin el permiso de su comandante.
El consejo se reunió. Inmediatamente suspendieron el castigo. La amenaza que el robo representaba para el colectivo había terminado y un nuevo camarada había sido ganado.

La Alegría de la Lucha Colectiva
Uzhikov no fue el único caso difícil. Los colonos de Gorky - profesores, trabajadores contratados y estudiantes - aprendieron la alegría de la lucha colectiva. La clave para producir comunistas es “visualizar un mejor futuro, aspirar a ello con esfuerzos colectivos alegres con visiones firmes.”
“Tal vez”, reflexionó Makarenko, “esa es la principal diferencia entre nuestra educación y la burguesa.”
Construyendo nuestro Partido se asemeja mucho a eso ahora. Si esperas encontrar en las calles comunistas perfectos, serás decepcionado. Te volverás cínico. Desarrollaras teorías pesimistas que dirán que el crecimiento significativo es imposible.
Reclutamiento y consolidación implican luchar por el colectivo. Debemos organizar esfuerzos colectivos, con los nuevos miembros y amigos, con una visión comunista inquebrantable.
Makarenko estaba claro. El quería descubrir “métodos de educación comunista”. Su Poema Pedagógico fue una gran contribución, pero fue escrito en una sociedad socialista. Al final, sus métodos educativos fueron descartados a favor de los métodos capitalistas tradicionales.
En restropectiva, podemos ver señales reveladoras. Makarenko repitió las habituales tonterías socialistas para justificar salarios. “Los salarios ayudan a los novatos a aprender a coordinar los intereses personales y sociales.”
Salarios segregan a la clase obrera. Conducen a otras formas de separación. Más de una vez, los Gorkistas atacaron (a veces con los puños) el racismo, antisemitismo y sexismo. No obstante, toleraban ciertas convenciones de la época. Las niñas todavía eran canalizadas hacia el “trabajo de mujeres”, como la costura. El colectivo nunca paró las caricaturas racistas que los muchachos dibujaban de la gente negra.
Éxitos educativos como la colonia Gorki es imposible bajo el capitalismo. Estos sólo pueden tener éxito a largo plazo bajo el comunismo. A su vez, crean los cuadros capaces y dedicados que son necesarios para una sociedad comunista exitosa.
Los Gorkistas forjaron el primer experimento a gran escala en la educación comunista. Sus armas fueron la lucha colectiva y el trabajo, sin dinero ni grandes presupuestos. Cualesquiera que hayan sido las debilidades de los colonos, incluso el más insensible entre nosotros debe exclamar, “¡Mira! ¡Mira lo que podemos hacer! “

Todas las citas son de El Poema Pedagógico de Anton Makarenko Semyonovich