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Obama y Putin Prometen más Guerras Imperialistas:

Destruyamos Su Sistema Asesino Racista Con La Revolución Comunista

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Como la crisis en Siria muestra, y los discursos de Obama y Putin ante la ONU, lo confirman, la pelea canina entre los capitalistas-imperialistas del mundo se esta agudizando. El capitalismo-imperialismo sólo puede ofrecerle a la clase obrera más miseria, caos, crisis económica y guerras más amplias, incluyendo la guerra mundial.
Estos males capitalistas, sin embargo, han puesto en movimiento a millones de nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo. Muchos cuestionan al capitalismo, lo cual crea la oportunidad de ganar a masas de obreros, estudiantes y soldados para la lucha  por el comunismo.
Sólo el comunismo puede satisfacer las aspiraciones de las masas de un mundo sin guerras. Bajo el capitalismo no puede haber paz para nuestra clase. Desata diariamente una guerra genocida contra nuestra clase, asesinando a decenas de miles con  hambrunas, enfermedades curables, y el terror racista.
Sólo mediante la destrucción de la esclavitud asalariada del capitalismo y su producción por ganancias, podemos eliminar la competencia por ganancias que conduce inevitablemente a la guerra. La base material del capitalismo crea las ideologías del racismo, sexismo, nacionalismo y el anticomunismo para dividirnos y mantenernos esclavizados.

Obama y Putin prometieron más guerra en sus discursos: Obama contra el Estado islámico y el presidente sirio Al Assad; Putin contra ISIS para apoyar a Assad.
Obama tiene una coalición con 62 otros países. La coalición de Putin consiste de Siria, Irán, Irak y China. Todos ellos están persiguiendo sus propios intereses geopolíticos, no el bienestar de los obreros sirios o los obreros en cualquier país.
La carnicería Siria es principalmente una guerra por terceros entre EE.UU., China y Rusia por el dominio mundial. EE.UU. está tratando, sin éxito, de mantener la posición dominante que ha ocupado desde 1945.

El Medio Oriente es el principal punto de discordia. Fue por décadas la piedra angular del imperio estadounidense. La decadencia imperial de EEUU ha reflejado su pérdida de influencia en esta región rica en petróleo.
El ala imperialista dominante no quiere pelear la Tercera Guerra Mundial en esta región. Prefiere enfrentar a China en Asia Pacífico y Rusia en la región del Mar Negro y Europa Oriental. Otros gobernantes de EEUU, que creen que retomando Oriente Medio recuperaran la influencia del imperio en el mundo, quieren que Obama mande tropas a Siria.

La principal preocupación de los gobernantes rusos es garantizar que el gas natural - de Irán, Irak o Qatar – no fluya a Europa sin su consentimiento. Si lo hiciera, esto rompería el monopolio ruso del mercado energético europeo, el cual limita la capacidad de los imperialistas europeos de apoyar a EE.UU. en cuestiones geopolíticas y ser su aliado en caso de guerra, como los patrones de EEUU quieren.

El interés de los imperialistas chinos es que el gas y petróleo de Irán fluyan a China, especialmente en el caso de guerra con EE.UU. Esta energía tiene que evadir el Estrecho de Malaca y otras rutas marítimas del Pacífico controladas por la Marina de EE.UU. Los oleoductos y gasoductos construidos desde Irán, Irak y Asia Central entregarían esta energía por tierra.

ISIS es una amenaza mucho más grande para la provincia china de Xinjiang y el bajo vientre de Rusia, los países de Asia Central, que para EE.UU.
China tiene cinco millones de uigures, un grupo étnico principalmente musulmán, que buscan independizarse de China. El Movimiento de Turquestan Oriental, libra una lucha armada contra China, por la independencia de Xinjiang. Éste se organizó con la participación de la CIA en 1997. Ahora es apoyada por Al Qaeda y ISIS.
Xinjiang, es un vasto territorio principalmente de desiertos y montañas, es estratégico para China. Todos los oleoductos y gasoductos procedentes de Rusia y Asia Central convergen aquí.
Además de esta amenaza, China, al igual que Rusia, también se enfrenta a la amenaza de islámicos fundamentalistas en las cinco ex repúblicas soviéticas de Asia Central. Es un área enorme con una población de 70 millones de los cuales más del 80% son musulmanes, susceptibles a la influencia de ISIS. Decenas de ellos, juntos con miles de rusos, se han unido a ISIS en Siria e Irak.
Los oleoductos y gasoductos chinos para eludir el Estrecho de Malaca tienen que pasar por esta zona. Rusia teme la inestabilidad y el caos en su patio trasero y la posible reactivación de las guerras en Chechenia y Daguestán, donde libró una larga guerra genocida contra grupos fundamentalistas islámicos. Por eso, Putin llama a su intervención en Siria un ataque preventivo contra el terrorismo.
El fracaso del viejo movimiento comunista ha dejado un vacío, muchos movilizados por las atrocidades imperialistas se han convertido al fundamentalismo islámico.
Pero, ninguna religión puede satisfacer las aspiraciones de las masas obreras oprimidas. Con paciencia y persistencia pueden ser ganadas a luchar por el comunismo.
Hacemos un llamado a los lectores de Bandera Roja en todas partes para que lean, ayuden a traducir y distribuir Bandera Roja en todos los países, especialmente donde los obreros están en movimiento. ¡Únete a nosotros!