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La Lucha de Clases en el Tíbet (Parte II):

Movilicemos a las Masas Para el Comunismo, No Para el Socialismo

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“En el pasado vivíamos peor que los animales”, dijo una joven líder tibetana en 1959. “¡Ahora nos hemos puesto en pie! En el pasado nos vestíamos con harapos; ahora tenemos un cambio de ropa de las mercancías del amo. En el pasado dormimos con los burros y ahora dormimos en la casa señorial”.
Anna Louise Strong señaló que “el Tíbet enfrentaba el problema de hacia dónde ir. Dejar que la propiedad individual se desarrollara libremente conduciría inevitablemente a la polarización [y] produciría una nueva clase explotadora.
Respondiendo firmemente al llamado del Partido”, continuó ella, “los siervos y esclavos recién liberados del infierno tomaron el camino socialista al galope.”
Se unieron al Movimiento de Educación Socialista y equipos de ayuda mutua. Después, muchos organizaron comunas.
Durante la Revolución Cultural las masas denunciaron el “karma”. Rompieron las cadenas de la religión. Convirtieron montañas y ríos “sagrados” en campos de alto rendimiento y sistemas de riego. Grupos de mujeres cazaban animales “sagrados”. Pescaron peces “sagrados”.
El Partido Comunista Chino (PCCh) a menudo iba a la zaga de las masas en vez de liderarlas.
El Ejército Popular de Liberación (EPL) llegó al Tíbet en 1950. Miles de siervos se levantaron contra la nobleza y los monjes lama. Atacaron y destrozaron los monasterios. Muchos tomaron venganza contra sus antiguos opresores.
Sin embargo, el PCCh declaró ilegales estas acciones. Su política era unirse con los señores feudales “progresistas” en lugar de librar la lucha de clases.
Su “reforma democrática ‘’ acabó con el trabajo obligatorio y la servidumbre personal (pero no con la explotación). Redujo (no terminó) la renta de la tierra y los intereses. Más tarde, les “compraron” las tierras a los amos y se las distribuyeron a labradores individuales.
Las masas ya habían pagado por estas tierras con su sudor, sangre y lágrimas. Verdaderos comunistas las hubieran organizado para tomárselas y trabajarlas colectivamente.
El PCCh también iba a la zaga de los campesinos en la lucha contra la superstición religiosa.
Algunos campesinos enfrentando una inundación repentina utilizaron piedras de un montón apilado con fines religiosos. “¿Qué están haciendo, actuando en contra de la religión?” preguntaron los funcionarios del PCCh.
La política oficial era evitar discutir al Dalai Lama. Sin embargo, un campesino fue oído diciéndoles a los demás: “El Dalai Lama es el dueño más grande de siervos en el Tíbet, pueda que tengamos que ‘luchar’ políticamente contra él.”
Antiguos siervos aprendieron a leer. Muchos estudiaron el marxismo y el “pensamiento de Mao Zedong.” Pero a menudo esto sólo significaba recitar consignas. Para muchos, Mao reemplazó al Dalai Lama como el nuevo gurú.
Los comunistas de hoy luchamos por el estudio masivo de la filosofía comunista (materialismo dialéctico). Millones de trabajadores, no sólo unos pocos profesores, deben ayudar a contribuir al desarrollo de nuestra línea política comunista.

El Socialismo mantuvo relaciones sociales capitalistas claves
Los comunistas tibetanos organizaron “comités de habitantes” para limpiar los barrios y organizar la vivienda para todos. Sin embargo, el PCCh separó marcadamente a éstos del poder Estatal”. El poder verdadero - EPL y el control sobre los medios de producción - no estaba en las manos de los trabajadores.
El comunismo organizará masivamente a los trabajadores en colectivos del Partido en el punto de producción y en los barrios. Estos liderarán a masas aún más grandes a tomar e implementar todas las decisiones. Ellas formarán una organización mundial que unifique a las masas bajo el lema “de cada cual según su capacidad y dedicación, a cada cual según sus necesidades”.
Hoy en día, menos del 10% de todos los adultos chinos son miembros del PCCh. Después de tres generaciones del comunismo verdadero, es de esperar que casi todos los jóvenes y adultos sean miembros activos del Partido. Pedimos a los lectores de Bandera Roja que ingresen al Partido ahora (si todavía no lo han hecho). ¡Ayuden a construir colectivos comunistas!
Los comités de habitantes tibetanos plantaron hortalizas comunitarias. El socialismo decretó que los que trabajaban debían recibir vegetales en proporción al trabajo que hicieron. Sin embargo, muchas personas que ayudaron sembrar las hortalizas donaban sus vegetales a quienes los necesitaban.
Nosotros los comunistas de hoy movilizamos a las masas para que la distribución en la sociedad comunista sea según las necesidades, no de acuerdo al trabajo. Rechazando los incentivos materiales, porque no los habrá.
El PCCh abrazó abiertamente al capitalismo en su Documento Central #1 (1983). Las masas tibetanas, ya no más siervos o esclavos, son ahora esclavos asalariados. Como predijo Strong, “dejar que la propiedad individual se desarrolle libremente” ha llevado a la polarización. Produjo una nueva clase explotadora, dirigida por funcionarios del partido “comunista”.
Un líder regional del PCCh declaró abiertamente “que el régimen de la economía de mercado” era “indispensable para el desarrollo del Tíbet”, admitiendo que esto provoca “una distribución desequilibrada”.
Hoy cerca de un tercio de los tibetanos viven en la pobreza. Los salarios han aumentado para los empleados estatales, pero los tibetanos no suelen obtener estos empleos. La brecha entre los más ricos y los más pobres es cada vez mayor. Ochenta y tres mineros tibetanos de oro fueron enterrados vivos en 2013 en un deslizamiento masivo de tierra causado por las prácticas capitalistas inseguras de reducir costos.
Los trabajadores en el Tíbet están luchando de nuevo. En 2012, cientos de jornaleros migrantes de Sichuan trabajando en telecomunicaciones en el Tíbet protestaron, exigiendo millones de yuanes en salarios no pagados. En 2014, 160 maestros “sustitutos” a largo plazo exigieron igualdad de salarios y beneficios con los demás maestros.
Estos trabajadores y miles de millones como ellos en todo el mundo deben movilizarse, no por reformas, la democracia o el socialismo, sino por el comunismo.
Anna Louise Strong, “When Serfs Stood up in Tibet” (1959) Disponible en Marxists Internet Archive
Michael Parenti, “Friendly Feudalism: The Tibet Myth” (updated January 2007) michaelparenti.org/Tibet.html