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Ni Protección ni Justicia de los Capitalistas-Imperialistas:

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Honduras es “el país del mundo más peligroso para los defensores del medio ambiente”, según un informe de la organización Global Witness, ONG ubicada en Londres. Solamente en 2014 asesinaron a 12. Los asesinos o son escuadrones de muerte del gobierno o de los dueños del gobierno: los capitalistas hondureños e imperialistas, principalmente estadounidenses.
El 3 de marzo, Berta Cáceres, líder indigenista y ambientalista hondureña, fue ultimada a tiros por estos sicarios capitalistas. Días después asesinaban en un desalojo a Nelson García, otro ecologista hondureño compañero de Berta.
Del 2002 hasta la fecha 121 ecologistas hondureños han sido asesinados. “Más de 80 tuvieron lugar sólo en los últimos tres años en una región, Bajo Aguan”, dijo Chris Moye, de Global Witness.
“Nada protegió a Cáceres”, dice Vásquez, otra ecologista hondureña, “ni su ‘perfil alto’ internacional (ganadora del Premio Goldman), ni las medidas cautelares [emitidas en noviembre del 2015 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) exigiendo que el gobierno hondureño la protegiera]”.
Y era de esperarse. Los capitalistas-imperialistas (incluyendo los imperialistas chinos) no permitirán que nada ni nadie les impida gozar de las pingues ganancias que generan la minería y las plantas hidroeléctricas. Para ellos, desplazar poblados enteros y destruir bosques, ríos y vidas humanas no es nada.
Por eso, la clase obrera hondureña, y del mundo, necesitan luchar directamente por el comunismo: una sociedad sin capitalistas-imperialistas, sin su dinero o esclavitud asalariada, sin racismo, sexismo, fronteras y guerras por ganancias e imperios.
El comunismo está basado en satisfacer las necesidades humanas, no en la producción de ganancias. Por lo tanto, las vidas obreras - juntamente con la naturaleza - serán lo que la sociedad comunista mas cuidará y valorizará.
En el comunismo colectivamente planificaremos – dentro de un ambiente ecológico sano y renovable - que producir, como producirlo y como distribuirlo según las necesidades de la clase obrera del mundo.
Berta Cáceres y los ecologistas muertos y el movimiento masivo que ayudaran a crear no luchaban ni luchan por esto. Luchaban y luchan por reformar el capitalismo-imperialismo. ¡De allí sus ilusiones mortales!

Estas ilusiones persisten a nivel nacional e internacional
Muchas organizaciones de masas, nacionales e internacionales, condenaron el asesinato de Cáceres y pidieron que se le exigiera al Gobierno Hondureño “castigar a los actores del vil asesinato y proteger a los defensores y las defensoras de la tierra y territorio y de los derechos humanos en Honduras”.  Apelaban también a la ONU y la OEA para que intercedieran en el caso.
Exigían también que el gobierno mexicano intercediera ante el gobierno hondureño para salvarle la vida al ecologista mexicano Gustavo Castro, herido y apresado cuando asesinaron a Berta.
Aquí cabe recordar un proverbio muy popular con el campesinado centroamericano: “No hay que pedirle pan al hambre ni cobija al frío”
Este muy sabio proverbio – usado para decir que no hay que pedirle nada a la adversidad – es perfecto para la lucha política clasista: nos dice que no esperemos ni protección ni piedad ni justicia de nuestros verdugos o de sus gobiernos.
Esperar eso es hacerles el juego a los capitalistas-imperialistas. Es crear ilusiones en las masas de que este sistema inhumano puede ser reformado para satisfacer nuestras necesidades. Es llevar a las masas al matadero de estos carniceros fascistas.
Pero el papel histórico de los trabajadores es ser los sepultureros de la clase capitalista y los arquitectos de un mundo comunista. Este es el resultado final de la lucha de clases - una lucha a muerte entre trabajadores y capitalistas.
Estamos trenzados en una guerra sin cuartel contra nuestros explotadores. Para ganarla necesitamos entender claramente que no hay capitalista-imperialista, ni gobierno de ellos, bueno y que nuestra lucha tiene que ser directamente por el comunismo, nada de socialismo, el cual es capitalismo de estado.
Tampoco podemos ganarla sin organización. Necesitamos de un partido comunista – el Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI). Este tiene que incorporar a sus filas y a las de su Ejercito Rojo a las masas de campesinos, obreros industriales, soldados y jóvenes.
Para minimizar las  bajas y garantizar el funcionamiento del Partido bajo todas condiciones, este tiene que ser clandestino. En algunos países, aprovechando la poca represión gubernamental, nuestro Partido funciona más públicamente. Sin embargo, entendemos que somos un Partido ilegal, y que paralelamente debemos de construir una organización clandestina.
Únete al PCOI y ayuda a organizarlo masivo y clandestino. Garanticemos el triunfo del comunismo y el fin del capitalismo-imperialismo ayudando a movilizar a las masas para el comunismo.

América Latina tiene los dos países más peligrosos para ambientalistas en América Latina son  Brasil y Honduras, a los cuales,  le sigue Perú y Colombia. Según la revista Global Witness de 2002 a 2013 el total de víctimas registradas fue de 908, la mayoría de las muertes quedan impunes.
A ello, se agrega una lista enorme de activistas socia-ambientales en sectores como la minería, lucha en defensa del agua, en defensa de la tierra, lucha contra los transgénicos, entre otros, quienes son sometidos a amenazas, intimidaciones, calumnias, golpizas, desapariciones forzadas y presos políticos.