¡Luchemos por el Comunismo! |
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SUDÁFRICA--Hace unos tres años conocí por primera vez al Camarada Samuel. No quiero mentirles. Nunca fui un seguidor del Congreso Nacional Africano. Fui criado por un padre que adoraba el movimiento panafricanista. Yo tenía unos puntos de vista nacionalistas muy fuertes. Así que cuando el camarada Samuel y yo y los otros camaradas nos reunimos, el concepto de comunismo era algo realmente nuevo para mí.
A medida que leía Bandera Roja (yo no estaba activo en ese tiempo, pero me enviaban el periódico por correo y lo leía consistentemente), me interesé más y más. Luego tuvimos clases de la dialéctica. Para mí, esto fue cuando comenzó el cambio. Antes yo no tenía una visión panorámica de la clase obrera debido a la historia de Sudáfrica.
Mi política fue influenciada por la sociedad que me rodeaba en ese entonces. A medida que me politizaba, sólo veía las cosas de una perspectiva racial debido al pasado de Sudáfrica. Estábamos bajo el apartheid, el gobierno de una minoría blanca. Por lo tanto, condenaba a gente blanca. Cuando hablábamos del capitalismo, la primera imagen que me venia a la mente era la de una persona blanca.
Al estudiar la dialéctica, empecé a entender que, sin importar el color, si alguien es dueño de los medios de producción, él es un capitalista, no importa si es negro, blanco, verde o el color que sea.
Además, siempre tenía la idea de que las cosas no cambian. Yo creía que el capitalismo seria eterno. Al estudiar la dialéctica, me familiaricé con la ley de la negación de la negación. Me enseñó que, si algo tiene un comienzo, también tiene que tener un final. No hay nada en la naturaleza que no cambie; todo cambia.
Lo más importante que aprendí es que la teoría, aunque importante, si no va acompañada de la práctica, es inservible. La teoría es ciertas ideas que se han demostrado correctas, pero que luego tenemos que ponerlas en la práctica.
Estaba hablando con el camarada Samuel acerca de esto. Le encanta cocinar. Cuando está en Sudáfrica y tenemos una reunión, él cocina. Él dijo que, si estudiara todas las recetas y, sin embargo, no cocinara, ¿de qué servirían las recetas? No estaría llevándolas a la práctica. Él sólo tendría la teoría.
Por lo tanto, ¿qué es primario? Lo más importante es que la práctica es primaria. Si todos en el PCOI tenemos esta perspectiva, nos dará la confianza para ir en realidad y movilizar a las masas en las industrias, en el ejército, y en las universidades para el comunismo. También es vital saber que, si hacemos esta cantidad de trabajo, conllevará a cambios cualitativos.
Lo que me da esperanzas es que aun si el cambio no es visible, no necesariamente significa el cambio no se este dando. Los continentes parecen no moverse, pero están en movimiento. Este cambio ocurre durante millones de años, pero eso no quiere decir que no haya cambio alguno.
Cuando salimos a movilizar, incluso si no veo cambios inmediatos, es decir personas que están listas a unírsenos inmediatamente, eso no quiere decir que no van a estar dispuestas a unírsenos en el futuro. Me da la esperanza de que cualquier cosa que yo haga, no importe lo poco que parezca, conduce al cambio. Tal vez no aquí en Sudáfrica, pero cualquier cosa que hagamos produce cambios. Tal vez será en El Salvador, tal vez en EEUU. Si hace cambios.
Eso es lo que he aprendido.
Es un honor ser miembro del PCOI.
¡Viva, Camaradas, Viva el comunismo!