¡Luchemos por el Comunismo! |
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Artículos anteriores en Bandera Roja (21/4/2016 y 5/5/2016) han explicado que a diferencia de los reinos, imperios o tribus, las naciones y el nacionalismo son productos del capitalismo. Las naciones sólo se volvieron importantes como modos de organización social en el siglo 19. El nacionalismo no sólo fue inventado por el capitalismo, sino también es indispensable para que los capitalistas puedan gobernar a la clase obrera y luchar contra otros capitalistas.
A pesar de su naturaleza capitalista, el nacionalismo a menudo ha sido visto en el movimiento comunista como algo útil y positivo. Tratando de utilizar el nacionalismo en las colonias y en los países menos desarrollados, los comunistas se negaron a luchar por el comunismo o incluso por el socialismo, pero si por la “liberación nacional” lo cual significaba una forma de capitalismo. Este error fundamental llevó a fracasos costosos y luchas desperdiciadas. Este artículo y el siguiente analizarán los principales errores de los comunistas del pasado acerca del nacionalismo, para no repetirlos en el futuro.
Las posiciones comunistas sobre el nacionalismo durante el siglo 20 fueron establecidas por los Bolcheviques, miembros del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Ese partido gobernó a la URSS y fue la principal influencia en la Internacional Comunista (IC), una organización que eventualmente incluyó a la mayoría de los partidos comunistas del mundo. Por lo tanto, la historia de errores sobre el nacionalismo - que comenzaron con Lenin - es sobre todo la historia de las políticas de la IC.
Un error fundamental: Dos nacionalismos
Los Bolcheviques condenaron el nacionalismo que los países capitalistas poderosos utilizaron para movilizar a sus poblaciones para el imperialismo. Ellos afirmaron, sin embargo, que el nacionalismo de los pueblos colonizados u oprimidos podía ser “progresivo” y debiera ser apoyado. Los Bolcheviques eran muy conscientes de que los capitalistas de las naciones débiles o colonizadas utilizaban el nacionalismo para oprimir a su propia clase obrera o para tratar de dominar a otras naciones débiles. Pensaron, sin embargo, que los movimientos nacionalistas correctos debieran ser apoyados como un paso, algún tiempo en el futuro, hacia la derrota del capitalismo por la clase obrera.
En sus propuestas para la IC en sus primeros años, Lenin dijo “Uds. [pueblos del Oriente] tendrán que basarse en el nacionalismo burgués, que está despertando, y tiene que despertar, entre los pueblos, y el cual tiene su justificación histórica.” El dijo que todos los partidos comunistas deben ayudar al llamado “movimiento de liberación democrática-burguesa” en los “Estados y naciones más atrasadas”. Por “democracia burguesa “, Lenin quería decir la forma como gobiernan los capitalistas en EE.UU. y Europa, con elecciones y parlamentos. El quería que la IC formara una “alianza temporal con la democracia burguesa en los países coloniales y atrasados.” ¿Qué tipo de razonamiento podía llevar a los comunistas a apoyar movimientos capitalistas como estos?
La teoría Bolchevique era de que había una serie de etapas fijas en el desarrollo de todas las sociedades. Ellos creían que el comunismo sólo era posible como el punto final de esta serie:
(1) El ascenso del capitalismo, (2) una revolución para establecer la “democracia burguesa”, (3) una segunda revolución para derrocar el capitalismo y establecer el socialismo, y finalmente (4), una transición gradual hacia el comunismo.
Ellos asumieron que si un país era gobernado en parte por señores feudales o capitalistas extranjeros, entonces el desarrollo del capitalismo era algo bueno (“progresivo”) por lo cual los comunistas debieran de luchar. De esto hablaba Lenin cuando dijo que el nacionalismo burgués tiene una “justificación histórica.” Los Bolcheviques estaban tan aferrados a este esquema que dijeron que si los capitalistas no llevaban a cabo su “revolución democrática burguesa”, los obreros y campesinos debieran hacerla por ellos, estableciendo un gobierno obrero-campesino que promueva el capitalismo. Esto se convirtió en una idea central de la política de la IC para las colonias.
Mirando en retrospectiva, podemos ver que esta teoría de las etapas es contradicha por la historia del movimiento comunista. Esa historia muestra que el socialismo no conduce al comunismo porque su sistema salarial y las jerarquías del poder son en realidad instituciones capitalistas. La historia también muestra que la lucha por el comunismo en regiones que tienen un bajo nivel de desarrollo económico y una pequeña clase obrera es totalmente posible. Estas fueron las condiciones en Rusia y China cuando tuvieron sus revoluciones en 1917 y 1949. Sin embargo, el análisis erróneo de las posibilidades de luchar por el comunismo dentro de la lucha contra el imperialismo condujo directamente a oportunidades perdidas y fracasos desastrosos, como veremos, en la parte II.