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La Historia de la Revolución Cultural en China (Parte 6):

Aprendiendo de la Ultraizquierda: La Necesidad del Partido para Movilizar a las Masas para el Comunismo

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El artículo anterior trató con el surgimiento de la “Ultra-Izquierda” a finales de 1967. Describió el artículo “¿Hacia dónde va China?” de Shengwulian que criticó a la “Burguesía Roja” dirigida por el Partido Comunista Chino (PCCh).
Los “Ultraizquierdistas” en Wuhan organizaron la Sociedad del Arado en noviembre de 1967, poco después de la formación de Shengwulian en Hunan. Llamado más tarde Juepai o Bei-Jue-yang, su revista se llamaba La Tribuna de Yangtzé.
Su “declaración inaugural” criticó a los “rebeldes” que estaban luchando por puestos en los Comités Revolucionarios. Los verdaderos revolucionarios, dijo, deben estar preparándose  para “un nuevo ascenso del movimiento campesino”.
A mediados de diciembre, campesinos rebeldes de la Primera Sede del Distrito Bahe, Condado de Xishui, contactaron a la Sociedad del Arado. La Primera Sede estaba tratando de construir una “Nueva Zona Rural” siguiendo el modelo del “comunismo militar”.
Sustituyeron la responsabilidad de producir en equipos con la organización a nivel de brigada, planeando moverse rápidamente a la organización de nivel de comuna. Todo el ganado fue administrado en forma centralizada. Todos los artesanos trabajaron juntos. Todo mundo comió en comedores comunales, como en las Comunas Populares de 1958. Primera Sede incluso deshizo las casas particulares y movió a los campesinos a viviendas colectivas.
Este “comunismo militar” se parecía al “sistema de suministro” del Ejército Popular de Liberación (EPL) antes de la revolución. Pero un elemento clave faltaba: la movilización de masas basada en el compromiso político. En su lugar, las “nuevas reglas” las impondría una milicia “castigando sin piedad a todo aquel que osara sabotear la Nueva Zona Rural”.
Sin la movilización política para el comunismo, muchos campesinos se resistieron a este experimento. Los vecinos eran hostiles. Aun así, los líderes de la Sociedad del Arado lo aclamaron como el comienzo de un nuevo movimiento campesino. Pidieron el apoyo de los “verdaderos revolucionarios proletarios que estén decididos a llevar a cabo la Revolución Cultural (CR) hasta el final”.
Todos los órganos principales del PCCh y los principales grupos rebeldes de Wuhan ignoraron a Primera Sede. Fue expulsada de la ciudad. Pero las huelgas y manifestaciones violentas se propagaban desde Shanghái a otras ciudades industriales. El PCCh estaba preocupado.
A mediados de enero de 1968, el PCCh organizó una campaña masiva contra “¿Hacia dónde va China?”. El documento comenzó a circular en Wuhan. Juepai (Sociedad del Arado) también encontró materiales de la “Sociedad Oriental” de Shanghái y de otros colectivos de Nuevo Pensamiento “ultra-izquierdista”.
El líder de Juepai Lu Li’an concluyó que los comités revolucionarios eran “formas transitorias” camino a una estructura de poder similar a la Comuna de París. Juepai debiera ayudar a dirigir la lucha de los campesinos y otros para derrocar la “dictadura burguesa y el sistema revisionista del comité revolucionario.”
Marx había elogiado la decisión de la Comuna de París de “abolir el ejército permanente.” Lu infirió que una milicia popular debiera sustituir al EPL de China. Él decidió que Juepai debería iniciar una convención fundadora de un nuevo partido comunista que reemplazaría al PCCh. Él se estaba preparando para visitar otros “ultraizquierdistas” por todo el país cuando fue secuestrado y encarcelado.
Sus compañeros Feng Tian’ai y Yang Xiulin continuaron la lucha. Juepai, dijo Yang, a diferencia de “rebeldes ordinarios,” entendía las contradicciones sociales básicas detrás de la Revolución Cultural. Estas eran entre la nueva burguesía burocrática y las masas.
Las masas tenían que derrocar la nueva clase explotadora en una guerra civil. Tenían que aplastar la vieja maquinaria estatal, redistribuir la propiedad y el poder, y establecer la Comuna Popular de China. Feng argumentó que Juepai debiera ayudar a reorganizar un partido comunista que dirija esta revolución.
En julio de 1968, los líderes del PCCh suprimieron las organizaciones rebeldes “ultra-izquierdistas”. La mayoría de los grupos pararon sus actividades, esperando que esta última “corriente adversa” muriera. ¡Excepto La Tribuna de Yangtzé! El 4 de agosto, publicaron un cartel con caracteres grandes en el centro de Wuhan. Su principal mensaje: “La gente revolucionaria anhela tomar en sus propias manos el destino de la dictadura del proletariado, la Gran Revolución Proletaria Cultural, y la economía socialista… dejemos que las masas en si se eduquen y liberen”.
La Tribuna de Yangtzé fue declarada rápidamente una “publicación extremadamente reaccionaria.” Lu Li’an y Feng Tian’ai fueron tildados “contrarrevolucionarios activos”. Feng fue arrestado y La Tribuna de Yangtzé fue clausurada. Los líderes del ultraizquierdista Comité Hunan también fueron encarcelados o asesinados.
El gobierno de Mao expulsó a los activistas urbanos jóvenes a zonas rurales remotas. En principio es bueno que los estudiantes aprendan de las masas rurales. Sin embargo, Mao usó esto como una excusa para dispersar y destruir movimiento político de ellos.

Comités revolucionarios “tres-en-uno” finalmente pudieron funcionar como el aparato estatal en las ciudades, lugares de trabajo y escuelas. Los viejos cuadros del partido y el ejército los dominaron. La “burguesía roja” había ganado - pero no para siempre.
En el próximo artículo de esta serie resumirá las lecciones de las fortalezas y debilidades de la “ultra-izquierda” en la Revolución Cultural.