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“Ellos recibirán su dinero, pero yo quiero que me devuelvan esos años “, dijo una ex soldada de la Guardia Nacional de EE.UU. (Reservistas del Ejército) cuando se le pidió que devolviera el dinero del bono que le dieron indebidamente, según la Guardia.
Cuando los patrones necesitan soldados para librar sus guerras y estos soldados no han sido ganados a morir por las ganancias patronales, estos deben recurrir a trucos, mentiras, sobornos y engaños para seducir a estos soldados para que sacrifiquen sus vidas en el nombre de la hegemonía imperialista.
La mayoría de las veces a los soldados les ofrecen incentivos monetarios para que ingresen a las fuerzas armadas o para que se reinscriban para quedarse más tiempo. Tal fue el caso durante las guerras Irak-Afganistán que comenzaron en 2001 y se prolongaron por más de 10 años.        
En el punto álgido del conflicto e incapaces de satisfacer la demanda necesaria de soldados para estas dos guerras, debido a las situaciones peligrosas e impopulares, a algunos soldados de la Guardia Nacional a nivel nacional les ofrecieron grandes sumas de dinero para que se reenlistaran, algunos por hasta seis años más.
A pesar del gran peligro que reenlistarse implicaba, muchos soldados lo hicieron y tomaron el dinero para alimentar a sus familias, pagar la matrícula universitaria o cancelar alguna deuda, sin saber que más tarde tendrían que pagar el dinero y que serían traicionados por el mismo gobierno por el que arriesgaron sus vidas. 
Las cuerpos militares como la Guardia Nacional, que en un momento representaron casi la mitad de la fuerza de combate durante estas guerras, se vieron obligados a ofrecer bonos por adelantado de hasta 20 mil dólares para volver a enlistar soldados con oficios específicos para cumplir con sus cuotas.
Como 10,000 soldados de la Guardia Nacional, principalmente en California, que no cumplían los criterios necesarios, recibieron estos bonos por “error”. Algunos soldados aceptaron estos  bonos impropios porque confiaban en personas que creían saber lo que estaban haciendo y se les aseguró que calificaban para estos bonos. Ahora a estos soldados se les exige devolver el dinero con intereses.
Recientemente, salieron a la luz noticias sobre la devolución de estos bonos, encendiendo la indignación e ira de soldados de todos los cuerpos del ejército y el público, obligando al secretario de defensa Ash Carter a salir y emitir una orden para suspender el proceso del cobro. Pero estas suspensiones son temporales para revisar el proceso con más cuidado, pero al final la mayoría de estos soldados tendrán que devolver el dinero.
De hecho, estas devoluciones han estado sucediendo hace unos años y continuarán en el futuro. Los soldados saben que esto es una guerra contra el gobierno que no pueden ganar y que han pagado este dinero o hacen grandes esfuerzos tratando de devolverlo, a veces hacen préstamos personales o refinancian sus casas sólo para salir del acoso de las agencias de cobro.
Como siempre, el capitalismo intenta echarle la culpa a otra persona, como el sargento del ejército Toni Jaffe, gerente de incentivos de la Guardia de California que fue sentenciado a 30 meses de prisión después de declararse culpable de llenar reclamos falsos. Ya sea de buena gana o no, el sargento. Jaffe hizo lo que el capitalismo - con su competencia egoísta brutal y su creciente exigencia de aumentar la producción para maximizar las ganancias - obliga a los trabajadores a hacer, como los trabajadores bancarios de Wells Fargo que estaban creando cuentas falsas para aumentar sus cifras de ventas para ganar más dinero. La trampa, la competencia y el egoísmo son algunas de las enseñanzas del sistema capitalista.
Bajo el capitalismo,  lo único que importa es el dinero e incluso cuando estos soldados podrían haber hecho el sacrificio final en la batalla, no fue suficiente para que el gobierno les permitiera a estos soldados esos bonos miserables, en comparación con los miles de millones de dólares desperdiciados en las guerras donde pelearon.         
Los soldados y obreros necesitan una sociedad comunista, donde puedan aprender unidad, cooperación, el compartir y un modo de vida digno que los libere de los horrores del capitalismo. Pero tal sociedad debe ser construida por soldados, obreros y estudiantes que ingresen al Partido Comunista Obrero Internacional. Lee, escribe y distribuye nuestro periódico Bandera Roja, el arma más grande que la clase obrera puede usar para acabar con la sociedad capitalista.

El PCOI está construyendo un nuevo Ejército Rojo. Existen camaradas veteranos, camaradas dentro y jóvenes que están por ingresar al ejército. Hemos aprendido de los avances y errores de los Ejércitos Rojos durante las revoluciones rusa y china. Esta creación de un ejército sin incentivos materiales sino políticos garantizará la victoria final del comunismo.