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“Odio a los indios,” solía jactarse Winston Churchill, el líder británico de la Segunda Guerra. En 1942 se negó a enviar alimentos para detener la hambruna en Bengala. “La hambruna de bengalíes desnutridos es de todos modos menos grave que la de griegos robustos”, argumentó él. Cinco millones de bengalíes murieron como resultado, un crimen de proporciones fascistas. Esto cuando dos millones y medio de indios voluntariamente peleaban por los británicos contra los nazis. ¡El colmo de desprecio racista!
Sin embargo, eso sólo era el comienzo. Es una historia explosiva porque en ella las masas son los agentes de cambio, mientras que los “grandes hombres” de la India, Gandhi y Nehru, sólo reaccionan a los eventos. Es una historia que las escuelas y los medios de comunicación populares todavía nos ocultan.
Guerra Mundial Arma a la Clase Obrera
La Guerra Mundial impone demandas peligrosas al Estado capitalista. Obliga a los gobernantes a enlistar a millones de jóvenes de la clase obrera, armarlos y entrenarlos para el combate. Entonces, el estrés de la guerra y las batallas les enseñan a los soldados que son más similares que diferentes (y que se necesitan mutuamente) - Negro o blanco, musulmán, hindú o sij. De esta manera se sienta la base material para la creación de una clase obrera joven, armada y antirracista para convertirse en agente de cambio revolucionario en vez de víctima de la violencia imperialista.
La hambruna de Bengala fue el punto de ebullición. Entre marzo de 1942 y abril 1946 hubo levantamientos de masas, huelgas generales y 15 motines en las fuerzas armadas de la India. El más significativo fue el Motín de Bombay de 1946.
Comida aguada, insultos racistas de los oficiales británicos y la detención del marinero B. C. Dutt (hindú) por escribir consignas anti-británicas provocó el motín. En una reunión de masas los marineros eligieron al líder Signalman MS Khan (musulmán) y el suboficial Telegrafista Madan Singh (un sij) para dirigir la huelga. En un momento decisivo borraron la división sectaria que el imperialismo británico había fomentando en la India desde la rebelión de los cipayos (soldado indio que servia en los ejércitos imperialistas) de 1857.
El Poder de las Masas Armadas
“Lo primero que hicimos fue liberar a B. C. Dutt,” recuerda Madan Singh. “Luego tomamos control de la isla de Bucher (donde estaba almacenada toda la munición de Bombay).” Luego se tomaron los transmisores en Kirk, el canal de comunicación entre los gobiernos de la India y Gran Bretaña. “
Entonces, formularon sus demandas. La retirada inmediata de las tropas indias de Egipto e Indonesia, la independencia de todas las colonias de Asia, libertad para todos los presos políticos, mejor comida y el mismo estatus con oficiales británicos. Con su control de las comunicaciones, el motín se extendió. En pocos días 78 barcos, 20 establecimientos de tierra y 20,000 marineros se les habían unido. Los barcos reemplazaron la bandera británica con las banderas musulmana, hindú y la roja.
El apoyo masivo de la clase obrera de Bombay fue masivo. En dos días, el Partido Comunista organizó una huelga general. 300,000 trabajadores respondieron. Montaron barricadas y tuvieron enfrentamientos armados con la policía. Pero los líderes del Partido del Congreso y la Liga Musulmana (invitados a participar en el motín porque los marineros habían enarbolado sus banderas) trabajaron sobretiempo para aislar el levantamiento del resto de la India y, finalmente, la dirigencia se vio obligada a rendirse.
“Luchar y Perder Hasta Que Ganemos”
Hizo esto con un llamado a continuar la lucha. “Nuestro alzamiento fue un evento histórico importante en la vida de nuestro pueblo. Por primera vez la sangre de los trabajadores uniformados y no uniformados fluyó en una corriente por la misma causa colectiva. Las generaciones venideras lograrán lo que nosotros no hemos sido capaces de lograr. Vivan las masas trabajadoras. Viva la revolución.”
Los imperialistas habían ganado esta batalla, pero habían perdido a la India. Más tarde ese año, 1,700 soldados en el ejército de la India comandados por los británicos se amotinaron. Luego los aviadores británicos se amotinaron. Querían ser enviados a casa, no desplegados para mantener a la India en el Imperio. Los gobernantes en Londres se dieron cuenta que no tenían ni los soldados ni el dinero para mantener a la India. El poder fue entregado rápidamente al Partido del Congreso y la Liga Musulmana. El sol por fin había comenzado a ponerse en el Imperio Británico.
Pero ¿por qué no amaneció un nuevo sol sobre una nueva valiente India liderada por comunistas? La falla se encontraba en la línea general del viejo movimiento comunista. Equivocadamente luchó por la “liberación nacional”, que sólo cambió los explotadores capitalistas. Nosotros no nos aliaremos con los patrones supuestamente “menos malos”, como oficiales en el ejército indio o con la bandera musulmana o hindú. Los obreros del mundo sólo necesitan la bandera roja. El PCOI está movilizando a las masas, especialmente los obreros industriales, soldados y marineros, directamente para la revolución comunista, para que unidos “la próxima generación logre lo (que generación de Dutt) no pudo lograr” - un nuevo mundo comunista donde colectivamente produzcamos y luchemos sólo por nuestra clase obrera internacional.
Este motín nos muestra la importancia y el poder de movilizar a masas de soldados y marineros en las fuerzas armadas patronales, y de ganar a los jóvenes a enlistarse en ellas, especialmente durante la guerra imperialista.