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Dialéctica Comunista

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La Historia de la Dialectica:

Las Contradicciones del Socialismo

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En la última columna sobre la historia de la dialéctica, hablamos de una idea fundamentalmente errónea desarrollada en la Unión Soviética (URSS) en la década de 1930, las supuestas contradicciones no antagónicas (CNA). Los escritores soviéticos nunca establecieron una sola explicación de lo que supuestamente determinaba una contradicción antagónica o no. Afirmaron, sin embargo, que las contradicciones en la sociedad socialista no tienden a intensificarse, a conducir a crisis y explosiones, o que requieran de la violencia para resolverse. Esto es justo lo contrario de lo que realmente sucedió en la URSS y posteriormente en China.
A pesar de lo incorrecto que era la idea de las CNA, un importante aspecto era correcto. Las contradicciones dentro del Partido o dentro la clase obrera no se resuelven de la misma manera que  nuestras contradicciones con los capitalistas y sus agentes, los polítiqueros, generales, policías, líderes sindicales, etc. Ambas contradicciones, dentro del Partido y entre los trabajadores y patrones, sólo pueden resolverse mediante la lucha. La lucha hace que las contradicciones se desarrollen, es decir, hace que los lados de la contradicción se definan más claramente y que el conflicto entre los dos lados se haga mas intenso. La diferencia entre muchas contradicciones dentro del Partido y las contradicciones entre las masas y los patrones es la forma como estas contradicciones se desarrollan y se intensifican.
Los miembros del Partido comparten (o deberían compartir) el compromiso en común de indagar la verdad y usarla para encontrar la mejor ruta hacia el comunismo. Sus contradicciones son sobre qué línea es la mejor. Los bolcheviques (comunistas soviéticos) llamaron a este proceso de elaborar la mejor línea “crítica y auto-crítica.” Incluso antes de la revolución Lenin había escrito:
“Admitiendo francamente un error, buscando las razones para ello, analizando las circunstancias que dieron lugar a cometerlo, y discutiendo a fondo los medios de corregirlo – esas son las características de un Partido serio, esa es la forma en que debe desempeñar sus funciones, esa es la forma en que debe educar y formar la clase, y luego a las masas”.
Los filósofos bolcheviques a menudo afirmaban que todas las CNA podrían resolverse con la crítica y la autocrítica. En una de las muchas confusiones acerca de las CNA, sin embargo, correctamente reconocían que los debates dentro del Partido pueden llegar a ser muy intensos y bien definidos. Descripciones como “el fuego de autocrítica” o “temas candentes” eran comunes a las discusiones sobre las supuestas CNA en la década de 1930.
Esta confusión puede ser eliminada de esta manera: Cuando las personas se comprometen a encontrar la línea correcta, sus contradicciones son principalmente entre ideas. Las contradicciones entre estas ideas se vuelven intensas y si son resueltas es porque la mayoría de personas son ganadas a ver una línea como la mejor. Los errores son derrotados, no las personas que los cometieron.
Esta forma de entender las cosas sólo será correcta si la mayoría de los miembros del Partido están dispuestos a aceptar y reconocer sus propios errores con el fin de encontrar las mejores ideas para avanzar los intereses de las masas. Esta es una situación por la cual un buen liderazgo tiene que luchar y mantener. Sin embargo, incluso el mejor liderazgo no puede lograr esto en el socialismo. En el socialismo hay una jerarquía de ingresos y privilegios, y los líderes que tienen esos privilegios luchan por mantenerlos y extenderlos.
Desde el principio, los altos funcionarios del Partido y del estado en la URSS tenían un nivel de vida mucho más alto que el de las masas. Algunos de ellos no querían arriesgar sus privilegios en la intensa lucha para colectivizar la agricultura y crear la industria pesada y un poderoso ejército. A fines de los 1930, cuando parecía cada vez más probable que la URSS estaría en una guerra a muerte con la Alemania nazi o el imperio japonés o con ambos, grupos de ex dirigentes del partido cuya política había sido derrotada en el debate interno conspiraron para asesinar a Stalin y a otros líderes importantes. Algunos de los conspiradores eran funcionarios de las fuerzas policiales del gobierno, que utilizaron sus posiciones para matar a mucha gente y debilitar el liderazgo del Partido. Los archivos soviéticos, abiertos en la década de 1990, muestran que más de 600,000 personas fueron ejecutadas en 1937-8, muchos de los cuales no habían cometido delito alguno. (Escritores anticomunistas han inventado cifras muy superiores.)
No importa como se explique las “contradicciones no antagónicas”, los hechos demuestran que las CNA no se aplicaban a la realidad soviética (o a la de cualquier otro lugar). Bajo el comunismo, sin embargo, movilizando  a las masas y con líderes sin privilegios se podrá resolver la mayoría de las contradicciones sociales con debates amplios, los cuales a veces se volverán muy intensos, según su resolución lo requiera.