¡Luchemos por el Comunismo!
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1º de febrero 2015 -  El gobierno “izquierdista”  griego de Alexis Tsipras es el último intento de los patrones de calmar a las masas haciéndose pasar por sus defensores contra el plan de austeridad impuesto por la zona euro. Sin embargo, en un correo electrónico a la agencia de noticias Bloomberg, Tsipras les aseguró los acreedores de Grecia que no iba a dejar de pagar la deuda ni hacer demandas unilaterales, y no haría nada para poner en peligro la membresía griega en la zona euro.
El nuevo gobierno griego está analizando sus opciones. Ha condenado las sanciones de EEUU contra Rusia, y está coqueteando con un rescate ruso. Al mismo tiempo, amenaza con bloquear la oferta China de privatizar el enorme puerto El Pireo, pero es poco probable que lo haga. Todo esto muestra la peligrosa inestabilidad de la intensificante  rivalidad interimperialista en medio de una crisis capitalista mundial.
Para los patrones todo es cuestión de dinero, pero para los obreros griegos, e incluso para la llamada clase media, es cuestión de vida o muerte. A pesar de las manifestaciones, huelgas y rebeliones masivas cientos de miles de trabajadores han sido despedidas. Un tercio de la población ha perdido su cobertura médica. Una cuarta parte de la población dice haber pasado hambre al menos una vez el año pasado. No importa lo que pase, el resultado será más miseria para los trabajadores griegos.
Dinero: ¿qué haremos los comunistas con el dinero? Fácil, lo aboliremos inmediatamente después que tomemos el poder, junto con todas las demás formas simbólicas de la llamada “riqueza”: acciones, bonos, deudas, cuentas bancarias (junto con los bancos) y dinero en efectivo. Y con la eliminación del dinero muere el sistema salarial, en el cual trabajamos por un salario que necesitamos para comprar comida, ropa, vivienda, salud, etc. Bajo el comunismo todo esto será compartido conforme las necesidades de todos.
Esta no es una idea nueva - desde Marx los comunistas se dieron cuenta de que el dinero eventualmente desaparecería. August Bebel, socialista izquierdista alemán, escribió (hace más de cien años) un libro profético llamado “La Mujer y el Socialismo”, que tiene unos capítulos sobre la futura sociedad socialista/comunista (que él no distingue claramente). Sobre el dinero dice:

    “Si en la nueva sociedad no habrá mercancías, es decir bienes producidos para venderse, últimamente no habrá dinero, tampoco. El dinero parece ser la contrapartida de las mercancías, pero es una mercancía en sí.... la nueva sociedad no producirá mercancías, producirá bienes
     “Al abolir el sistema salarial, la explotación del hombre por el hombre, el engaño y fraude, la adulteración de alimentos, especulación, etc., serán erradicados. Las salas de los Templos de Mammón estarán vacías, porque las acciones, bonos, pagarés, hipotecas, etc., se habrán convertidos basura.”

¿Cómo organizaremos según las necesidades la distribución del fruto de nuestro trabajo? Las masas tendrán que trabajar en los detalles cuando llegue el momento, pero probablemente implicará unidades sociales comunales como las fábricas, escuelas, hospitales y los colectivos de vivienda. Los trabajadores decidirán lo que se necesita, cómo conseguirlo y cómo compartirlo entre todos. Por ejemplo, en todos estos lugares podría haber comedores donde la gente puede comer. Bebel aseguraba que lo que él llamaba la “cocina comunista” ayudaría mucho a liberar a la mujer de la esclavitud doméstica.
Imaginemos cuánto más libre de preocupaciones serían nuestras vidas. Sin cuentas,  deudas, seguros de carro o de salud, ni impuestos o multas. Nadie temerá pasar hambre, llegar a la vejez, enfermarse, o perder su trabajo, porque siempre serán atendidos: “a cada cual según sus necesidades”.
El fin del sistema salarial terminará con las diferencias salariales sexistas y racistas y sentará las bases para eliminar a ambos. No habrá desempleo porque no se ahorrará el dinero con impedirle a alguien trabajar. Nuestra juventud ya no sufrirá la inactividad impuesta.
Nada de esto se dará espontáneamente. Años de intensa lucha vendrán después de la toma del poder para “trabajar en los detalles”. Cuatrocientos años de formación capitalista no se desvanecerán (incluso de la clase obrera) de la noche a la mañana.
Además, tendremos que luchar por la producción colectiva comunista, mientras peleamos contra los intentos de los imperialistas de socavar nuestra sociedad ideológicamente y destruirla militarmente. Pero al menos entonces, sin residuos institucionales capitalistas (como el dinero), podemos esperar la victoria final.
Nosotros no haremos ese error. El dinero y el sistema salarial son maldiciones en contra de la clase obrera, maldiciones que el comunismo eliminará.