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¿Garantiza el derecho a votar “la plena ciudadanía” y “justicia igual”? Díganselo a los familiares de Mike Brown, Ezell Ford, Eric Garden y a los de Tamir Rice de doce años.
La película “Selma” es sobre la marcha de Selma a Montgomery, Alabama, en marzo de 1965 para demandar el derecho a votar para la gente negra. Pero, realmente es acerca del asesinato de Mike Brown por la policía en Ferguson, Missouri. La banda sonora “Glory” con la frase: “Marchamos por Ferguson con las manos en alto” muestra claramente esto.
La película recalca el conflicto entre Martin Luther King y el presidente Lyndon Johnson sobre cuando firmar la Ley de Derechos Civiles de 1965. En una escena clave, King le dice a Johnson que la ley no debe postergarse. Después del asesinato a sangre fría de Jimmie Lee Jackson por la policía de Selma, King le dice a Johnson que no habrá “justicia” por este asesinato porque, en Alabama, la gente negra no puede votar, y por eso no puede participar en los jurados.
Cincuenta años más tarde, las masas están en movimiento protestando contra los asesinatos, a sangre fría, ejecutados por la policía, de hombres y niños negros desarmados. El gran jurado con una representación proporcional de jurados negros se ha negado acusar, y mucho menos encontrar culpables a estos asesinos. Un presidente negro y un fiscal negro no pueden proveerles “justicia” a estos asesinatos, mucho menos prevenirlos.
Argumentando que el derecho al voto traerá justicia a los jóvenes y obreros negros es una mentira, igual que todo el concepto de “justicia” en un sistema basado en la esclavitud asalariada y la dominación de los patrones. La realidad en los barrios pobres es que los policías son los verdugos de un sistema racista. El capitalismo utiliza a la policía para aterrorizar a los obreros negros y latinos, romper huelgas, proteger la propiedad privada y mantener el status quo.
La clase dominante de EEUU en 1965 estaba aterrorizada por el potencial revolucionario de los airados obreros y jóvenes negros. En “Selma”, los jóvenes combativos son fácilmente convencidos de que responder con violencia a los ataques violentos sería suicida. La verdad es que los obreros y campesinos negros del Sur del país poseían armas y las usaron para defender a sus familias de ataques racistas. Los obreros y jóvenes negros en las rebeliones urbanas de la década de 1960 - Harlem, Watts, Newark, Detroit y otros –definitivamente, no eran pacifistas.
Después del asesinato de Mike Brown en agosto pasado, las rebeliones estremecieron a Ferguson durante más de una semana, y de nuevo en noviembre, cuando el gran jurado falló no procesar a su asesino. Los pastores negros que llegaron en octubre no lograron calmar a los jóvenes airados que habían llegado de todo el país para protestar este asesinato y la respuesta militarizada de la policía.
La clase dominante todavía está aterrorizada de la violencia revolucionaria clasista. Deben tener miedo de que la juventud airada de hoy sea ganada al comunismo. El hecho de que casi un millar de personas, jóvenes y viejos, y de todas las “razas” tomaran Bandera Roja en la marcha de Martín Luther King en Los Ángeles demuestra este potencial.
Los patrones quieren desviar nuestra ira hacia un movimiento para el voto: su comodín y estrategia principal. El voto siempre ha sido solamente simbólico – atando a los trabajadores a la política capitalista y ofreciéndoles la vana esperanza de cambio. Hoy, el movimiento en torno a “el nuevo Jim Crow” busca encausar la oposición al racismo en el “Proyecto de Votar, O Todos o Ninguno”, que exige el derecho a votar para los ex convictos. La epidemia del crack (cocaína en piedra), “la guerra contra las drogas”, la construcción masiva de prisiones, las sentencias racistas y encarcelamiento masivo han tenido un efecto devastador en las comunidades negras. Quitarles de por vida el derecho a votar a los ex prisioneros es el menor de sus efectos. “Selma” es parte de la campaña para desviar la lucha contra el capitalismo racista hacia la farsa electoral.
El proyecto “O Todos o Ninguno” muestra cómo los capitalistas utilizan las reformas para fortalecer su sistema. Creando ilusiones que el capitalismo puede ser reformado, esta campaña desvía a los jóvenes y obreros airados de la verdadera causa del racismo—el sistema capitalista.
Una sociedad comunista, que elimine el dinero y la esclavitud asalariada, nos permitirá acabar con el racismo. Las masas en movimiento contra los racistas asesinatos policíacos nos dan la oportunidad de mostrar la esencia racista de la naturaleza del capitalismo y la urgente necesidad de la revolución comunista. En el movimiento de masas, Bandera Roja debe desenmascarar cual es la estrategia de la clase dominante en cuanto al “derecho al voto”: una farsa que nos ata al sistema racista patronal. Más lectores de Bandera Roja, más discusiones de las verdaderas raíces del terror policiaco racista, más jóvenes y trabajadores construyendo el PCOI es lo que necesitamos para organizar la revolución comunista que le pondrá fin al racismo, capitalismo y policía, de una vez por todas.
Entrego pizzas. Recientemente llamé a un cliente para decirle que estaba en la puerta. De repente, cinco jóvenes negros me llegaron por detrás con pistola en mano, diciéndome, “¡Deja caer la pizza!” Robaron cinco pizzas, algunas alas de pollo, mi celular y billetera. No tenia mucho dinero en mi billetera, porque la empresa de pizza me roba mi tiempo y trabajo. Yo estaba más enojado que asustado.
Yo también soy un joven negro. Estaba pensando que estos jóvenes estaban realmente lo suficiente hambrientos para empuñar una pistola solo por un poco de pizza. Más tarde me di cuenta de que estamos en competencia entre nosotros desde el primer día que existió el capitalismo.
Debido a la falta de empleos en las comunidades no-blancas, las únicas opciones que los jóvenes ven es robar lo que necesitan o si tienen “suerte” tal vez pueden conseguir un empleo miserable como el que tengo. La única otra opción real es luchar por el comunismo.
En el comunismo, no tendremos que robar para comer. Los jóvenes tendrán muchas oportunidades para desempeñar trabajos útiles y tendrán autoestima, respetándose mutuamente.
He estado buscando un trabajo en la industria o el transporte por casi dos años, hasta ahora sin suerte. En el comunismo ya seria un hecho.
—Gran Rojo