¡Luchemos por el Comunismo!
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En un discurso de 1957 a una reunión de los partidos comunistas del mundo, Mao Zedong afirmó que Stalin había “desarrollado metafísica [es decir, un pensamiento no-dialéctico] y dañado la dialéctica.... Stalin tenía un punto de vista muy metafísico.” Otros han descrito a Stalin como un pensador mecánico, no-dialéctico. Estas afirmaciones representan una visión no dialéctica de Stalin, cuya relación con la dialéctica cambió drásticamente durante su vida.
Stalin comprendió que la lucha de clases no termina o muere después de que la clase obrera toma el poder, pero se intensifica más hasta que el capitalismo es destruido por completo. Desde 1906, él ya defendía la dialéctica contra el anarquismo. Él escribió que hasta que los capitalistas estén completamente destruidos y todas sus riquezas confiscadas, la clase obrera tiene que tener una “guardia proletaria,” una fuerza militar que puede derrotar los “ataques contrarrevolucionarios de la burguesía moribunda.”
Después de la revolución de 1917, Stalin aplicó esta idea a la lucha para derrotar a los capitalistas rurales (“kulaks”) que controlaban gran parte del suministro de alimentos para las ciudades. “... Cuanto más avancemos”, dijo, “mayor será la resistencia de los elementos capitalistas y más aguda la lucha de clases.... Nunca ha sido y nunca será el caso de que una clase moribunda rinde sus posiciones voluntariamente, sin tratar de organizar resistencia”.
Esta idea correcta fue rechazada por otros dirigentes de los comunistas rusos. Bujarin afirmó que los capitalistas se darían cuenta de que habían perdido el poder y tenían que someterse al gobierno de la clase obrera. Abogó por políticas económicas que incitaran a los capitalistas rurales a producir más. La “huelga de grano” de 1928, cuando los capitalistas no vendían sus granos y obreros armados tuvieron que ir a tomárselo para impedir que en las ciudades se muriera de hambre, desenmascaró lo desastroso de la política de Bujarin y como resultado los comunistas comenzaron la colectivización de la agricultura y la eliminación de la clase capitalista rural.
La influencia de Stalin sobre la filosofía en la URSS no se limitó a escritos y discursos. Él alentó a los camaradas más jóvenes a criticar las creencias erróneas de los Deborinites (discutido en una columna anterior), lo cual finalmente produjo libros sobre la dialéctica ampliamente utilizados. Por el otro lado, Stalin impulsó el desarrollo de la idea seriamente equivocada de las “contradicciones no antagónicas”, también discutida previamente.
En 1938 el Partido publicó un “curso corto” sobre su propia historia. Stalin escribió una sección, que se convirtió en el folleto “Materialismo Dialéctico e Histórico”. Este folleto fue aclamado por la prensa soviética como un avance fenomenal, pero en realidad era un retroceso.
El panfleto omite una de las tres leyes de la dialéctica de Engels, la ley de la negación de la negación. Esta ley dice que si bien la historia no se repite, reversos parciales son posibles. La perspectiva de Stalin era que los logros de la construcción socialista hasta ese momento eran irreversibles. Pero la ley de Engels sugiere que las reversiones son posibles. Stalin omitió esta ley, y sin explicación alguna.
Un segundo error en el folleto era menos obvio. La dialéctica sostiene que las contradicciones internas en los procesos son los factores principales que determinan cómo cambian esos procesos. Por lo tanto,  las contradicciones internas del capitalismo son la causa principal de su crecimiento y destrucción. Lenin había hecho hincapié en este punto, y los libros de texto soviéticos de la década de 1930 lo decían claramente: “Las causas del desarrollo no se encuentran fuera de un proceso, pero en su interior.” (1932 libros Leningrado) Los mecanicistas, que se oponían a la dialéctica, afirmaron que los factores externos como la geografía o el clima determinaban el desarrollo social.
En el folleto, Stalin escribió que la lucha de los lados opuestos de las contradicciones “constituye el contenido interno del desarrollo.” Sin embargo, no dijo que este contenido interno es decisivo ni hizo una declaración clara sobre la importancia relativa de las contradicciones internas y las circunstancias externas. Este hecho, y la omisión de la ley de Engels son retrocesos en la filosofía dialéctica.
Estos pasos corresponden a retrocesos políticos decisivos en la URSS a finales de los1930. El más grande de ellos fue el “frente unido contra el fascismo”, que hizo una alianza entre comunistas y capitalistas “buenos”, aquellos dispuestos a oponerse al fascismo. Este “frente unido” significa abandonar la demanda de la revolución proletaria mundial. En la URSS, Stalin intentó pero no pudo conseguir que el Partido Comunista organizara elecciones donde los enemigos de la revolución (familias de los capitalistas rurales, oficiales zaristas, sacerdotes, etc.) podrían votar por partidos de oposición.
Existe un vínculo indisoluble entre la dialéctica y la revolución. Stalin luchó por la dialéctica, pero finalmente retrocedió de la dialéctica correcta al mismo tiempo que retrocedía de la revolución comunista.