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Trabajo de Prisioneros: Esclavitud del Siglo 21:

Comunismo Terminará con la Explotación y Prisiones

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El Trabajo Te Hará Libre” leía un letrero a la entrada de muchos campos de concentración nazis. “El Hongo”, en México, no tiene tal letrero. No es un campo de concentración. De acuerdo al gobierno mexicano, ni siquiera es una prisión, sino un “centro de rehabilitación social.”
En “El Hongo” hay una maquiladora, donde cinco corporaciones internacionales y sus socios capitalistas mexicanos dan a unos 300 reclusos la “oportunidad” de rehabilitarse mediante el trabajo.
Trabajan 40 horas a la semana produciendo prendas para Disneyland, Forever 21, Aeropostalle, Volcom y el ejército de Estados Unidos. A 72 centavos de dólar por hora, su salario mensual es de $110, o $5.50 al día. Después de deducir el 30 por ciento por los costos de tenerlos presos, les quedan $ 3.85. De estos 30 por ciento va a sus familias, y 30 por ciento a su cuenta de ahorro. Para sus gastos personales le quedan sólo 55 centavos de dólar por día.
Un preso produce en promedio 250 prendas al día o aproximadamente una cada dos minutos. Por lo tanto, recibe 17 centavos por prenda que se vende en las tiendas por 30, 40 o más dólares.
Este trabajo esclavista es el resultado inevitable de la necesidad de los capitalistas de maximizar sus ganancias. Dado que solo la fuerza laboral del obrero produce ganancias, las ganancias máximas exigen que los capitalistas la compren lo más barato posible o no pagarla ellas como en los campos de concentración nazis.

Las prisiones son rentables para los capitalistas. El comunismo eliminará las prisiones.
Acabando con la producción por ganancias y para el mercado eliminaremos la base material del “crimen”. Sin nada que se venda y compre, gran parte de la “pequeña delincuencia” que los capitalistas utilizan para encarcelar a los trabajadores desaparecerá.
La clase obrera en los barrios, ciudades, y en todo el mundo, si es necesario, se movilizará para lidiar con todas y cada una de las conductas antisociales. No habrá tribunales, jueces, abogados o policías.
No tendremos cárceles. Las rejas deshumanizan tanto al prisionero como al guardia. Lucharemos con los que participan en acciones anti-sociales para que cambien su comportamiento. Los que no puedan o se niegan a cambiar después de cometer acciones más graves como sabotaje, asesinato o violación serán expulsados de la sociedad.
Serán enviados a lugares aislados, y se les dará todas las herramientas necesarias para que  produzcan sus necesidades básicas. Si salen de allí para seguir siendo una amenaza para la sociedad tendremos que lidiar con ellos con mayor severidad.

El trabajo penitenciario es el trabajo esclavista del siglo 21
El siglo 21 es testigo de uno de los más feroces, sino la más feroz, rivalidad capitalista-imperialista por control el mercado mundial: Quién produce más baratos controla el mercado. Por eso las grandes potencias imperialistas, y potencias regionales en asenso, como México, comenzaron a usar el trabajo penitenciario en la primera década de este milenio. EE.UU. aumentó dramáticamente el uso de este en la década de los 1990.
Los patrones, por el otro lado, afirman que han cerrado sus campos de trabajo el año pasado, liberando a decenas de miles de prisioneros. Por ahora, “la mano de obra china mal pagada” es lo suficientemente buena para ellos. Su plan es usar esa mano de obra para producir y exportar productos más sofisticados, y exportar sus industrias que usan mucha mano de obra, como la costura, a países como Myanmar y Bangladesh. Allí, el salario mínimo es respectivamente de $ 2.50 y $3.30 al día.
Pagando estos salarios, el capitalismo hace más crudamente evidente que hay poca diferencia entre sus esclavos asalariados presos y sus esclavos asalariados con “libertad de viajar desde sus casas a la plantación” como un chofer de MTA dijera una vez. Pueda que la cadena sea un poco más larga; dando la impresión de “libertad”, pero las afueras de la prisión es una pobreza aplastante con todos sus males. Sólo el comunismo puede ponerle fin a esto.
El crimen en la sociedad capitalista es un reflejo del de los capitalistas-imperialistas, los más grandes criminales en la historia. Para librar a la clase obrera de sus efectos corruptores debemos destruirlos juntamente con su esclavitud salarial basada en el racismo, sexismo y fronteras.
El comunismo significará una vida plena y saludable para las masas obreras en todo el mundo. No tendremos grilletes en nuestros cuerpos o mentes. Con lucha prolongada y aguda, cuando sea necesario, eventualmente erradicaremos los residuos de la ideología capitalista de nosotros mismos y toda la clase obrera.
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