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Frantz Fanón fue un escritor, psiquiatra y activista político. Defendió la violencia revolucionaria, abogó por la “liberación nacional” de las colonias y escribió poderosas descripciones de las vidas de personas sufriendo la opresión racista. Sus escritos tuvieron una influencia significativa en los movimientos antirracistas y antiimperialistas masivos de la década de 1960. Los defensores de la política panafricanista o del pensar “post-colonial” recurren a sus obras hoy día, sin tener en cuenta el fracaso histórico total de las políticas como las de Fanón. Este artículo es el primero de una serie que resumirá y criticará, desde un punto de vista comunista, las a menudo contradictorias ideas políticas de Fanón sobre el racismo, nacionalismo y capitalismo.
Biografía
Fanón nació en 1925 en una familia de clase media en Martinica, una colonia francesa en el Caribe, dominada entonces y ahora por un pequeño grupo de terratenientes blancos. En 1943 salió de Martinica y combatió con los Franceses Libres contra la Alemania nazi. Después de la guerra estudió psiquiatría en Francia, y escribió un libro, Piel Negra, Mascaras Blancas, atacando el racismo anti-negro.
En 1953 Fanón tomó un empleo del gobierno francés como director del ala de psiquiatría en un hospital en Blida, Argelia. En 1954 empezó un levantamiento contra el dominio colonial francés, liderado por el FLN (Frente de Liberación Nacional), el cual fue reprimido brutalmente por el ejército francés. Fanón y algunos de sus empleados simpatizaban con los rebeldes. Conforme la intensidad de los combates aumentaba Fanón se encontró en la posición imposible de tratar a pacientes argelinos que habían sido torturados por la policía francesa, y al mismo tiempo tratar a los policías torturadores que querían un alivio de la miseria de ser un torturador.
En 1956 Fanón no podía quedarse más en Argelia, y se trasladó a Túnez. Allí trabajó como escritor y editor del diario Moujahid del FLN, y escribió artículos y libros que se publicaron en Francia. En 1959 fue nombrado embajador a Ghana por el gobierno provisional de Argelia, donde fue diagnosticado con leucemia. Mientras lucha contra la enfermedad, escribió su libro más influyente, Los Condenados de la Tierra, publicado en Francia justo antes de su muerte en Washington D. C, 1961.
La Liberación del “Hombre”
Fanón vio la meta de rebeliones anticoloniales como un avance hacia la liberación de “hombre”, la humanidad en abstracto, sin ninguna clase en particular. Él, sin embargo, vio a ciertas clases como aliados en esta lucha y otras como obstáculos o enemigos.
La clase trabajadora
Fanón pensó que la clase obrera europea recibió “ventajas sociales y aumentos salariales” como resultado del colonialismo. El esperaba, sin embargo, el apoyo, a pesar de sus intereses económicos, de los trabajadores europeos a las luchas anti-coloniales como parte del “proceso general de la liberación del hombre”.
Fanón no vio a la clase obrera de las colonias como una fuerza positiva en la lucha contra el colonialismo. En cambio, él escribió que “en los territorios coloniales el proletariado es el núcleo del pueblo colonizado más mimado por el régimen colonial”. Ellos son “relativamente privilegiados” y tienen “todo que perder.” A diferencia de los obreros europeos, él no esperaba que apoyasen el “proceso general de la liberación del hombre”. En vez de la clase obrera, Fanón vio al campesinado y al “lumpenproletariado” en las colonias como las clases revolucionarias.
“Lumpenproletariado”
Marx utilizó este término para referirse a los proxenetas, ladrones, estafadores, y otros pequeños delincuentes. El lumpenproletariado de Fanón, sin embargo, combina a los ladrones con las masas de obreros desempleados que viven en las barriadas en la periferia de las ciudades coloniales. Los “proxenetas, vándalos, desempleados y los delincuentes menores “, escribió él, se dedicarán “a la lucha por la liberación”. Esto es a la vez anticientífico y un insulto a los trabajadores. Hay una enorme diferencia entre el pensamiento político y el poder que tienen estos obreros desempleados y los pequeños explotadores que se aprovechan de ellos.
El Campesinado
Fanón tenía una visión idealizada del campesinado (un término que incluye campesinos ricos y obreros rurales). Su visión hacia caso omiso de las divisiones de clases, aunque el principal apoyo a la lucha anti-colonial en Argelia provino de los campesinos pobres. Vio a los campesinos como espontáneamente revolucionarios, dedicados a los levantamientos violentos, como también disciplinados y desinteresados. Fanón también se dio cuenta que la espontaneidad tenía sus límites, y afirmó que los levantamientos campesinos “necesitan control y dirigencia” por un liderazgo que proporcione organización e ideología, que provendrían de los “activistas” que se habían mudado al campo huyendo de la política corrupta de las ciudades.
La experiencia de los movimientos comunistas en Rusia y China ya había mostrado que los campesinos pobres y obreros rurales pueden ser una fuerza revolucionaria poderosa, pero necesitan el liderazgo no sólo de las ciudades, sino de la clase obrera y de las ideas de la clase obrera, es decir, el marxismo. Pero Fanón fue impreciso acerca de cuales debieran de ser las ideas de la revolución, además de la “independencia nacional”. No vivió para ver el completo fracaso de los movimientos de liberación nacional en liberar a las masas por doquier, desde Argelia a Vietnam, a pesar del heroísmo y el sacrificio de millones.
Referencias: Los Condenados de la Tierra, Hacia la Revolución Africana.
La próxima columna: Fanón sobre el capitalismo y la “burguesía nacional”