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Así Era el “Héroe”:

Parte Histórica de la Lucha Campesina en EE.UU.

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En 1970, Cesar Chávez, líder de los campesinos, fue declarado públicamente por la burguesía liberal el héroe, el luchador ejemplar y un orgullo hispano por su pacifismo y su anticomunismo. Yo lo conocí en el año 1965. Como supe que él quería organizar campesinos fui a verlo para hablar con él al respecto y conocer su opinión sobre lo que se debía hacer con los patrones rancheros que tan mal nos trataban a los trabajadores.
En la plática él expuso sus puntos de vista al respecto y yo los míos. Fue entonces cuando oí las primeras mentiras que me dijo. “Ya tenemos una organización de campesinos dispuestos a luchar,” me dijo, entre otras cosas. Y en cuanto a mis puntos de vista me dijo: “En nuestra organización tenemos hombres preparados para quebrarles las patas a cualquiera que se nos oponga”. Eran puras mentiras, lo supe muy pronto. Ni tenía lo que se podría llamar una organización: tampoco tenía los tales hombres preparados para quebrar patas. Cómo era que tenia hombres preparados para la violencia en la lucha, ¿si en la acción lo que predicaba era el pacifismo? Pero los trabajadores, la mayoría, creían en su política pacifista y perdedora; “si con el pacifismo”, decían ellos, “podemos ganar lo que queremos, la violencia sale sobrando”.
De aquella platica que tuvimos, Chávez y yo, a pesar de su negativa y desacuerdo, por mi insistencia y razón llegamos al acuerdo en declararle una huelga a la Compañía Rosalera Mt. Harbor, en McFarland, California, (la primer huelga en el Valle de San Joaquín) en mayo de 1965. Luego continuamos con la huelga general contra los rancheros productores de uva; huelga que duro hasta 1970, fecha en que los rancheros reconocieron nuestro sindicato y firmaron contratos colectivos con los obreros campesinos.
En aquella huelga, muchos campesinos hicieron a un lado el pacifismo de Chávez y lucharon valientemente, aunque muchas veces confundidos y frustrados, por la controversial política de Chávez, que lo mismo predicaba el pacifismo públicamente, que en privado apoyaba la violencia; lo mismo estimulaba a los huelguistas pacifistas, que maldecía a los violentos acusándolos públicamente de vándalos, pero los aplaudía en privado incitándolos a que hicieran esto o aquello.  Pero cuando algunos eran arrestados retardaba deliberadamente su defensa legal, o aconsejaba a los acusados ir a la prisión, y así tener la oportunidad de colectar mayor cantidad de dinero posible dizque para su defensa legal.
Chávez negociaba con los políticos del Partido Demócrata para poner a los campesinos a trabajar en sus campañas políticas y conseguirles votos a cambio de dinero y leyes, supuestamente, a favor de los campesinos; leyes que para nada sirvieron. Como la ley de Relaciones del Trabajo Agrícola de California (ALRB) y otras. Sin embargo, bien dice el dicho, “Echando a perder se aprende”.
Cuanta lucha, cuantos arrestos, cuanto sufrimiento y tiempo perdido, para aprender al fin que, “¡No es por allá, es por acá”! O sea que la lucha no debe ser por reformas, sino por la revolución comunista.
A esa clase de lideres y politiqueros, se refería aquel millonario, Federik Martin, cuando dijo, “No importa lo mas mínimo que partido político este en el poder ni que presidente tenga las riendas de la administración. Nosotros no somos políticos ni pensadores públicos; nosotros somos los ricos; somos los dueños de los Estados Unidos, lo obtuvimos Dios sabe como, pero tenemos la intención de conservarlos lanzando todo el tremendo peso de nuestra influencia, nuestro dinero, nuestras conexiones políticas, nuestros senadores comprados, nuestros hambrientos diputados, nuestros demagogos que hablan en público contra cualquier campaña que amenace la integridad de nuestras propiedades”.
Que todo esto a la clase trabajadora, hombres y mujeres, nos sirva para aprender que,  ¡no es por allá, es por acá! O sea que cualquier lucha obrera, por fuerte y combativa que sea, si no se hace por la revolución comunista se hace por el criminal capitalismo. Pues no hay términos medios.

Campesino veterano en la lucha

El Verdadero McFarland:

Lucha de Clases Dirigida por Comunistas

La película “McFarland” de Disney contiene medias verdades, verdades tergiversadas y mentiras descaradas.
Toma lugar en 1987 en McFarland, California, una pequeña comunidad agrícola con una población de unas 6500 personas, incluyendo mi familia.
En la década de 1980, McFarland tenía una tasa de cáncer infantil 3 a 4 veces mas de lo normal, por lo que era casi seguro que conocerías a alguien con cáncer o que murió de cáncer. Los bajos pesos al nacer se duplicaron y triplicaron de 1981 a 1983. En 1985 hubo audiencias públicas sobre el problema del cáncer, pero hasta la fecha no les han dado ninguna respuesta a los residentes de McFarland.
¿Por qué llegaría Disney a McFarland para hacer una película y no mencionar para nada la epidemia de cáncer que fue noticia nacional? La película ni siquiera menciona las horribles condiciones laborales y la superexplotación que los obreros agrícolas combatieron ferozmente en la década de 1980.
La ira crecía entre los residentes de McFarland y las protestas se daban regularmente. En 1988 el reverendo Jesse Jackson y Cesar Chávez, el presidente de la Unión de Campesinos, marcharon por McFarland aparentemente para canalizar la indignación de la comunidad hacia las urnas y el Partido Demócrata. La clase dominante temía los esfuerzos organizativos realizados por los comunistas que vivían en McFarland.
Lo que presenta en su lugar la película de McFarland de Disney es un problema generalizado, violento y aterrador de pandillas. La película se concentra en el Entrenador White, que desarrolló un exitoso equipo de carrera, presentándolo como salvador de niños inmigrantes pobres y de sus padres ignorantes.
Lo que Disney omite no es por coincidencia. Los capitalistas siempre tratan de enterrar la capacidad de lucha de la clase obrera. Si aceptamos el gane del campeonato estatal del equipo como el punto culminante  de nuestra comunidad, no estamos apreciando nuestro valor.
Estos chicos y esta comunidad estaban decididos a superar la adversidad mucho antes de que el Entrenador White llegara a McFarland. La película sólo arañó  la superficie del espíritu de lucha de esta comunidad. Desde protestas contra el agua contaminada y pesticidas a las protestas contra policías racistas y las horribles condiciones laborales, la adversidad unió a esta comunidad, demostrando nuestra gran capacidad de lucha.
Un recuerdo que tengo de crecer allí es una feroz batalla contra la policía de McFarland cuando se presentaron en antimotines para disolver una quinceañera donde muchos comunistas y amigos de comunistas estaban. Los policías de las comunidades cercanas de Delano, Wasco, y Shafter venían con ellos.
Los niños fueron evacuados en carros, mientras los adultos se quedaron para defender nuestro derecho a continuar la quinceañera en un salón alquilado para esa ocasión. Los policías atacaron y arrestaron a muchos, incluyendo a mi padre, y golpearon a muchos con sus macanas. Luego siguió una batalla legal apoyada por la comunidad, terminando con una compensación monetaria para muchos.
También recuerdo cuando expulsamos a la policía de McFarland, protestando el asesinato de nuestro vecino, el Sr. Zepeda, por un policía racista de McFarland. En la protesta frente a la estación de policía, la gente estaba furiosa porque habían cerrado el edificio por el día. Después de varios discursos, se formó una caravana de coches para buscar a los policías. Muchos jóvenes se quedaron atrás y más tarde supimos que los vidrios de las ventanas del cuartel policíaco fueron quebrados. Aún así, los policías de McFarland no se encontraban por ningún lado.
Disney presenta las pandillas de McFarland como un intento de la juventud de desasociarse de sus padres proletarios. Sin embargo, en esa época las pandillas en McFarland se formaron como protección contra la pandilla asesina de policías que protegían a los rancheros.
Los comunistas de McFarland distribuyeron muchos periódicos y volantes. Tenían una base masiva, pero desafortunadamente lucharon principalmente por reformas. Es por eso que el movimiento no avanzó más.
 El “McFarland” de Disney tergiversa la historia para ocultar estas rebeliones. Es ese espíritu rebelde que me enorgullece de haber crecido allí.
Camarada de Bandera Roja