¡Luchemos por el Comunismo! |
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Abril 21, 2015-- La muerte de setecientos de nuestros hermanos/as de clase, ahogados en el Mediterráneo el fin de semana pasado, son el resultado del caos, racismo, la explotación, y las guerras del capitalismo. Hace más urgente la necesidad de la revolución comunista.
Estos trabajadores y sus familias huyen de países cuyas fronteras fueron creadas y sus clases obreras empobrecidas por el imperialismo europeo. Las guerras de las cuales muchos huyen son el resultado de la crisis capitalista y la intensificante rivalidad entre los imperialistas de EE.UU. y China. Los que sobrevivan el viaje se unirán a las masas de inmigrantes superexplotados en una Europa azotada por la crisis capitalista.
Esto se asemeja a la situación de los inmigrantes de México y Centroamérica que huyen de la pobreza y la violencia asesina de policías, pandillas y traficantes de droga. Muchos mueren atravesando desiertos y montañas, y muchos de los que sobreviven acaban en campos de detención, peones en un juego capitalista.
Tenemos que movilizar a las masas para destruir este sistema asesino. Como clase obrera, no debemos vernos como víctimas. Si conociéramos nuestra historia, sabríamos que los obreros desde Senegal a Sudán, desde Bangladesh a Siria, desde Honduras a Guerrero se han organizado para luchar contra la opresión del capitalismo-imperialismo. Esos movimientos fueron derrotados por las debilidades del viejo movimiento comunista, que limitó su lucha a una batalla perdida por la liberación nacional bajo patrones capitalistas locales. El PCOI es un partido internacional que lucha directamente por el comunismo, y no hace compromisos con el racismo o nacionalismo. Construiremos un mundo dirigido por trabajadores sin la esclavitud asalariada y sin fronteras.
La crisis actual en el Mediterráneo
En el pasado, miles de inmigrantes, en su mayoría hombres solteros que no podían encontrar empleo en los países de África central y occidental asolados por el imperialismo, viajaban a través del Sahara a Marruecos para cruzar el estrecho de Gibraltar a España, en busca de asilo y empleos en la Unión Europea. Este cruce peligroso, a menudo interceptado por la policía española, causó anualmente la muerte de cientos de inmigrantes.
También viajaban a Libia, en busca de empleos en los campos petroleros. Hoy en día, la guerra civil en Libia ha eliminado esa opción. Estos africanos subsaharianos se unen ahora a los migrantes de países lejanos como Bangladesh y refugiados de las guerras en África Oriental y Oriente Medio. Más de un millón de refugiados han huido de estas guerras – hay 350.000 somalíes solo en un campo de refugiados en el norte de Kenia.
El caos creado por la intervención de EE.UU. en Libia ha convertido la ciudad de Trípoli en el puerto de oportunidades. Masas de obreros han huido allí, con la esperanza de llegar a Europa, y los traficantes oportunistas y asesinos les roban su último centavo para enviarlos a su muerte en el Mediterráneo.
El sueño de una vida mejor en Europa es una cruel esperanza. La muerte de casi dos mil refugiados en el Mediterráneo en este año es prueba del cinismo de los gobernantes europeos. Los patrones de la UE piden por una nueva ocupación colonial de Libia para controlar los puertos y mantener a los refugiados fuera de Europa. Están construyendo un movimiento antiinmigrante racista que acusa a los inmigrantes de ser terroristas, mientras los relega a los peores empleos y barrios.
Ahora están tratando de separar a los “refugiados” huyendo de la guerra - a quienes almacenarán en campamentos en algún lugar - de los “migrantes” huyendo del hambre y desempleo a los cuales regresarán a donde vinieron.
Tanto los “refugiados” como los “migrantes” son trabajadores que tratan de escapar de la devastación - explotación, desempleo, caos y guerra - que el imperialismo ha causado. En ambos casos, el imperialismo hace que los obreros sobren y sean desechables. Los capitalistas sólo necesitan trabajadores si pueden explotarlos, y al profundizarse la crisis capitalista de sobreproducción, más y más obreros son excedentes para los capitalistas. Durante la Gran Depresión, los patrones de EE.UU. mataban cerdos mientras que los obreros morían de hambre. También, tiraban las naranjas y la leche en el océano. ¡Ahora tiran trabajadores en el océano!
¡Es hora de tirar a los patrones al océano!
La crisis actual deja en claro: hay que deshacernos de los que crearon toda esta miseria para la clase obrera, los capitalistas, que son realmente desechables. En un mundo comunista, ningún trabajador será excedente. Organizaremos la producción para cubrir las necesidades, no con fines de lucro, y las aportaciones de todos, vengan de donde vengan, serán valoradas y bienvenidas. Al asesinar las guerras y crisis a nuestros hermanas/os de clase en todo el mundo, es más urgente que nunca movilizar a las masas para el comunismo. ¡Únete a nosotros!