¡Luchemos por el Comunismo!
	Partido Comunista Obrero Internacional
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"Oí su consigna de ‘Sin justicia no habrá paz’, dijo la Procurador Marilyn Mosby del Estado de Baltimore al  anunciar los cargos contra seis policías implicados en la muerte de Freddie Gray. "Su paz es sinceramente necesitada, mientras yo me esmero por darles justicia".
La "justicia" de Mosby no resucitará a Freddie Gray. No impedirá que los policías en Baltimore o en cualquier otro lugar continúen asesinando a nuestros jóvenes hermanos/as negros y latinos. Probablemente ni siquiera pondrá a los asesinos de Freddie tras las rejas. ¡La fianza para cada uno de estos carniceros es menos que la fianza fijada para un adolescente que se entregó después de romperle las ventanas a un carro de la policía!
Y sin embargo, a las masas justamente furiosas se les dice que "mantengan la paz". El apologista procapitalista Al Sharpton dijo: "Por lo menos ahora tenemos un día en la corte." Agregó que la gente no debería usar este caso para afirmar que "el sistema no funcionó."
"El sistema" es la dictadura capitalista sobre las masas. "Funciona" cuando nos mantiene pasivos, divididos, confundidos, y explotados. "Funciona" aún mejor cuando nos persuade - ¡en contra de nuestros intereses! – a que apoyemos a los gobernantes en tiempos de guerra. 
En el último año, "el sistema" no ha estado haciendo su trabajo muy bien. No ha podido impedir que jóvenes airados (negros y no-negros) protesten masiva y combativamente contra los asesinatos policiales racistas. Provocó a las masas de Baltimore a rebelarse.
Por lo tanto, sectores importantes de la clase dominante de EE.UU. están tratando desesperadamente de reformar “su sistema”, o al menos de crear la apariencia de reformarlo.
Hillary Clinton y el New York Times han "descubierto" que los hombres negros han "desaparecido" de las comunidades de la clase trabajadora negra porque muchos están en la cárcel o en el cementerio. La cubierta del 9 de abril de la revista Time pregonó que "Las Vidas Negras Son Importantes".
Estos gobernantes esperan canalizar la ira antirracista hacia la política electoral y "manifestaciones pacíficas y productivas", como lo expresó Mosby. Estamos seguros de que muchos verán a través de este ardid. Llegarán a comprender que "cambios estructurales y sistémicos", sobre los cuales Mosby sólo puede balbucear, requieren una revolución comunista.
Sin embargo, la demanda masiva de "justicia" refleja la ilusión de que un sistema legal puede de alguna manera servir tanto a los explotadores como a los explotados.
En verdad, todo el sistema de leyes, tribunales, policía y prisiones existe para proteger la riqueza y la propiedad de unos pocos. ¡Lo han robado todo del trabajo del resto de nosotros que lo produjimos! La raíz del racismo es el capitalismo mismo.
  El comunismo no promete tribunales "más justos" o policías menos racistas o inclusive "justicia". En vez les hacemos un llamado para que ayuden a movilizar a las masas para que ejerzamos el poder directamente en pro de nuestro interés colectivo.
No habrá la propiedad privada y por lo tanto no habrá crímenes contra la propiedad. No habrá desempleo ni explotación. Todos aprenderemos a hacer diferentes trabajos, siempre por el bien común, y compartiremos los frutos de nuestro trabajo.
En estas condiciones, el compañerismo y el respeto propio triunfarán sobre el egoísmo y la desesperación. Lidiaremos con comportamiento antisocial sin policías o cárceles. Movilizaremos a las masas para derrotar cualquier intento organizado de sabotaje o contrarrevolución.
"Las rebeliones tienen su efecto", argumentó un profesor radical, George Ciccariello-Maher (Salon.com). Citando a Frantz Fanon, él criticó duramente a aquellos como Sharpton, que aparecen durante las rebeliones para predicarle pacifismo a las masas mientras que los gobernantes racistas las brutalizan.
Sin embargo, esta posición, también, es reformista. Las rebeliones pueden "funcionar" para obligar a los gobernantes a hacer concesiones como el arresto de los policías de Baltimore. Pero sólo la revolución puede arrebatarles el poder Estatal. Sólo la revolución comunista puede destruir la base material del racismo. Sólo las masas, movilizadas para el comunismo, pueden construir el mundo que necesitamos.