¡Luchemos por el Comunismo! |
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EL SALVADOR—La mañana del 3 de junio no fue una mañana cualquiera para los habitantes de la comunidad El Espino, Antiguo Cuzcatlan. Cientos de personas se enfrentaron a la policía y al juez que intentaron sacarlos de la comunidad, donde han vivido por más de 80 años. La lucha evitó el desalojo por el momento, pero la lucha sigue.
La necesidad de un techo o un lugar para construir un hogar, lleva a millones de personas a nivel mundial a ocupar terrenos que “legalmente” no les corresponde. Excluidos, invisibilizado y maltratados durante décadas, es una muestra más de lo salvaje que es el capitalismo. Los culpables de esto, son los mismos que desahucian a los obreros en España, que quitan las casas a los trabajadores en Estados Unidos, los que desplazan a millones por sus guerras. Los culpables son los capitalistas.
A finales del 2014, un juzgado falló a favor de la millonaria Familia Dueñas, ordenando el desalojo de cientos de personas. ¿Cuál es su intención? Construir una nueva etapa de un centro comercial.
A estos burgueses les importa un comino la vida y la dignidad de estos trabajadores y trabajadoras. No podemos tener esperanza en los jueces o en “la justicia”, ellos responden a los intereses de la clase capitalista.
La lucha por el comunismo eliminará la producción por ganancias y la propiedad privada. Las viviendas serán una prioridad de toda la clase trabajadora. Trabajaremos colectivamente para las necesidades de todos y todas. Los Dueñas y todos los capitalistas serán cosas del pasado.
Esa mañana, los habitantes de la comunidad impidieron el acceso a las casas. El juez, con su función de rata y servil a los patrones, dio un ultimátum y dijo que tenían una hora para desalojar, si no, iba a usar la fuerza policial.
Nadie se movió de donde estaban, al contrario, una decenas de personas se movilizaron a la calle principal que da acceso a los centros comerciales y cerraron por una hora el acceso. El inspector de la policía, es un conocido de la comunidad. Un joven decía “Ese cabr*n nos lleva hambre, él se reunía con los directivos de aquí de la comunidad y de la nada apareció con una camioneta y no volvió más”.
La resistencia férrea obligó a retroceder al juez. El juez, enojado, declaró que algunos miembros de la policía no acataron órdenes que por ley deberían ejecutar. Sin embargo, el director general de la policía le aseguró que el próximo martes, toda la fuerza del estado estará a su disposición. Se ha abierto una mesa de diálogo, pero todo indica que el desalojo es inminente.
Desde Casa Presidencial, dirigida por el FMLN, salió un comunicado diciendo que se respaldaría totalmente a las personas de la comunidad, sin embargo, es irónico, ya que la UMO (Unidad de Mantenimiento del Orden Antimotines) reacciona con orden del ejecutivo.
Alrededor de la una de la tarde, un camarada y un amigo del Partido Comunista Obrero Internacional se movilizaron a la comunidad. Habían reunidas unas 100 personas hablando sobre cuál sería la respuesta.
“Hay que tener conciencia, conciencia de clase. Este es un abuso de quienes por años nos han maltratado: los ricos. Ellos son nuestros enemigos”, dijo un habitante, mientras todos aplaudían.
“Aquí no hay otra solución que luchar. O permitimos que nos saquen o luchamos”, dijo otro.
“Nosotros estamos aquí para apoyarlos…Esto es una lucha de clases…Quisiera ver a los Dueñas tratando de desalojarlos, ellos no son nada sin sus guardianes”, dijimos cuando nos permitieron hablar.
Al grito de “El Pueblo Unido Jamás Sera Vencido”, terminó la reunión de los habitantes. Dejando en claro que el martes se luchará nuevamente contra las fuerzas policiacas.
Luego, hablamos con algunas personas. Uno de ellos preguntó, “quienes son ustedes”, respondimos que éramos del Partido Comunista Obrero Internacional. Él levantó la manga de su camisa y enseño su tatuaje con la hoz y el martillo y dijo “Somos de los mismos”. Decidimos reunirnos para organizar un plan para el martes por posibles ataques e hicimos contactos por si deciden desalojar antes de cuando dijeron.
Con rabia y motivación, planeamos movilizar gente y llevar un volante comunista a esta comunidad. La solución a este problema no es evitar el desalojo, ni tampoco una escritura de tierra, es la destrucción total de la propiedad privada. Esto solo es posible movilizando a las masas para el Comunismo. Bandera Roja estará en la comunidad con una línea clara. No podemos vender la ilusión de que todo será mejor, solo podemos dejar claro que hay que luchar directamente por el comunismo y la destrucción del capitalismo.