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"El periódico Fiscal Times reporta que la guerra entre EE.UU. y China es ‘inevitable’. ¡Hace tres años que Bandera Rojalo dijo!" texteó un lector de Bandera Roja.
Esto es comparable a trenes, con creciente velocidad, rumbo a estrellarse. Quieren que los trabajadores se suban a bordo. En cambio, los trabajadores necesitamos movilizarnos colectivamente para descarrilar estos trenes y luchar para construir un mundo que avance sobre nuevos rieles. Necesitamos un mundo que no este basado en la competencia y ganancias. Un mundo comunista, donde se libere la creatividad de millones de obreros para que podamos satisfacer colectivamente todas las necesidades de la clase obrera y hacer que el hambre, la explotación, el racismo y las guerras sean cosas del pasado.
El tren de los imperialistas chinos marchará sobre su nueva Ruta de la Seda desde Shangai a Berlín, conectando Asia, Europa y África. El Banco de Desarrollo de China recientemente develó planes para invertir $890 mil millones en 60 países para financiar más de 900 proyectos. Estos incluyen proyectos de minería, electricidad, telecomunicaciones; explotación de petróleo, gas, carbón; construcción de carreteras, presas, puentes, trenes de alta velocidad, y puertos.
Su ruta de la seda tiene dos propósitos: hacerles enormes ganancias y movilizar rápidamente sus ejércitos en tiempos de guerra. China tiene unos 60 silos con misiles ICBM capaces de llegar a cualquier ciudad de EE.UU. Hace cinco años, China planeaba construir de una marina de guerra de alcance mundial. Hoy día, su construcción avanza a pasos agigantados.
Los patrones chinos avanzan en América Latina, el traspatio tradicional del imperialismo norteamericano. China, recientemente concluyó 35 acuerdos con Brasil: financiamiento para el petróleo, aviones, mineral de hierro y un mega proyecto ferroviario. China financia el canal en Nicaragua, otro golpe a la hegemonía mundial de EE.UU.
En enero, Beijing fue sede de una reunión de CELAC (Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe, que incluye a toda América, excepto a EE.UU. y Canadá). Allí China ofreció miles de millones en inversiones en proyectos para construir infraestructura, superexplotando trabajadores y en el proceso llevándose los recursos naturales.
La respuesta de EE.UU. es cada vez más beligerante. El Consejo de Relaciones Exteriores dice que la cooperación con China tendrá que ser sustituida por "intensa competencia estratégica entre EE.UU. y China".
Los patrones de China y Rusia están aliados y cada vez confrontan más abiertamente a EE.UU. China ha estado ampliando artificialmente arrecifes e islas casi sumergidas en el estratégico Mar de China Meridional rico en petróleo y gas natural. Construyen pistas de aterrizaje e instalaciones militares en ellas. La semana pasada, un editorial Global Times, vocero oficial del gobierno chino, dijo que a menos que los EE.UU. cambie su posición opuesta a los reclamos de estas islas por China, "la guerra será inevitable." EE.UU. ha respondido amenazando acción militar
Rusia también avanza a nivel mundial. El Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos informó recientemente sobre la creciente influencia de Rusia en América Latina. Advirtió que en futuros conflictos con Rusia, u otros rivales, estos "... tratarán de enfrentar a EE.UU. en todo el mundo, incluso en América Latina y el Caribe... Ahora es el momento de que EE.UU. coordine con sus aliados en el hemisferio la mejor manera de enfrentar este desafío”.
Los gobernantes de EE.UU., desesperados por contrarrestar el ascenso de China y Rusia, quieren aprobar rápidamente el AAT (Acuerdo de Asociación Transpacífico), un tratado económico y comercial que excluye deliberadamente a Rusia y China. Incluyendo a Japón y EE.UU., lo conforman 12 países de la costa del Pacífico que producen alrededor del 40% del producto interno bruto del mundo y un tercio de su comercio.
Los objetivos de EE.UU. son para abrir estos países para sus inversiones, ganar mas mercados para sus empresas, y ganar aliados para enfrentar el auge China y Rusia. Sin embargo, la firma del tratado no se concreta todavía.
Los obreros están viendo que esta contradicción cada vez más abierta está llevando la guerra mundial. Muchos sienten la tentación de tomar partido. Muchos se alegran del creciente poderío económico y militar de China y Rusia como contrapeso al odiado imperialismo estadounidense.
Otros tienen la ilusión de que el capitalismo-imperialismo puede trasformarse en masa paloma. Otros piensan que EE.UU. y China pueden pacíficamente gobernar juntos el mundo.
En esta situación, llena de peligros y oportunidades para la clase obrera internacional, los lectores de Bandera Roja y sus amigos deben considerar seriamente ingresar al PCOI, crear redes masivas de Bandera Roja y convertirse en líderes comunistas de masas para ayudar a movilizar a las masas para el comunismo y destruir el capitalismo-imperialismo y sus horrores.
Para ello necesitamos un PCOI y un Ejército Rojo masivo en todo el mundo para concentrarnos en movilizar a nuestros hermanos/as en el ejercito y en la industria para luchar por el poder obrero comunista, por un mundo comunista donde nadie sacará ganancias de nuestra mano de obra.
En el comunismo, nos movilizaremos para construir carreteras y puentes, no llevar productos al mercado con fines lucrativos, sino para mejorar nuestras vidas y acercarnos más.
Toda guerra en el mundo actual es por las ganancias de los imperialistas. Cuando emprendamos y ganemos nuestra guerra para deshacernos del capitalismo, no habrá más ganancias y guerras. En su lugar, construiremos colectivamente un mundo dedicado a satisfacer las necesidades obreras. ¡Únete al PCOI para hacer esto una realidad!