¡Luchemos por el Comunismo!
	Partido Comunista Obrero Internacional
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“La visita del Papa no va a cambiar nada. Es sólo palabras. Elogió a Martín L. King y a John Kennedy. King hizo su parte, Kennedy hizo su parte también, pero todavía estamos en la misma situación, todavía estamos aquí sufriendo. Para hacer un cambio real necesitamos el comunismo”, dijo una nueva camarada californiana.
Esto está en marcado contraste con los bombos y platillos que los medios de comunicación capitalista recibieron  la visita del Papa Francisco a EE.UU. y Cuba.
La prensa patronal trabajó horas extras vendiendo la versión del Papa de la reforma y la caridad como el camino a seguir para lograr un mundo justo. El Papa fue recibido en el Congreso, la Casa Blanca, etc., con sus llamados a la reforma migratoria, reforma del clima, y el fin de la pena de muerte. Todas estas reformas las abogan y apoyan los principales imperialistas de EE.UU. y politiqueros del Partido Demócrata, como Obama y Clinton.
El ala dominante del imperialismo estadounidense quiere una reforma migratoria para explotar mejor económicamente, y usar en sus guerras, a los 11 millones de indocumentados y sus 4 millones de niños nacidos en EE.UU. Utilizan el mensaje del Papa para tratar de derrotar a sus rivales capitalistas, principalmente a los republicanos del Tea Party.
El Papa Francisco es elogiado por ayudar a reconciliar a los EE.UU. y Cuba. Pero esto no tiene nada que ver con la paz. Es parte de la preparación para la guerra. Es parte de la estrategia del imperialismo de EE.UU. de poner a Cuba de nuevo en su órbita, debido a la ubicación estratégica de Cuba en la desembocadura del Golfo de México. Una Cuba con instalaciones militares rusas o chinas podría, en caso de guerra, bloquear todas las exportaciones e importaciones estadounidenses que utilizan estas rutas marítimas.
El acceso del Papa a los centros del imperialismo de EE.UU. sugiere que ha habido un acuerdo entre el imperialismo estadounidense y la Iglesia Católica.
“Este sistema no puede seguir así por mucho tiempo”, dijo nuestra nueva camarada. Eso es lo que los patrones del mundo más temen: que masas de obreros se rebelen contra su sistema capitalista en descomposición y opten por la revolución y un mundo comunista sin patrones, fronteras, o explotación racista. Por eso los gobernantes trataron de que los ruegos del Papa para reformar el capitalismo parecieran algo nuevo y audaz.
Más y más trabajadores ven que el capitalismo no puede ser reformado para satisfacer nuestras necesidades. A pesar de las prédicas del Papa de velar por los pobres, nunca culpará al capitalismo-imperialismo y su competencia por ganancias por la pobreza masiva, la crisis de refugiados, y el calentamiento global. Él nunca apoyará la revolución comunista para destruir el sistema de ganancias.
Sin embargo, el comunismo es la única manera de construir un mundo basado en compartir y el colectivismo; un mundo  que satisfaga las necesidades de toda la humanidad. Sólo la clase obrera movilizada por el comunismo puede destruir el capitalismo y construir el comunismo.
Ningún santo, Papa o politiquero capitalista movilizará para el comunismo. Los capitalistas nos quieren ganar al idealismo religioso y que confiemos en estos personajes. Buscan evitar que nos movilicemos para el mundo comunista que necesitamos.
Ya sea que el Papa viva en el Vaticano en un pequeño o lujoso apartamento, la Iglesia Católica es una de las organizaciones más ricas con vastas propiedades en todo el mundo. El Papa encabeza su propia ciudad construida con la explotación de los obreros del mundo. Se supone que debemos estar agradecidos porque vino y comió con los pobres. La Iglesia Católica gastó $ 220 millones en su gran catedral en el centro de Los Ángeles donde miles de desamparados duermen en las calles.
La historia y actuales acciones de la Iglesia Católica desmienten el mensaje de piedad del Papa. Su intención es ganar al reformismo a las masas obreras quienes odian la opresión capitalista.
La sangrienta historia de opresión  de la Iglesia comenzó cuando abrazó la esclavitud al ser nombrada la iglesia oficial del Imperio Romano, e incluye la masacre y la esclavitud de los pueblos indígenas en las Américas. Durante su estancia en los EE.UU., el Papa canonizó a Junípero Serra, torturador y asesino de los indígenas norteamericanos.
Antes y durante la Segunda Guerra Mundial, la Iglesia Católica se negó a criticar a Hitler cuando su maquinaria de guerra asesinó a 6 millones de Judíos, 28 millones de Rusos y millones más.
Como nuestra nueva camarada muestra, masas de trabajadores que anhelan un mundo libre de pobreza, racismo y codicia, pueden ver que la única manera de eliminar la pobreza, las deportaciones, y la encarcelación masiva es mediante la revolución comunista.
Millones quieren apoyar a nuestros hermanos y hermanas de clase en todo el mundo. La construcción de un partido internacional que nos una contra los opresores capitalistas y nos movilice para satisfacer las necesidades de la clase obrera mundial es la orden del día