¡Luchemos por el Comunismo! |
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La semana pasada en Ferguson, Missouri, jóvenes y trabajadores airados se manifestaron de nuevo protestando la destrucción del monumento en memoria de Michael Brown. Mientras se manifestaban demandando el despido del jefe de la policía, este intentó unirse a la manifestación. Pero los manifestantes lo rehusaron.
Estas rebeliones fueron dirigidas por jóvenes negros que orgullosamente seguían la tradición anti-racista de las rebeliones desde Detroit a Watts en los 1960 y 1970.
Desde Ferguson a las protestas en Los Ángeles contra el asesinato de Ezell Ford, a las rebeliones contra el terror policial a lo largo de EEUU, y las rebeliones lideradas por soldados negros en el ejército durante la guerra de Vietnam, los gobernantes están aterrorizados por la potencial de los trabajadores negros y latino a rebelarse contra su sistema racista y a luchar por un cambio revolucionario.
Es por eso, especialmente en estos tiempos de crisis y crecientes ataques contra los trabajadores, que el capitalismo necesita el terror racista para hacer implantar su explotación. Los patrones usan el terror policial para imponer su esclavitud asalariada racista—para tratar de evitar rebeliones, especialmente por parte de los trabajadores negros y latinos, a quienes atacan más duramente. Por lo tanto el gobierno patronal siempre defenderá a sus policías asesinos.
Pero, como el terror racista no está manteniendo calmos a los trabajadores rebeldes, los patrones están también tratando de desviar la ira y odio de estoa hacia un movimiento para “reformar” la policía. Algunos gobernantes de EEUU quieren reformar ligeramente su sistema judicial de terror y encarcelamiento masivo racista, atacando especialmente a los jóvenes y obreros negros y latinos.
Pero, cualquier reforma que hagan será para ayudar a su sistema. Puedan que cambien las leyes sentenciarías para que más jóvenes estén disponibles y dispuestos a ingresar al ejército, y para ahorrarse dinero dejando en libertad a algunos presos de edad avanzada. Pero, cualquier reforma tendrá como meta calmar a los airados obreros y jóvenes, no para eliminar el terror racista.
Por ejemplo, una de las demandas de este movimiento reformista es que los policías tengan cámaras en sus uniformes, supuestamente para mantenerlos en línea. Ahora muchas ciudades han comenzado obligar a la policía que usen esas cámaras. Pero se usan para favorecer la policía. Cuando no les conviene apagan la cámara o decir que no estaba funcionando.
Los patrones tienen el poder Estatal y lo utilizarán para defender y proteger a sus policías racistas. Un ejemplo es la Corte Suprema, uno de los pilares del sistema de “justicia penal” de EEUU, supuestamente arbitro neutral para todos. Pero, como todas las instituciones capitalistas, sólo sirve los intereses de los capitalistas.
Esta corte ha hecho casi imposible responsabilizar s a la policía o a las ciudades para las cuales trabajan. En mayo, la corte suprema dictaminó que los policías que mataron a disparos a un motorista y su pasajero en una persecución de alta velocidad no hicieron nada malo, y que disparándoles 15 veces era una forma legítima de parar la persecución de un coche.
La corte también dictaminó que todos los funcionarios gubernamentales, incluyendo la policía, pueden usar su “inmunidad” como defensa al ser demandados por daños monetarios.
La Corte Suprema es parte del estado de los patrones, usada para imponer y legalizar la dictadura capitalista sobre la clase obrera. El estado incluye: la policía, los tribunales, escuelas, medios de comunicación, fuerzas armadas, partidos electoreros y sindicatos. Existe para garantizar las ganancias, el poder de los patrones y la explotación y esclavitud asalariada patronal.
Si las crecientes rebeliones contra el terror racista de la policía se limitan a exigir mejorar la policía, o votar por una “mejor” corte suprema, o más cámaras para los policías, el capitalismo, con su esclavitud asalariada, su terror racista, y sus guerras se mantendrá intacto. Pero si las masas airadas que han desafiado a los policías empuñen la lucha por el comunismo, podemos cambiar el mundo. Podemos ponerle fin al estado capitalista, su racismo y terror policial para siempre— ¡y lo haremos!
El comunismo no tendrá ni necesitará la policía, tribunales ni cárceles. Aboliremos la esclavitud asalariada y el racismo. Como no habrá dinero y todos compartiremos, no habrá motivación para robar o acaparar. Todos participaremos colectivamente organizando la producción, seguridad, salud y todos los demás aspectos de la vida.
Todavía habrá cierto comportamiento anti-social, pero los colectivos, por medio del partido, lidiaran con ello mediante la movilización contra el racismo y cualquier otra conducta anti-obrera cuando sea necesario. Puesto que cada uno conocerá y trabajará con sus vecinos colectivamente, la comunidad sabrá cuando hay problemas y colectivamente los resolverán. ¡Movilicemos para el comunismo!