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LOS ANGELES--“Me suspendieron por dos días sin goce de sueldo por haber llegado tarde”, comentó una chofer de MTA a un distribuidor de Bandera Roja.
“¿Cuánto tiempo tienes en la empresa?” preguntó nuestro camarada
“12 años”, respondió la chofer, y habló acerca de las razones por su tardía.
Nuestro camarada se solidarizó con ella, pero desafortunadamente no usó este incidente para mostrar cómo una sociedad comunista lidiaría con cuestiones como la puntualidad y la disciplina.
Este artículo es un intento para tratar de corregir ese error. Su propósito es también mostrar la necesidad de que los comunistas utilicen todos los ataques contra la clase obrera - no importa lo pequeño que sean - para desenmascarar el capitalismo como el sistema brutalmente asesino que es, y para presentar nuestra visión de un mundo comunista dirigido por la clase obrera.
Como todo en una sociedad de clases la puntualidad y disciplina tienen un sello de clase. Bajo el capitalismo, el propósito principal de la puntualidad es garantizar el flujo oportuno y permanente de las ganancias patronales. La disciplina es para obligar a los obreros a que obedezcan ciegamente las órdenes patronales, aterrorizarlos para que sean pasivos, y disuadirlos de organizar o rebelarse contra sus amos capitalistas.
¿Por qué tienen que ser puntuales los trabajadores de MTA? Un chofer de MTA una vez correctamente le comentó a un distribuidor de Bandera Roja, “¡Mi trabajo es llevar obreros de sus hogares a las plantaciones y traerlos de regreso! Todos somos esclavos asalariados”.
Los choferes de MTA transportan diariamente alrededor de 1.2 millones de pasajeros. Muchos ellos son jóvenes llevados y traídos de la escuela donde son entrenados y disciplinados para ser futuros esclavos asalariados puntuales y obedientes y soldados patriotas que luchen y mueran por el capitalismo. La mayoría, sin embargo, son esclavos asalariados que van a las fábricas o centros de trabajo para producirles ganancias a sus amos capitalistas.
Decenas de miles de ellos trabajan por salarios bajos en industrias como la costura, hoteles, limpieza de edificios, o en la comida rápida. Les producen anualmente decenas de miles de millones de dólares en ganancias a sus amos.
MTA es su único medio de transporte. Es por esto qué los trabajadores de MTA tienen que ser puntuales y los autobuses no pueden parar de seguir rodando. Esos esclavos asalariados y los de MTA tienen que ser puntuales o serán amonestados, suspendidos o despedidos por llegar tarde.
En el comunismo, los trabajadores serán puntuales por su compromiso y dedicación a la clase obrera. Sin embargo, no planificaríamos situaciones en las que la ausencia o tardanza de uno o incluso varios trabajadores priven a alguien de sus necesidades vitales o pongan en peligro su vida.
En situaciones donde la presencia y el trabajo de algunos trabajadores sean crucialmente necesarios para una o varias personas, la puntualidad no será responsabilidad solo de un trabajador, sino de tantos colectivos como sean necesarios.
Esto garantizará que no importa cuántos trabajadores no puedan estar allí a tiempo, habrá suficientes trabajadores para hacer lo que sea necesario – sin importar la cantidad de trabajadores, recursos y el tiempo se tarden.
Las relaciones sociales y de producción comunistas crearán seres humanos cuya principal preocupación será satisfacer individual y colectivamente lo mejor posible las necesidades de seres humanos, Sólo entonces el concepto cristiano de “Ama a tu prójimo como a ti mismo” será plenamente implementado.
La disciplina comunista se basa en el amor a las masas. La disciplina capitalista se basa en el amor de los patrones al dinero y su necesidad de maximizar sus ganancias. Para disciplinar a sus esclavos asalariados utilizan sobornos y el terror.
“Si un chofer de MTA llega tarde tres veces más, en un período de 6 meses, después de la primera suspensión, es causa para ser despedido “, comentó un chofer veterano de MTA.
Una de las principales armas de los capitalistas para aterrorizarnos para que les obedezcamos es negar los medios de sobrevivencia a nosotros y nuestras familias. ¡El comunismo nunca haría eso!
Nuestro colectivismo y cooperación garantizarán que nadie con su tardanza o ausencia impacté negativamente las necesidades vitales de alguien. Siempre habrá alguien disponible que tome su lugar.
Nadie será despedido en una sociedad comunista. Lucharemos camaraderil y colectivamente con todos los trabajadores para incrementar su compromiso y amor para nuestra clase. Si por alguna razón alguien es incompatible con un trabajo específico, siempre habrá trabajo útil y creativo que pueda hacer. Sólo el comunismo puede hacer esto.
¡Todos los lectores y distribuidores de Bandera Roja necesitan ingresar al PCOI para hacer que este mundo humano comunista sea una realidad!