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Sudáfrica:

Destruir Imperialistas Chinos y de EE.UU. con Revolución Comunista

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El Congreso Nacional Africano (CNA), dirigido por Nelson Mandela llegó al poder en 1994 prometiendo prosperidad al 90% de la población negra que vivía bajo el brutal apartheid. En realidad, los años de negociaciones anteriores a 1994 estaban dirigidos a engañar a los obreros sudafricana que libraba una lucha de clases armada, potencialmente revolucionaria. Los 20 años de gobierno del CNA ha traído nuevos ataques contra la clase obrera, creando una pequeña élite negra que es la columna vertebral de los nuevos sectores financieros y empresariales.
Dos cambios dramáticos han ocurrido recientemente en Sudáfrica. Uno de ellos es el crecimiento del Partido Comunista Obrero Internacional entre los obreros industriales. El otro es la disminución de la presencia económica europea y estadounidense, y al mismo tiempo el sorprendente ascenso del capitalismo chino allí.
China es el mayor socio comercial de Sudáfrica. Tiene grandes inversiones en minas de platino y hierro. Le ha extendido un préstamo de $5 mil millones a la empresa estatal Transnet y moderniza el sistema ferroviario. La gigantesca cadena estatal televisora china ha comprado un antiguo periódico sudafricano. Con la apertura en Port Elizabeth de FAW, la fabrica china de camiones, China planea acaparar el creciente mercado sudafricano de autos. Con las inversiones chinas en shale oil, satélites y la construcción de un gran centro financiero en Johannesburgo, Sudáfrica está cambiando rápidamente.
La penetración china en África del Sur ha creado también una sección de capitalistas sudafricanos que prefieren negociar con China. La Minera African Rainbow, dirigida por el negro sudafricano más rico, Patrice Potsepe, tiene acuerdos exclusivos con la Corporación Minera de China. Las minas de platino y manganeso, metales clave para la industria automotriz, son ahora propiedad conjunta de empresas sudafricanas y chinas.
El CNA es respaldado por un poderoso grupo de capitalistas con vínculos comerciales con China. Usando el nacionalismo negro, el CNA ha intensificado sus ataques contra la clase obrera. Pero los obreros sudafricanos tienen un largo historial de lucha. Desde las minas de Marikana a los obreros de Transnet en Port Elizabeth, millones luchan contra el sistema capitalista asesino. Bandera Roja empieza a ser leído por los obreros.
El descontento masivo con el CNA y los sindicatos dirigidos por CNA ha dado origen a la Unión Nacional Autónoma de Obreros Metalúrgicos de Sudáfrica (NUMSA, siglas en ingles) que pretende ofrecer una mejor alternativa al abiertamente pro-empresarial CNA. NUMSA planea lanzar un partido político en base a lo que llama un “Frente Unido contra el Neoliberalismo.” NUMSA no tiene planes de destruir el capitalismo y reemplazarlo con el comunismo. Su plan reformista propone llegar al poder para reemplazar al CNA mediante elecciones.
Aunque pueda que el CNA y NUMSA en apariencia tengan aspectos diferentes, el materialismo dialéctico nos enseña que, en esencia, ambos defienden a la clase capitalista. La verdadera alternativa para la clase obrera es unirse al PCOI. Estamos construyendo el movimiento revolucionario internacional que acabará con el capitalismo y su esclavitud asalariada. Cualquier lucha por reformas, no importa cuan grande o heroica sea, mantendrá a los capitalistas en el poder. La clase obrera sudafricana ha inspirado a cientos de millones de obreros por todo el mundo. Armados con las ideas revolucionarias comunistas del PCOI, conquistaremos un mundo comunista.