¡Luchemos por el Comunismo!
	Partido Comunista Obrero Internacional
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El bombardero ruso derribado el 24 de noviembre por Turquía es una salva más en la guerra por terceros que libran los imperialistas de EE.UU. y Rusia en Siria e Irak. Este intensificante conflicto tiene muchos giros y vueltas. Perol al fin de cuentas, sin embargo, es que todas las potencias involucradas son fascistas. O son imperialistas o vasallos de imperialistas.
Cada patrón capitalista gustosamente ordenará a sus soldados y obreros a ir a la muerte en sus guerras por dominar los mercados del mundo y la fuerza laboral de los obreros. Esta intensificante rivalidad capitalistas-imperialistas muestra la urgente necesidad de acabar con ellos mediante movilizando a las masas para la revolución comunista.
Tenemos que luchar más duro por un mundo comunista sin competencia, mercados o ganancias. En el comunismo, los trabajadores del mundo colectivamente producirán y utilizarán la energía sólo para satisfacer las necesidades de nuestra clase obrera internacional.

La posición geopolítica  crucial de Turquía.
“Turquía es el guardián del Mediterráneo desde el Mar Negro mediante su control de los estrechos de los Dardanelos y el Bósforo. Eso significa que si Rusia quiere enviar buques de contenedores, cargas de petróleo y buques de guerra hacia el oeste, que pasan por Turquía. Si la OTAN quiere amenazar la parte más vulnerable de Rusia desde el Mar Negro, Turquía tiene que dar la luz verde. “(Stratfor)
A largo plazo, EE.UU. quiere posicionarse para la Tercera Guerra Mundial. En la región del Mar Negro eso significa construir para confrontar a Rusia. Tales alianzas pueden incluir a Turquía y los países de Europa Oriental como Polonia y Rumania. Al mismo tiempo, mediante su viraje hacia Asia Pacífico, el imperialismo de EE.UU. busca controlar el Mar del Sur de China, forjando alianzas allí para confrontar a China.
Para esto, los imperialistas de EE.UU. necesitan romper el control que Rusia tiene sobre los suministros de energía de Turquía y Europa. Esto garantizaría el apoyo de estos a EE.UU. en las cuestiones geopolíticas de hoy día. Esto también será indispensable para la eventual guerra mundial.
A corto plazo, el avión derribado ruso le pone un alto a los esfuerzos  rusos para controlar los gasoductos. El gasoducto South Stream habría llevado gas ruso adicional a Turquía y Europa. Eso fue torpedeado cuando Bulgaria, presionado por la Unión Europea a favor de EE.UU., le negó que transitara por su territorio. El “plan B” de Rusia para reemplazar al South Stream era el gasoducto Balkan Stream.
Este gasoducto habría conectado al Turkish Stream, un gasoducto submarino desde Rusia a Turquía. Hubiera atado a Turquía más a Rusia. Esto habría beneficiado a Turquía al  hacerla un importante centro de tránsito para el gas ruso que va a los mercados de Europa Oriental.
La estrategia de EE.UU. del Mar Negro, anclada  en Turquía y estos países, no puede tener éxito a menos que sean liberados del abrazo del oso ruso. EE.UU. y sus aliados europeos quieren construir el gasoducto Eastring para conectar Europa Oriental a Turquía en lugar del Balkan Stream.
Desde la invasión rusa a Ucrania, Ucrania y Europa Occidental han reducido drásticamente sus importaciones de gas ruso. Después de que Turquía derribara el avión ruso, Rusia impuso sanciones a Turquía. Turquía ha anunciado que va a reducir sus importaciones de gas ruso en un 25% el próximo año. Los exportadores estadounidenses de gas están buscando acaparar ese mercado.
Así que cualquiera sea la verdadera historia que está detrás del avión ruso derribado, los imperialistas de EE.UU. están sacando ventaja.

“¡No queremos ser soldados para los imperialistas!”
Los capitalistas-imperialistas del mundo compiten por los recursos naturales del mundo para competir mejor por el mercado y ganancias. Los eventos diarios comprueban que esta competencia sólo puede conducir a guerras más grandes y letales, incluyendo la guerra mundial. Los obreros del mundo no tienen absolutamente intereses creados en esta pelea canina de los patrones del mundo.
Debemos seguir el ejemplo de miles de manifestantes turcos contra la guerra que gritaban en octubre de 2012, “Nosotros no queremos ser los soldados de los imperialistas.” Rehusémonos todos a luchar por cualquier capitalista o imperialista. Los soldados deben unirse a los obreros y los jóvenes en la lucha por destruir a todos ellos mediante la movilización de las masas para la revolución comunista.
El comunismo eliminará a los patrones y las ganancias, y con ellos las fronteras y las guerras imperialistas. En lugar de la competencia capitalista, las masas obreras cooperarán para producir energía segura y sostenible y llevarla adonde más se necesita.
Hacemos un llamado a todos los lectores de Bandera Roja, en Turquía y en todas partes, para difundir Bandera Roja, escribir para ello, y para que ingresen al Partido Comunista Obrero Internacional para ayudar a movilizar a las masas para conquistar el mundo comunista que necesitamos.