En nuestra última columna discutimos algunas
de las deficiencias en el pensamiento dialéctico de Lenin sobre el
conocimiento. Eventos en el verano de 1914 movieron a Lenin a estudiar más
profundamente la dialéctica y lograr avances importantes en la filosofía
comunista.
En julio de 1914, los imperialistas europeos
comenzaron la 1ª Guerra Mundial, una batalla sobre el saqueo capitalista que
masacraría a millones. Los socialistas europeos (la "Segunda Internacional")
habían visto venir esto, y los partidos socialistas de la mayoría de los países
habían prometido oponerse a las guerras imperialistas y organizar huelgas
políticas masivas si una comenzaba.
Lo que realmente sucedió fue que casi todos
los líderes socialistas apoyaron a "sus" gobiernos y trataron de parar a los
obreros comunistas que querían convertir la guerra en una revolución. El
movimiento socialista internacional que aparentemente luchaba por derrocar el
capitalismo se convirtió en su opuesto, apoyando al imperialismo y ayudando a
oprimir a la clase obrera.
A pesar de estar luchando por construir un
nuevo movimiento comunista que usaría la guerra como una oportunidad para hacer
la revolución, Lenin comenzó a estudiar la filosofía dialéctica de Hegel
inmediatamente después de comenzar la guerra. Algunas de las conclusiones de
Lenin de este estudio aparecieron en sus artículos y discursos, pero Lenin dejo
mucho más en sus cuadernos que sólo fue publicado después de su muerte.
Resumimos sus ideas más importantes en esta
columna y la siguiente.
La Dialéctica del Desarrollo
Las catástrofes de 1914 contradecían por
completo la idea del desarrollo histórico muy común en la Segunda
Internacional, que el movimiento obrero evolucionaría gradualmente, aumentando
en tamaño y poderío, hasta derrocar al capitalismo.
Esta perspectiva correspondía a uno de los dos
puntos de vista básicos sobre el cambio histórico identificado por Lenin. Uno
ve el cambio como la "disminución o aumento, como repetición," por lo general
sin ser capaz de dar una explicación general de lo que causa estos cambios.
El punto de vista opuesto es el dialéctico.
Este reconoce que, además de aumentar o disminuir, el desarrollo "a menudo
avanza a saltos, y por medio de catástrofes y revoluciones en la naturaleza y
la sociedad." La razón de estas "rupturas en la continuidad" es porque los
procesos son impulsados por la "contradicción y el conflicto" de
las fuerzas y tendencias dentro de las cosas, eventos y sociedades.
Las contradicciones tienden intensificarse más
y brotar en cambios repentinos como una explosión o crisis económica. Por lo
tanto, la dialéctica ve brotes (como la "primavera árabe") o colapsos
repentinos (como el ejército iraquí en las últimas semanas) como eventos
normales que deben esperarse. Lenin dijo que sólo la unidad de los contrarios,
los aspectos de los procesos que están conectados, pero que se excluyen
mutuamente, puede explicar los procesos en el mundo real.
Convirtiéndose en lo Opuesto
Una de las cosas que ocurren en los procesos
reales es que se convierten en su opuesto, es decir, toman características que
son opuestas a las que solían tener, como el movimiento socialista preguerra
que se convirtió en un brazo del imperialismo. La Segunda Internacional les
permitió a reformadores y auto-promotores convertirse en líderes, especialmente
a los burócratas sindicales, que se aliaron con los capitalistas para mantener
sus prebendas.
Estos oportunistas fueron tolerados como
miembros legítimos del movimiento, junto a los revolucionarios. A comienzos de
la guerra los líderes pro-capitalistas ganaron la lucha de clases dentro de la
Segunda Internacional y la lideraron a apoyar al imperialismo, lo contrario de
su supuesto objetivo.
Después del colapso de la Segunda
Internacional, los revolucionarios en Rusia fueron capaces de construir el
partido comunista - los bolcheviques – de la crisis de la guerra.
Convirtieron el colapso en su opuesto, la revolución triunfante en octubre de
1917, tres años después.
La Lucha de los Contrarios
Lenin hizo hincapié en que la unidad de los
contrarios es temporal y limitada, pero "la lucha de contrarios mutuamente
excluyentes es absoluta, así como el desarrollo y el movimiento son absolutos."
La unidad de reformistas y revolucionarios en el movimiento obrero se acabó
cuando comenzó la guerra, pero la lucha de estos dos lados continuará mientras
exista el capitalismo.
La tendencia en la historia de los procesos es
que sus contradicciones internas se vuelven más fuertes y rompen cualquier
anterior unidad entre los opuestos. Lenin decía que totalidades dividiéndose en
partes contradictorias es en realidad la "esencia de la dialéctica."
En la siguiente columna, discutiremos las
ideas de Lenin sobre la unilateralidad y su nueva comprensión de idealismo.
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