Esclavizados por un Salario, Nosotros Hacemos Carros. Ellos Hacen Ganancias

¡Abolamos El Sistema Salarial!

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Parte 1

La industria automotriz es fundamental para las economías capitalista avanzadas. Incluyendo las industrias que producen para esta – construcción de carreteras, petróleo, acero, hule y vidrio – la producción automotriz representa cerca del 13% del PIB de las principales economías capitalistas.

Debido a esto, “Conduciendo Hacia un Precipicio”, un análisis detallado de la industria afirma que “La industria automotriz es una generadora masiva de riqueza económica.” ¡Qué mentira!

Es una mentira de omisión. Realmente, son los obreros automotrices los generadores masivos de la riqueza económica. El Estado capitalista, intelectuales y periodistas repetidamente borran el papel central de la clase obrera en la sociedad moderna. Quieren que creamos que somos superfluos.

Hoy día, la industria automotriz es mundial, como todas las industrias es presa de la crisis general del capitalismo. Es una crisis que plantea algunas preguntas sorprendentes. ¿Por qué, por ejemplo, a los obreros alemanes la VW les paga $ 67 por hora, mientras que a sus obreros en EE. UU. les paga sólo $ 27 la hora, incluyendo salarios y prestaciones?

Sin embargo, nuestra serie de artículos sobre los obreros automotrices del mundo plantea preguntas aún más alarmantes. ¿Por qué necesitamos el sistema salarial? ¿Por qué necesitamos tener “capital” para invertir? ¿Por qué no producimos para satisfacer las necesidades sociales y no para ganancias?

Para los capitalistas es una crisis del capitalismo. Nosotros la sentimos como una crisis de esclavos asalariados: problemas pagando los gastos, incertidumbres del futuro, la necesidad nuestra por aumentos salariales significa que es una crisis nuestra. Sin embargo, independientemente de lo que sentimos, las necesidades del capital son las que dictan nuestra situación.

En la producción capitalista, las ganancias no son suficientes. Necesitan la tajada más grande posible del mercado para ganarles a sus competidores. Y necesitan la máxima tasa de ganancias para atraer las inversiones necesarias para automatizar y capturar una tajada aún más grande del mercado.

En todo esto nos necesitan – la clase obrera. Pero no como socios. Nos quieren como esclavos asalariados. En el capitalismo ningún trabajador obtiene empleo a menos que genere ganancias.

Según datos oficiales, en EE. UU. un obrero automotriz promedio gana $37 por hora ($22 en salarios y $15 en prestaciones). En esa hora produce como $240 dólares en productos (las estadísticas lo definen “valor agregado”). El capitalista invierte $37 por hora y recibe a cambio $240. ¡Magnifico sistema – para el capitalista!

Para apreciar el negocio redondo que esto es, tomemos 100,000 obreros automotrices (hay mucho más). Veamos un turno de 40 horas (la mayoría de las plantas tienen dos o tres turnos). La inversión capitalista por hora es de $37 x 40 x 100,000 = $148 millones. ¡El “valor agregado” para el capitalista es de $240 x 40 x 100,000 = $ 960 millones! ¡Y dicen que la clase obrera industrial es importante!

Por supuesto, los $ 960 millones no son todo ganancias. Para empezar, sólo existe como crédito (“dinero ficticio ‘) hasta que los coches se vendan. Por eso es importante la tajada del mercado. Luego, parte es para pagarles intereses a los banqueros por los créditos recibidos, pagarles a los proveedores del acero, vidrio, neumáticos y la energía utilizada en la producción. Aun así, una enorme cantidad de dinero queda concentrada en las manos de los patrones automotrices.

Ese “dinero ficticio” no es dinero como nosotros lo conocemos: es capital. Como tal, es poder social y político y puede ser utilizado, invertido o derrochado como al capitalista le dé la gana. Es ese capital, por ejemplo, que le permite a VW trasladar parte de su producción de Alemania ($67 por hora) a EE. UU. ($27 por hora).

Nosotros no tenemos esa libertad. Nuestro salario está casi todo gastado antes de recibirlo. Para empezar, de los $37 solo vemos $22 porque $15 van para pagar nuestras prestaciones. $22 la hora es apenas el llamado “salario digno” para una familia de cuatro en EE. UU.

Esta lucha constante por cubrir nuestros gastos y apenas sobrevivir es un ciclo que demanda tanta atención nuestra que podemos perder de vista el ciclo más general e importante. ¡Este ciclo muestra nuestra fuerza de trabajo creando el poder de ellos y su poder controlándonos – a pesar de que somos la mayoría y ultimadamente tenemos el poder decisivo! ¡El sistema salarial empodera a los capitalistas y esclaviza a los obreros! ¿Quién lo necesita?

Parte 2

Los Sindicatos apoyan la guerra imperialista y la esclavitud asalariada:

MIL Millones de Obreros Industriales Pueden Construir el Comunismo

Nuestro artículo anterior examinó el “valor agregado” creado por los obreros asalariados por hora trabajada.

En 1999, durante la guerra contra Yugoslavia, la OTAN bombardeó la planta de automóviles Zastava. La redujeron a escombros y dejaron a los obreros desempleados. En 20l2, Fiat inauguró su nueva fábrica sobre el sitio bombardeado. Lista a explotar los 15 años de alto desempleo allí, paga cerca de una tercera parte de los $10 por hora que paga a sus obreros en Polonia.

De hecho, las condiciones laborales y los salarios en la industria automotriz – como cualquier otro empleo – son determinados más por la rivalidad interrimperialista, o manipulaciones de la economía nacional por el gobierno, que por cualquier cosa que pasa en las negociaciones contractuales entre la patronal y el sindicato. La guerra imperialista juega un papel importante en empobrecer a los obreros.

Aunque las bombas fueron lanzadas sobre Yugoslavia, la destrucción fue diseñada para crear “conmoción y pavor” en toda Europa Oriental y Central. La región que fue en parte controlada por los imperialistas rusos iba a estar ahora, la guerra y sus bombardeos anunciaron, completamente bajo el control de los imperialistas alemanes y estadounidenses. La mano laboral barata del área estaba ahora a la disposición del capital Occidental. ¡Gústenos o no, las fuerzas armadas juegan un papel clave en la tasa de ganancias de los capitalistas!

Entre 2000 y 2011 la producción automotriz de la región se más que duplicó. Los empleos en auto aumentaron 60% o sea a 535,000 en 2010, Volkswagen, Fiat, Ford y General Motors fueron los primeros en invertir en plantas y equipos nuevos, aprovechándose de la mano de obra más barata. Toyota y otros les siguieron después.

Uno de cada cuatro coches vendidos en Europa ahora son fabricados en Europa Oriental, donde los patrones pagan salarios muchos más bajos que en su país “de origen”. El costo de mano de obra varía. En Rumania, donde Ford y la empresa francesa, Renault, tienen plantas los obreros ganan entre $ 6 y $ 7 por hora. En Hungría en la planta de motores de Audi propiedad de VW, la más grande del mundo, los obreros ganan cerca de $18 por hora, más o menos lo que VW paga en Chattanooga, EE. UU. En Alemania, pagan a sus obreros $67 por hora.

Y los empleos que los obreros en el Este ganaron, los obreros en el Oeste perdieron. Al año de la guerra en Yugoslavia, Ford anunció planes de cerrar una planta en Bélgica y dos en Inglaterra, mientras GM planeaba eliminar 6,000 empleos. Todos los demás fabricantes hicieron proyecciones similares. Desde ese año, los salarios y condiciones laborales de los obreros industriales en el Este fueron usados para extraerles concesiones a todos los obreros industriales en Europa Occidental.

Sin embargo, en 1999, ningún sindicato en Europa Occidental ni tan siquiera sugirió una huelga contra la guerra imperialista dirigida por la OTAN contra Yugoslavia, aun cuando bombardeaban a los obreros de Zastava eliminando sus empleos. ¡Qué patético fracaso! Aun así, es un punto que Bandera Roja discute continuamente con nuestros compañeros de trabajo: Los sindicatos juegan un papel reaccionario. Mientras proclaman defender nuestra calidad de vida, en realidad defienden las guerras de sus amos imperialistas, negándose a atacar el sistema salarial como la fuente del poder capitalista. Nosotros hubiéramos organizado una huelga política contra el capitalismo y sus guerras imperialistas y por el comunismo.

La clase dominante actúa como si el sistema salarial es aceptado por las masas del mundo como una fuerza liberadora, sacándolas de la pobreza. De hecho, la gigantesca explosión del trabajo asalariado en los últimos 30 años sólo fue posible por el empobrecimiento brutal de las familias rurales de Asia, África y las Américas.

Nunca en la historia mundial, desde el cercamiento de las tierras de uso común en la Gran Bretaña en el Siglo 18 a los acuerdos del TLCAN en México en los 1990’s, las masas jamás han aceptado la fábrica y su sistema de trabajo asalariado. Al contrario, han sido obligadas a aceptarla por la pobreza impuesta por el Estado o por guerras interrimperialistas. Nunca, hasta hoy, tantos obreros habían sido contrapuestos entre sí por las necesidades de las ganancias capitalistas.

¡Nunca, en la historia del movimiento comunista revolucionario ha tenido más resonancia el lema de “¡Obreros del Mundo, Uníos!” Nunca en la historia ha tenido la oportunidad un ejército de mil millones de obreros asalariados de reflexionar sobre su existencia común y construir una alternativa comunista al sistema salarial, su creciente pobreza y mayor explotación. La producción y distribución de Bandera Roja tiene un papel clave que desempeñar.

(Los artículos futuros examinarán la crisis de sobreproducción, y la amenaza del auge de China a la dominación norteamericana. Para un artículo final solicitamos cartas e ideas, especialmente de obreros industriales, de cómo piensan ellos que sería la producción de automóviles en el comunismo. Más ampliamente, ¿cómo organizaríamos el transporte en el comunismo?)

Parte 3

¡Abolamos el Sistema Salarial!

Una de las razones para abolir el sistema salarial es porque que crea ganancias. Las ganancias (o “plusvalía”) son repartidas entre los banqueros, promotores inmobiliarios e industrialistas.

En 2001 la industria automotriz comenzó a crecer en la India. Para 2006 un grupo de capitalistas decidió hacer de la India un “centro de producción global” para automóviles. Vieron al 20% de la población – la clase media – que vive con cerca de $ 2.50 por día y millones más que subsisten con menos. En otras palabras, vieron una mano de obra barata y masiva. Pero ellos querían más.

Consiguieron subsidios gubernamentales, exenciones fiscales, subvenciones para sus investigaciones y, sobre todo, leyes laborales favorables. Consiguieron, por ejemplo, leyes que redujeron el salario rural aún más. Esto obligó la migración de las aldeas a las ciudades en busca de empleos y redujo aún más los salarios. (TLCAN produjo el mismo efecto en México ayudando a convertirlo en un centro de fabricación de automóviles en el continente americano).

Es evidente que los obreros automotrices (o de cualquier industria) enfrentan un ataque político total contra sus salarios. Nunca puede ser de otra manera. Los salarios son fundamentales para el capitalismo. Sin trabajo asalariado no habría ganancias. Sin ganancias no habría capitalismo.

Lo cual nos trae a otra razón porque necesitamos abolir el sistema salarial: aunque crea ganancias, las leyes del capitalismo demandan ganancias máximas, ¡las cuales tienen que salir de nuestro cuero! Esto es especialmente cierto en tiempos de crisis mundial. Aunque la producción automotriz en la India se disparó de 1.7 a 3.3 millones en siete años, este crecimiento no satisfizo a los inversionistas. Como pueden invertir en cualquier parte del mundo, sólo lo hacen donde pueden sacar ganancias máximas.

Esto obligó a los patrones automotrices a reducir costos. Y lo hicieron acelerando el trabajo y recortando salarios. Mientras que en 2001 los empresarios y banqueros sacaban $ 2.63 por cada dólar invertido, en 2010 sacaban $6.14 por cada dólar invertido Fue un asalto feroz contra una clase obrera ya empobrecida. En las afueras de Delhi, la principal zona productora de automóviles en la India, el 80% del millón de obreros trabajan por “contrato” (es decir, no permanentes), otros son “aprendices”. Estas categorías pagan menos que las plazas permanentes.

Por supuesto, los obreros respondieron al ataque. Entre 2009 y 2012, una ola de huelgas combativas recorrió por la industria. Culminó con el arresto de 147 obreros de Maruti-Suzuki en 2012, acusados injustamente por el asesinato de un jefe de personal durante una huelga. Aunque todas las pruebas apuntan a su inocencia (el jefe de personal en realidad había accedido a sus demandas), han permanecido en la cárcel por más de dos años sin juicio. En 2013 el Tribunal Superior de Punjab les negó la libertad bajo fianza, argumentando que “los inversionistas extranjeros probablemente no van a invertir dinero en la India por temor a disturbios laborales.”

La Corte Suprema no tiene ilusiones: el trabajo asalariado es fundamental para que exista un estado capitalista. Pero los obreros de Maruti-Suzuki no estaban en huelga contra el sistema de trabajo asalariado o contra el estado capitalista. Estaban en huelga contra la empresa donde laboraban para que el trabajo asalariado allí fuera más tolerable. En esto, eran similares a los cientos de miles de obreros automotrices que participaron en la ola de huelgas entre 2009 y 2012.

Lo cual nos lleva al obstáculo más grande para abolir la esclavitud salarial: su control ideológico sobre nosotros. Como los capitalistas nos han hecho creer en todas partes que no podemos vivir sin dinero, luchamos solo para modificar el sistema salarial. Cuando realmente debemos luchar por abolirlo. Una encuesta mundial como esta ayuda a dejar claro que la explotación y la opresión que enfrentamos no son principalmente el resultado de una empresa (la gerencia), de una industria (las fuerzas del mercado) o de un país (partidos electoreros). Son el resultado de un sistema mundial – el capitalismo. Nosotros producimos todo lo de valor en la sociedad. Tenemos que preguntarnos: ¿por qué continuar produciendo ganancias? ¿Por qué no podemos producir para las necesidades sociales?

¡Claro que podemos! Y esa es la importancia de la Bandera Roja. Ahora en continente tras continente está provocando debates revolucionarios sobre la abolición salarial y la construcción de una sociedad comunista como nunca. En general, estas discusiones son demasiadas pequeñas, ¡pero esto sólo pone en relieve el papel importante tuyo como lector! ¡Únete al PCOI, ayuda a distribuir Bandera Roja e iniciar donde trabajas las discusiones sobre la abolición del sistema salarial y la lucha por un mundo comunista sin patrones ni dinero!

Parte 4

¡Nosotros Producimos Autos, Ellos Sacan Las Ganancias!

¡Abolamos La Esclavitud Asalariada!

Como vimos, la producción capitalista es intensa. Exige la más alta tasa de ganancia, la tajada más grande del mercado y la mano de obra más barata posible. En esta pelea canina, cada sector produce “lideres” del mercado. Para sobrevivir, los fabricantes menores tienen que esforzarse por desplazar a estos “líderes”. Es una situación de perro-come-perro que crea un clima caótico, preñado de la posibilidad de la crisis de sobreproducción y la destrucción generalizada de fábricas y maquinarias.

Hoy día, en las industrias automotrices del mundo, los mercados japoneses, surcoreanos y europeos están lidiando con su exceso de capacidad productiva, ya que son capaces de producir muchos más autos de los que pueden vender. China, una de las pocas áreas donde las ventas están creciendo, también se ve amenazada por el exceso de capacidad productiva. Debido a los mercados relativamente débiles en el resto del mundo todos los principales fabricantes quieren construir fábricas y vender autos en China.

“Es una pelea encarnizada de precios y de finales de cuentas”. Así fue como el manufacturero europeo de autos, Sergio Marchionne, describió hace un par de años las tasas de ganancias en la industria automotriz mundial y desde entonces sólo se ha vuelto más encarnizada.

¡Es bien encarnizada cuando BMW celebra un año récord de ventas anunciando que recortará costos (salarios, prestaciones, condiciones laborales) en $575 millones por año por los próximos 6 años!

    • Es bien encarnizada cuando VW, el mayor fabricante de automóviles en Europa anuncia planes para recortar costos en un promedio de $2 mil millones anuales por los próximos tres años.
    • O, cuando VW planea abrir su nueva fábrica en China no en Shanghái con su mano de obra barata, pero en Urumqi a 4 mil kilómetros hacia el interior de China, donde los salarios son aún más bajos.

Es aún más encarnizada cuando tomamos en cuenta que los salarios son sólo una parte de esto. En Eslovaquia, a menudo llamada la “Detroit del Este”, 70,000 obreros producían 500,000 vehículos en 2010, pero sólo dos años más tarde, en 2012, producían 900,000.

Es lo mismo en EE. UU., en 2004 había 70 fábricas de automóviles. Hoy hay 55 produciendo casi la misma cantidad de vehículos. Los costos laborales disminuyeron en un 27%, mientras que los turnos nocturnos trabajan jornadas de 10 horas los lunes y martes, y los turnos diurnos laboran jornadas de 10 horas los viernes y sábados, como también un ‘obligatorio’ domingo al mes.

 Es lo mismo en todo el mundo, más horas, jornadas laborales más intensas, turnos los fines de semana y menos seguridad para trabajar. Turnos “llenos de fatiga, vacíos de satisfacción.” En algunas plantas 57 segundos de cada minuto se contabilizan. En las fábricas de Toyota en Japón hay un fenómeno nuevo – karosha, o muerte por el exceso de trabajo. En el capitalismo el obrero asalariado es más robot que humano. ¡Es solo una mercancía, para usarse y descartarse!

Escuchemos a la prensa alemana comparar a VW y Toyota. Toyota emplea 339,000 obreros y vendió 9.98 millones de vehículos el año pasado. VW emplea a 573.000 y vendió 9,730,000 vehículos. “¿Por qué VW”, se pregunta el periódico alemán Süddeutsche Zeitung “necesita más de 234 mil obreros para producir menos coches?” ¡Ellos quieren cortarles el sustento a 234,000 hombres y mujeres! El capitalismo es un sistema mundial con una sola visión del mundo, una visión que ve a los obreros asalariados como cosas.

El movimiento revolucionario que Bandera Roja construye descarta esa visión del mundo. Si piensas que, en vez de someter a una persona a hora tras hora de operaciones intensas y repetitivas, el proceso de producción debiera de utilizar toda la gama de las capacidades humanas, entonces ya estás pensando como comunista. Debes integrarte a nuestro movimiento, si piensas que en vez de tener que humillarte yendo a mendigar, suplicar o pedir por un empleo, debieras estar produciendo algo que la comunidad necesita lo cual es el resultado de discusiones en las que tú mismo participaste, entonces estás pensando como un comunista. Debieras de unirte a nuestro movimiento. Si piensas que en lugar de trabajar para enriquecer y hacer más poderosos a los banqueros, industriales y terratenientes debiéramos trabajar para crear un mundo donde compartamos lo que producimos, ya piensas como comunista. ¡Ya sabes lo que hay que hacer!

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