Carta desde Palestina: Entre Hambre y Sed, Organizando Una Colectiva Comunista en un Campo de Refugio

GAZA, 7 de noviembre—Soy un fotógrafo independiente en Gaza. Quiero contarles cómo se siente vivir en medio del genocidio.

El ejército israelí tiene la ubicación GPS de todos los tanques de agua instalados en los tejados. Están lanzando bombas sistemáticamente sobre estos tanques para privar de agua a la población. También tienen la ubicación GPS de cada panel solar instalado en Gaza, las panaderías y los molinos harineros. Ahora han bombardeado todas estas estructuras. Miles de cadáveres se encuentran bajo los escombros. El hedor de la descomposición se está extendiendo por todas partes.

A esto se suma la destrucción del sistema de saneamiento y alcantarillado. Nos vemos reducidos a unos dos litros de agua salada y pan seco cada dos días. Masas de personas son conducidas a hospitales que son bombardeados constantemente. Son insoportables los gritos de los heridos, y los lamentos de los familiares al encontrar a sus seres queridos muertos, niños en shock, separados de sus padres. Horror tras horror.

Entonces, ¿por qué te escribo ahora? Primero, quiero decir que esta puede ser la última vez que esté vivo. Quiero agradecerles por las ediciones de  Bandera Roja que me han estado enviando durante unos tres años. Fue muy agradable mantener la comunicación sobre el comunismo. He compartido tu literatura con algunos amigos en Gaza, Egipto y Jordania.

Me pedías que organizara para una revolución comunista formando un pequeño colectivo. Pensé mucho en ello. Me considero un musulmán laico. Sé por mi experiencia personal y por hablar con muchos otros que Hamás no es amigo de la clase trabajadora. En el norte de Gaza, han construido casas ultra lujosas en la costa para los funcionarios superricos de Hamás y otros ricos. Fue un proyecto de 500 millones de dólares financiado por los capitalistas de Egipto y los Emiratos Árabes Unidos. Hubo una lucha entre Hamás y la Autoridad Palestina por el control territorial de las principales propiedades inmobiliarias.

La idea del comunismo me pareció muy atractiva cuando pensé que ni un solo ultra millonario que controla la riqueza petrolera en los países musulmanes ha hecho algo para detener este genocidio. Las monarcas de Medio Oriente son como buitres. Luego pensé en mucha gente común judía que había venido a Gaza y nos había ayudado a lo largo de los años. Nos contaban muchas historias de soldados judíos que no estaban dispuestos a luchar. Hemos oído hablar de muchos sionistas que se unieron al ejército israelí, pero cuando vieron que simplemente estaban ocupando gente en Cisjordania, maltratándola, comenzaron a rebelarse contra el gobierno israelí.

También he oído hablar de muchas manifestaciones contra el genocidio de Gaza en todo el mundo. Estas masas obreras están disgustadas con el genocidio. Mi mensaje es unir a los trabajadores, no a los capitalistas. Es la pelea entre capitalistas lo que está provocando este genocidio.

También estoy pensando en cómo puedo pedirle a la gente que luche por el comunismo cuando están heridos, bombardeados, sus casas destruidas, sin comida, sin agua y sin esperanza. El comunismo es esperanza. Está basado en la realidad. De los 2.5 millones de habitantes de Gaza, algunos sobrevivirán. Entonces, les envío a todos mis amigos en Gaza mis historias sobre cómo me estoy volviendo comunista. Tengo amigos en Gaza en mi campamento a quienes les gusta la idea del comunismo. Entre hambre y sed lucharé por formar un colectivo de nuestro partido.

Les insto a que hagan lo mismo, difundan la palabra del comunismo en todo el mundo! Los niños de Gaza de hoy continuarán la lucha por el comunismo. Si esta es la última vez que escuchas de mí, mi mensaje es: lucha por el comunismo.

-“Hamza”

Primera página