CARTAS, CRITICAS Y SUGERENCIAS
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Deslealtad de los Sindicatos
Me gustaría hablar sobre mi experiencia personal con el sindicato y cómo nos manipuló a mí y a mis colegas. Solía trabajar para una gran compañía como técnico. La compañía primero nos rebajó los salariados. Poco después, pararon nuestro bono. Por lo general, solíamos recibir ese bono cada tres meses cuando alcanzábamos las metas de ventas. La compañía también eliminó la bonificación de incentivo que generalmente recibíamos cada seis meses. Y finalmente, la compañía eliminó el tiempo extra. Estábamos tan devastados que decidimos irnos a la huelga.
Nos llamaron y dijeron que debemos regresar inmediatamente a nuestras estaciones de trabajo porque era una huelga ilegal. Incluso nuestro sindicato nos dijo que volviéramos a trabajar. Preguntamos cómo podríamos regresar a nuestras estaciones de trabajo cuando no estábamos satisfechos con lo que estaba sucediendo.
Luego nos cobraron. Nuestro sindicato dijo que no podían hacer nada por nosotros porque ya habían firmado el acuerdo sobre todas estas cosas que estaban sucediendo— sin nuestro conocimiento. Siento que nos usaron, nos engañaron completamente y nos traicionaron. No veo ningún uso para el sindicato. Deducen dinero de nuestro salario todos los meses para protegernos, luchar por nuestros derechos. Pero el sindicato trabaja con la gerencia mientras pretenden estar velando por los trabajadores. Decidí salirme de la compañía. No puedo ser un esclavo porque hacíamos todo el trabajo pero recibíamos migajas, mientras gerencia recibía todos los bonos.
Me gustaría que los jóvenes de Sudáfrica consideren que los sindicatos sirven a la gerencia, pretendiendo que luchan por nosotros.
Conocí a un camarada más tarde y me presentó al PCOI. Me gustó el hecho de que dijo que querían abolir el sistema patronal. Él explicó el manifiesto de la organización. Eso es lo que me hizo interesarme para ingresar al PCOI, porque me pasó a mí personalmente.
Un nuevo camarada en Sudáfrica
Primero de Mayo en México: En Nuestros Corazones y Nuestros Puños
México—“Arriba todos los obreros y obreras del mundo, arriba todos a luchar, con la justicia proletaria un nuevo mundo hay que crear”, esas son las palabras que se enarbolan este 1ro de mayo.
¿Cómo tener miedo a defender la vida, cómo tener miedo a nuestra oportunidad histórica de quitarnos las cadenas para ser libres, para ser completamente humanos?
Hoy en este Primero de Mayo nuestro corazón canta y nuestros ojos esperan ver un nuevo amanecer. Los patrones no nos llenarán de miedo. Que peleen sus guerras, que elijan a sus politiqueros, que traguen cuanto requieran, pero sus días están contados.
Día a día, nuestro trabajo comunista avanza. Por ejemplo, platicaba con un amigo sobre la guerra y que acciones políticas a realizar. Mencioné que hacer alguna actividad de inconformidad no es suficiente, se requiere claridad política. Puse el ejemplo de los sismos de meses atrás. Mucha gente ayudó o buscó donaciones y se sensibilizó, sin embargo, ¿qué logro político han tenido dichas acciones, cual fue el avancé?
“Ninguno”, respondió el compañero.
Él comentó que hacía falta conocer la historia, por ello, le gustaba leerla y así podía generar una opinión y ya no dejarse engañar tan fácilmente.
Indiqué que no es necesario solo conocer la historia y hacer opiniones, que el segundo paso era escribir.
Me miró sorprendido y dije si, a veces podemos formular ideas en la mente, algunas erróneas otras correctas, pero es un trabajo individual. La mejor forma es colectivizarlo, si hay contradicción hay avance, más aún, si esto es plasmado y leído alrededor del mundo, el logro es mayor.
Le dije que hablar es una acción política, para hablar se requiere práctica y conocimientos previos, por lo tanto, hablar es una necesidad y actividad política al igual que el escribir. Estoy luchando con él para que escriba a nuestro periódico Bandera Roja.
¡Camaradas, hablemos mientras tengamos palabras en la boca! Este Primero de Mayo unamos nuestros corazones y nuestros puños, Unidos por la Revolución Comunista.
Joven Camarada en México
Primera página de esta edición