15 de enero – En esta fría mañana gris y bajo una lluvia copiosa, camaradas del Partido Comunista Obrero Internacional participaron con los maestros en huelga en sus líneas de piquetes. Participamos también sus manifestaciones masivas en el centro de Los Ángeles con nuestras pancartas y literatura comunistas. Aquí hay algunas anécdotas de los dos primeros días de la huelga:
La camarada D participó en la línea de piquete en la escuela del vecindario adonde asiste su nieta. Ella ofreció su casa a los huelguistas, los cuales estaban cerca, en caso que necesitaran ir al baño. “Hablé con 3 maestros que tocaron mi puerta esta mañana”, informó al día siguiente, “acerca de quién está detrás de la injusticia a escala global. Olvidé distribuirles el periódico”. ¡Habrá otra oportunidad!
La camarada M, una maestra jubilada, caminó en las filas de piquetes en dos escuelas con maestros que ella había conocido antes y obtuvo información de contacto de dos viejos amigos y un nuevo conocido. “Los activistas sindicales estaban muy felices de verme”, comentó. “Tomaron Bandera Roja. Varias dijeron que habían estado pensando mucho en mí; me veían como una mentora.
Pero esto estaba basado en gran medida en la práctica sindicalista. Aunque di un breve discurso sobre el comunismo, cualquier progreso real llevará más tiempo en las líneas de piquete”.
El camarada O repartió cientos de Banderas Roja y volantes en dos mítines en el centro de la ciudad a pesar de la fuerte lluvia. Comentó que distribuir volantes “era más difícil que distribuir Bandera Roja. A la gente NO le gustó el título (“Ninguna Huelga Puede Lograr las Escuelas que Nos Merecemos”). Esta era una versión vieja del volante; el más nuevo dijo “Las Huelgas No pueden Lograr las Escuelas que Merecemos”. Pero el camarada agregó que “tenía que hablar mucho más… pero fue útil”.
Camaradas de los Ángeles
Construyendo una Base Comunista en las Escuelas de Nuestros Hijos
Esta huelga nos ha dado la oportunidad de llevarles ideas comunistas a estudiantes, padres y maestros. Llegamos a varias preparatorias y escuelas primarias. Pero más que nada, logramos llegar a dos escuelas primarias donde asisten una hija de una camarada y la hermana de otro camarada. Estos dos camaradas junto con otro visitaron ambas escuelas.
En una de estas escuelas escuchamos, “Hoy no van a necesitar sus mochilas”. Esta frase se repetía una y otra vez por una administradora a los padres de familia y estudiantes que entraban.
También en esta escuela, en la línea de piquete, después de recibir Bandera Roja una maestra lo alzó en el aire y dijo “Llévense el periódico”. Muchos entonces tomaron el volante y Bandera Roja.
Unos días antes de que se iniciara la huelga, dos camaradas visitaron una preparatoria. Una joven maestra se acercó a una de ellas. La camarada cargaba en una mano una pancarta que decía “Para la educación que nuestros estudiantes necesitan—— luchemos por el comunismo” y en la otra volantes y Bandera Roja.
“¿Qué es esto?, le preguntó la maestra.
“Somos del PCOI y reconocemos que ninguna huelga logrará la educación que los estudiantes de la clase obrera necesitan. Las escuelas son instituciones capitalistas, son parte del Estado y forman parte de la dominación de clase”.
“Interesante”, interrumpió la maestra un poco intrigada.
“Estas escuelas reproducen las relaciones de explotación capitalista y por eso necesitamos un verdadero sistema comunista”.
Con una sonrisa, la maestra agarró Bandera Roja y el volante y dijo “voy a leer esto”, entrando al plantel escolar.
Una colectiva del Partido
El comunismo en las Líneas de Piquete de los Maestros de Los Ángeles.
Tres camaradas fueron a una escuela secundaria donde hemos tenido trabajo político durante muchos años. Era la primera mañana de la huelga, llovía copiosamente.
Maestros y algunos alumnos estaban en huelga. Muchos se alegraron de vernos.
Explicamos que para obtener la educación que las masas necesitan, necesitamos una educación comunista y una sociedad comunista sin racismo, sexismo o explotación. Donde todo, incluida la educación, es organizado para satisfacer las necesidades de las masas – para producir y distribuir todo lo que las masas necesitan.
Un maestro dijo que no quería el periódico hasta que otro le dijo: “Ese es el grupo al que pertenece fulano”.
“Oh”, dijo el primer maestro. Tomó el periódico y el volante.
A un huelguista no le gustó que nuestra pancarta comunista estuviera en la línea de piquete. Pero más gente lo quería. Cuando nos fuimos, dijimos que regresaríamos.
Dos camaradas lograron regresar el último día de la huelga. Llevamos otro volante que explicaba más sobre la educación comunista. Decía que incluso si los maestros ganaran sus demandas reformistas, la educación seguirá sirviendo a los capitalistas y nosotros necesitamos educación que sirva a las masas.
Esta vez, más huelguistas querían hablar sobre la huelga, la unidad que creó y la posibilidad de una sociedad y un sistema educativo diferentes. Algunos estuvieron de acuerdo en que los capitalistas quieren que las escuelas produzcan trabajadores y soldados leales, mientras que los maestros quieren animar a los estudiantes a aprender a ser pensadores y hacedores críticos.
“¿Cómo crees que debería ser la educación?”, preguntó un camarada a un joven maestro.
“Nunca lo he pensado”, admitió. Tomó el folleto y prometió leerlo.
Dijimos que la unidad en la huelga mostraba el potencial para la revolución. Varios dijeron que les gustaría hablar más sobre Bandera Roja y la lucha por la educación comunista y una sociedad comunista.
Estas experiencias me ayudaron a “palpar físicamente” lo que ya sabía en mi cabeza: que las masas están predispuestas al comunismo.
Camaradas de Los Ángeles