Matamoros, México. El 25 de enero, 55,000 obreros/as de 45 maquiladoras que producen autopartes se fueron a la huelga. Demandan un aumento salarial del 20% y el pago de un bono que se les debe de 32 mil pesos (1,600.00 dólares).
Su unidad y combatividad ha inspirado a millones en todo el mundo. También ha inspirado al Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI) y su base. Vemos en estas masas proletarias en lucha un gran potencial para luchar por el comunismo.
La huelga – afectando la producción de autos en EE.UU. y Canadá e impactando la economía del estado de Tamaulipas – muestra el poderío de nuestra clase. Sin nosotros nada se mueve. Muestra que nosotros podemos correr la sociedad sin patrones.
Solo lograremos esto con una revolución comunista que acabe con los capitalistas-imperialistas del mundo, juntamente con su dinero, mercados, fronteras y naciones.
En el capitalismo vendemos nuestra fuerza de trabajo por un miserable sueldo para producir mercancías que generan ganancias para los capitalistas.
En el comunismo produciremos solamente para satisfacer las necesidades de nuestra familia obrera a nivel mundial. Colectivamente planificaremos que, cuanto y donde producirlo y como distribuirlo según la necesidad de cada cual – sin necesidad de dinero.
Eliminando el dinero y la esclavitud asalariada destruiremos las bases materiales que dieron vida al racismo y sexismo. Destruyendo las fronteras y naciones acabaremos con la xenofobia y las ponzoñas del nacionalismo y patriotismo.
Nadie vivirá mejor que nadie. Todos haremos trabajo manual y mental. No habrá privilegios para nadie. Nadie será el jefe o sirviente de nadie. Todos aprenderemos a desarrollar muchas habilidades y a hacer muchos trabajos.
El comunismo no caerá del cielo. Ni surgirá de luchas reformistas espontáneas. Las masas tienen que ser movilizadas para el comunismo. Los obreros industriales – como los huelguistas en Matamoros – tienen un papel muy importante que jugar en esto.
¿Porque? Porque solo la clase obrera puede liberar a la clase obrera. Y al final de cuentas, la línea política comunista – que determinará nuestro fracaso o triunfo en esto – se forja en el crisol de la lucha de clases. Las tácticas y estrategias que usemos en nuestras luchas diarias contra los capitalistas determinarán si avanzamos hacia el comunismo o seguimos siendo esclavos de los capitalistas.
¿Luchamos por reformas o luchamos por avanzar consignas políticas comunistas que ayuden a las masas a vislumbrar una sociedad comunista y las inspiren a luchar por ella?
Esta es la pregunta candente del día. La lucha por reformas fue la destrucción del viejo movimiento comunista. Su más grande reforma fue luchar por el socialismo que resultó ser capitalismo de estado.
Los que organizamos el PCOI salimos de ese movimiento y por décadas dedicamos mucho tiempo a luchar por reformas. Cambiar no ha sido fácil. Pero lo tenemos que hacer. También sabemos que las masas obreras han sido entrenadas por siglos a luchar por reformas. Cambiarlas no será fácil, pero lo tenemos que hacer.
¿Cual debiera ser nuestra consigna en esta huelga? ¿“Luchemos por aumentos salariales” o “Acabemos con la esclavitud asalariada”?
La lucha por prestaciones salariales ha sido impulsada por siglos por el sindicalismo. Pero, el salario es la cadena que nos ata a los capitalistas. El salario nos deshumaniza, nos convierte en mercancías. No importa que tan bien nos paguen seguimos siendo esclavos de los capitalistas. Nuestra tarea histórica es acabar con esta esclavitud y las clases sociales.
La ideología sindicalista no busca eso. Solo busca reformar el capitalismo. Los huelguistas en Matamoros se rebelaron contra sus líderes sindicales traidores. No deben gastar energías luchando por crear sindicatos más radicales u honestos. Su lucha debe ser por construir el PCOI para organizar la revolución comunista que pondrá fin al capitalismo-imperialismo y todos sus horrores.
Otra ideología capitalista que debemos erradicar de nuestras filas es la electoral. Ningún partido político o politiquero capitalista nos va a liberar. Todos son fieles defensores del capitalismo.
Morena y López Obrador no son ninguna excepción. El Senador de Morena, Ricardo Monreal Ávila, acatando órdenes de López Obrador, tenía lista a la policía estatal para reabrir a la fuerza los portones de las fábricas. No se hizo por no ser necesario, ya que 27 maquilas han cedido a las demandas de lo huelguistas.
Cualquiera sea el resultado de esta lucha, el sindicalismo y el proceso electoral son callejones sin salida para nuestra clase. Organicemos al PCOI y la revolución comunista armada para conquistar el mundo comunista que necesitamos y anhelamos.