De Lampedusa a Tapachula Luchemos por un Mundo Comunista Sin Fronteras

23 de agosto – Esta semana, inmigrantes de Haití y África se enfrentaron con las fuerzas de seguridad en Tapachula, Chiapas, México. Bloquearon los autobuses que regresaban a los centroamericanos a sus países de origen. Exigieron visas de tránsito para viajar por México para solicitar asilo en Estados Unidos. El gobierno mexicano, sometiéndose a la presión del presidente estadounidense Trump, ha limitado drásticamente la cantidad de visas de tránsito que emite. Ha desplegado la Guardia Nacional mexicana a Chiapas.

La crisis capitalista se profundiza mundialmente y los ataques contra los migrantes y contra quienes actúan en solidaridad con ellos aumentan. ¡La lucha se agudiza! Los migrantes y sus aliados están exigiendo sus “derechos”. Quieren un fin al hostigamiento policial. Quieren los documentos que les permitirán buscar empleos y viviendas.

Los comunistas rechazan la idea de “derechos” burgueses. Esta es una ilusión que los capitalistas promueven para ocultar la lucha de clases detrás de los eslóganes altisonantes que nunca pensaban respetar en la práctica.

Los capitalistas necesitan fronteras nacionales para garantizar su poder estatal y sus ganancias. La revolución comunista derribará esas fronteras y eliminará la necesidad de documentos de cualquier tipo.

Todos seremos camaradas en las zonas liberadas del planeta mientras luchamos por establecer el comunismo en todo el mundo. Solo el comunismo puede crear una sociedad donde haya para todos nosotros trabajo significativo, viviendas y todas las necesidades de la vida.

¿Africanos en la frontera entre Guatemala y México?

El Mediterráneo es ahora la frontera más mortífera del mundo. Por lo tanto, los refugiados que huyen de las guerras, la devastación y el desastre ambiental en Siria y en África subsahariana buscan otras rutas de escape.

Los que pueden vuelan al Ecuador, que tiene políticas de visa menos severas. Luego intentan la larga trayectoria hacia el norte atravesando Centro América hasta la frontera mexicana.

Los dos principales puntos de embarque en el Mediterráneo, Turquía y Libia, han tomado medidas enérgicas contra la emigración. En Italia, el ministro del Interior fascista, Salvini, obligó al barco de rescate Open Arms (Brazos Abiertos) a esperar por más de dos semanas en la costa de la isla de Lampedusa. La gente en Open Arms estaba abarrotada en condiciones horribles. Algunos, incluso sin chalecos salvavidas, saltaron al mar e intentaron nadar hasta la orilla.

Cuando España envió un barco militar a buscar a los migrantes, un tribunal italiano ordenó que se les permitiera desembarcar. Ahora el gobierno español amenaza con ponerle al barco Open Arms una multa de casi mil euros por operaciones de rescate “no autorizadas”.

Más de 250 personas en toda Europa han sido arrestadas, acusadas o investigadas por apoyar a los migrantes. Sus “delitos” incluyen proveyendo alimentos, refugio o transporte a migrantes indocumentados e interrumpiendo las deportaciones.

El Open Arms partió del puerto de Barcelona, España, una ciudad con una gran población migrante. Nuestros camaradas en esa área tienen un papel importante en organizar la solidaridad comunista con quienes cruzan hoy día el Mediterráneo.

Solicitar asilo en Europa también es difícil.

Irlanda es el país de la Unión Europea (UE) con la política migratoria más progresista. Pero los solicitantes de asilo pasan años en centros especiales esperando que se procesen sus solicitudes. Bajo un sistema de “provisión directa” se les proporciona vivienda, atención médica y alimentos, pero no tienen independencia. No pueden trabajar u organizar sus propias vidas hogareñas.

En Francia, el movimiento “gilets noirs” (chalecos negros) ha estado organizado durante más de un año. Incluye más de mil migrantes de diversas nacionalidades y estatus migratorio. Muchos no tienen hogar o se quedan en albergues para migrantes. Están demandando documentos que les permitirán trabajar. Cientos de “gilets noirs” en París ocuparon el mausoleo del Panteón en julio para protestar el maltrato de las autoridades municipales y nacionales.

“¡Echemos todas las medallas en las puntas de lanza de la revolución!”

Pía Klemp es la capitana alemana del barco de rescate Iuvanta. Su tripulación ha rescatado a miles en el Mediterráneo. Está siendo procesada en Italia por “ayudar e incitar a la inmigración ilegal”.

El mismo día que los “gilets noirs” ocuparon el panteón, Klemp rechazó una medalla que le ofrecía el alcalde de París por su trabajo “humanitario”.

Esta es su declaración en las redes sociales:

“Al mismo tiempo, los policías de Uds. les roban las cobijas a las personas que Uds. obligan a vivir en las calles, mientras Uds. atacan las protestas y criminalizan a las personas que defienden los derechos de los migrantes y los solicitantes de asilo.

“No soy humanitaria. No estoy allí para ‘ayudar’.

“Estoy con ustedes [migrantes] en solidaridad. No necesitamos medallas. No necesitamos que las autoridades decidan quién es un “héroe” y quién es “ilegal”.

“¡Es hora de que arrojemos todas las medallas a las puntas de lanza de la revolución! ¡Documentos y vivienda para todos! ¡Libertad de movimiento y residencia!”

El PCOI dice que es hora de usar esas puntas de lanza de la revolución para luchar por un mundo comunista, donde nadie necesitará documentos, y nadie será considerado extranjero. ¡Invitamos a Klemp y a todos los lectores de Bandera Roja a unirse a nosotros!

*****

LOS ÁNGELES (EE. UU.), 17 de agosto— La resistencia y la unidad de la clase trabajadora están creciendo en contra de las condiciones fascistas en la frontera y las redadas y deportaciones de la inmigración.

Los liberales y reformistas están exigiendo cambios en las leyes y una aplicación más benévola en las fronteras. Pero muchos están abiertos a las ideas comunistas.

En un foro reciente, hablamos sobre la contradicción entre el reformismo y el comunismo revolucionario que necesitamos. Desarrollamos estrategias para fortalecer nuestras concentraciones en la industria de la costura y entre los trabajadores de MTA. Varias trabajadoras hablaron sobre cómo están comenzando a hacer este trabajo.

Discutimos cómo involucrar a estudiantes y soldados en movilizar para el comunismo. Relatamos experiencias en protestas masivas en las que compartimos ideas comunistas, conectamos con viejos amigos e hicimos nuevos. Nos alentamos mutuamente para fortalecer nuestros lazos políticos con amigos, familiares y compañeros de trabajo.

Luego fuimos a una esquina cercana con nuestros letreros y pancartas, y una manta que decía”Masacre en El Paso, Texas señal del capitalismo fascista ¡Luchemos por un mundo comunista sin fronteras!. Varias personas que habíamos invitado al foro y a la protesta estaban allí esperándonos, más interesados en tomar medidas que en discutir. Y en una esquina con muy poco tráfico peatonal, una mujer se acercó a nosotros, tomó un video de nuestros letreros para publicar en las redes sociales y dio su nombre y número para ser contactada para nuestro próximo evento.

Primera página de esta edición