Ataquemos a nuestro Enemigo de Clase, no a Nuestra Familia Obrera
Sudáfrica — Recientemente, algunos sudafricanos han atacado a trabajadores procedentes de otros países africanos, en particular Nigeria y Zimbabwe. Comenzaron en Pretoria y se extendieron a Johannesburgo. Los inmigrantes africanos han sido atacados físicamente y han destrozado sus pequeñas tiendas y hogares. ¡Siete personas fueron asesinadas!
Algunas personas de Nigeria y otros países han respondido de la misma manera en Sudáfrica, así como en otros países. El equipo nacional de fútbol de Zambia canceló un partido amistoso contra Sudáfrica. Los nigerianos han comenzado a atacar a las empresas sudafricanas y amenazar a los sudafricanos que viven en su país con violencia, exacerbando las divisiones de la clase trabajadora.
La crisis del capitalismo, con su creciente explotación y desempleo, está creando un sufrimiento masivo para la clase obrera en todo el mundo. La explotación del capitalismo de los trabajadores no hace excepciones basadas en el color de la piel. Solo beneficia a la clase capitalista a expensas de las masas. Los capitalistas compiten entre sí pero tienen en común la explotación de la clase trabajadora.
Su necesidad de competir y dividir a la clase trabajadora los llevó a crear fronteras y países modernos. Las fronteras africanas fueron trazadas en la Conferencia de Berlín en Alemania por las principales potencias imperialistas hace 130 años.
La crisis capitalista y la explotación han obligado a los trabajadores a trasladarse a otras áreas o países para mantener a sus familias. Ningún país se escapa a esta explotación. Las dificultades están empeorando en todas partes, aunque con diversos grados. Esto produce la migración.
Hay 2.3 millones de inmigrantes en Sudáfrica. La mayoría son trabajadores de otros países africanos, principalmente de Zimbabwe. La propaganda de los capitalistas quiere que los trabajadores domésticos (nativos) piensen que los inmigrantes son diferentes simplemente porque provienen de otro lugar, para dividir a la clase trabajadora y echarle la culpa de las dificultades a los “extranjeros”.
Esta propaganda ha sido promovida para que los trabajadores piensen que si no tienen trabajo es porque “estos extranjeros” los han tomado. Esto empuja a los trabajadores a luchar entre ellos de una manera fea, como los recientes ataques violentos xenófobos contra ciudadanos extranjeros.
Resolver este problema significa destruir el nacionalismo, las fronteras y las naciones. La causa es el sistema salarial capitalista que antepone trabajador contra trabajador para competir por menos empleos existentes y por salarios más bajos. Su automatización significa que menos trabajadores producen más mercancías mientras el desempleo masivo se dispara.
Para luchar contra estos ataques, debemos luchar contra el capitalismo. Los obreros deben unirse contra los patrones y pelear por una sociedad comunista sin explotación, donde los medios de producción sean propiedad colectiva. Todos los trabajadores serán bienvenidos en todas partes para ayudar a planificar, producir y distribuir todo lo que las masas necesitan. Nadie será un “extranjero”.
Esto requiere cooperación, no división; colectividad no salarios o dinero. La posibilidad y la necesidad de lucha de una clase obrera unida contra la explotación existen ahora. Los trabajadores somos más similares que diferentes.
Es fundamental para acabar con el capitalismo ver que la propaganda racista y xenófoba de los capitalistas es una mentira.
El PCOI invita a los trabajadores a unírsenos para acabar con el capitalismo luchando por una revolución comunista. Movilizamos a las masas mediante la distribución de las ideas y luchas comunistas de los trabajadores mediante nuestro periódico Bandera Roja en todos los países posibles. Los avances realizados en muchos países muestran el potencial de la clase obrera unida internacionalmente.
En Sudáfrica estamos luchando contra estos ataques xenófobos y propaganda capitalista reclutando estudiantes extranjeros. Un estudiante de Lesotho es parte de nuestra lectura colectiva de Bandera Roja. Buscamos reclutar a nuestros hermanos y hermanas de clase trabajadora de otros países como Zimbabwe. Una pareja lee Bandera Roja.
¡Condenamos la violencia dirigida a la gente trabajadora! Hacemos un llamado para que esta sea dirigida a nuestro enemigo de clase, los capitalistas. Eso comienza con unirse a la lucha por el comunismo.