Guatemala Estado de Sitio

Mayor Amenaza de Guerra, Mayor Urgencia del Comunismo

Indigenas Protestan en contra de las mineras

16 de septiembre: hace dos días, drones o misiles paralizaron la refinería de petróleo más grande del mundo. Los mercados petroleros están desorientados. Los planes de los gobernantes sauditas para ARAMCO, su fuente de ingresos, se están esfumando. Queda por ver cómo responderán los gobernantes sauditas y sus patrocinadores estadounidenses.

Pero las líneas generales de esta crisis en desarrollo son claras. Al igual que la crisis de los Balcanes en 1914, podría explotar fácilmente en una guerra mucho más amplia.

Tal período pre-Guerra Mundial puede convertirse en una situación revolucionaria, aunque todavía no lo es. Eso solo puede suceder cuando y donde emerja un partido comunista creciente, basado en los trabajadores industriales y los soldados, para dar un liderazgo masivo.

Lo que más importa en la crisis actual es cómo respondemos. Quienquiera que seamos, donde sea que vivamos, ahora es el momento de pensar y actuar revolucionariamente.

Debemos ponerle fin al capitalismo con su ciclo de guerras imperialistas cada vez más letales. Debemos comenzar a construir las relaciones sociales comunistas ahora. Con estas, vamos a tejer juntos un mundo sin fronteras o naciones, dinero o mercados. Un mundo comunista organizado a través de la cooperación, la camaradería y el compartir.

Pensar y actuar revolucionariamente significa ingresar al PCOI (Partido Comunista Obrero Internacional), si aún no eres miembro. Para todos nosotros, significa reclutar a más a los colectivos del Partido. Así es como podemos coordinar el trabajo de difundir las ideas comunistas mediante Bandera Roja y todos los medios posibles.

Estos colectivos, más temprano que tarde, deben convertirse en un Ejército Rojo que pelee la única guerra que sirve los intereses de la clase obrera: la revolución comunista.

Guerras Regionales y Potencias Imperialistas

Tres conflictos regionales están alimentando la crisis actual.

Primero, la guerra por terceros entre Irán y Arabia Saudita en Yemen (2014 al presente). Los rebeldes hutíes respaldados por Irán representan una seria amenaza para lo que queda del gobierno de Yemen respaldado por Arabia Saudita. Las fuerzas pro-sauditas son armadas y abastecidas por EE. UU., y apoyadas por los Emiratos.

Los crímenes de guerra de ambos lados, pero especialmente el bloqueo saudí, han creado la peor crisis humanitaria actual del mundo con una hambruna y una epidemia de cólera masivas. Muchas, muchas personas tienen buenas razones para odiar al régimen Saudita.

En segundo lugar, la continúa guerra civil en Siria (2011 al presente). Alrededor de trece millones de sirios han huido de sus hogares como refugiados, internos y externos, más del 60% de la población de 2011. El pueblo sirio ha sufrido crímenes de guerra cometidos tanto por las fuerzas gubernamentales respaldadas por Irán y por Rusia como por los grupos rebeldes respaldados por Estados Unidos.

Los gobernantes de Turquía originalmente se pusieron del lado de EE.UU. y Arabia Saudita. Ahora se ha unido con Rusia e Irán para “garantizar” un cese de fuego, aunque las bombas y las balas continúan volando. Los gobernantes de estos tres países han acordado un plan para reconstruir el gobierno sirio.

Tercero, el gobierno de EE.UU. (alentado por los fascistas israelíes) intensificó las tensiones con los gobernantes iraníes al retirarse en mayo de 2018 del tratado multilateral de armas nucleares de Irán. Desde entonces, las escaramuzas militares y diplomáticas casi continuas han resultado en que “relaciones entre EE.UU. e Irán estén tan tensas como siempre”. (Consejo de Relaciones Exteriores de EE.UU.)

En las últimas semanas, aviones de combate no identificados, al menos algunos de ellos ciertamente israelíes, han atacado a combatientes, respaldados por Irán, en Siria, Líbano e Irak. Los gobernantes estadounidenses permiten estos ataques mortales.

Realmente no importa de quién eran las armas que derribaron la ARAMCO de Arabia Saudita.

Lo que importa es esto: Ningún trabajador en ninguna parte tiene jamás algo que ganar apoyando a un gobernante capitalistas.

En tiempos de guerra, especialmente, debemos librar una lucha ideológica total contra el patriotismo y nacionalismo – una lucha por el internacionalismo comunista.

Estados Unidos es una potencia en declive. Trump es tanto un resultado como una causa. Su deferencia hacia el Reino de Arabia Saudita expone la debilidad de la posición estadounidense. El fracaso de Netanyahu en ganar las elecciones especiales israelíes es otro golpe.

Irán y especialmente Rusia son los mayores ganadores, hasta ahora. Las masas en todas partes son los mayores perdedores.

Pero las masas pueden ganar. Podemos ganar movilizándonos para el comunismo.

Muchos de nosotros aún no vivimos en una zona de guerra. Eso puede cambiar casi de la noche a la mañana. No esperemos

Ahora es el momento de intensificar nuestro actuar. Ahora es el momento de ingresar y construir el Partido Comunista Obrero Internacional.

Primera página de esta edición

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