Obreros del Mundo Uníos por el Comunismo para Romper las Cadenas de la Esclavitud Salarial
La fotografía muestra dos vías ferrocarrileras, “intersectan pero van en diferentes direcciones, hacia diferentes resultados”. Esto, concluye el Proyecto 1619 del diario New York Times, es “tal vez, una metáfora adecuada para la vida de blancos y negros en Estados Unidos”.
O tal vez no.
Esta imagen final revela el objetivo principal del proyecto. En 100 páginas de historia, narrativa personal, fotografías y poemas, la revista del New York Times (18 de agosto de 2019) argumenta que los trabajadores blancos y negros en EE.UU. no tienen nada en común. Otras etnias son prácticamente ignoradas aquí.
Hace cuatrocientos años, un barco llegó a la colonia británica de Virginia con una carga de 20 a 30 africanos esclavizados. Esta es la primera evidencia registrada de africanos esclavizados en lo que se convertiría en los Estados Unidos.
El comercio de esclavos comenzó mucho antes de 1619. Era un sistema global que construía el capitalismo en Europa, devastaba África y transportaba a millones a Centroamérica, el Caribe y Sudamérica, especialmente a Brasil. Menos del 10% de los africanos secuestrados fueron enviados a Norteamérica británica.
Como señaló Marx en El Capital, la esclavitud bajo el capitalismo fue parte del asesinato, robo y saqueo que proporcionaron el capital inicial para el sistema capitalista. Incluyó el desplazamiento de los campesinos europeos y el genocidio de pueblos indígenas en las Américas.
Hoy, el calentamiento global y la crisis mundial de refugiados nos recuerdan que el capitalismo sigue siendo un sistema global. Pero el New York Times promueve una visión de la historia que rechaza tanto el internacionalismo como la lucha de clases. Su Proyecto 1619 está diseñado para construir el patriotismo estadounidense en torno a una perspectiva de política de identidad sin una perspectiva de clase.
El ensayo introductorio lo deja claro. “A pesar de que se les negó violentamente la libertad y la justicia prometidas a todos, los estadounidenses negros creían fervientemente en el credo estadounidense”. La autora enfatiza que “nosotros [los negros] hemos ayudado al país a cumplir con sus ideales fundacionales”. Ella llama por la continuación de “los esfuerzos idealistas, extenuantes y patrióticos de los estadounidenses negros” para mejorar la democracia estadounidense.
¿Cómo ganar a los trabajadores y jóvenes negros que hagan “esfuerzos patrióticos”? Algunas verdades y muchas mentiras.
Algunas verdades: Artículos sobre el encarcelamiento masivo, la atención médica, la planificación urbana, la brecha en la riqueza de blancos y negros. Otros artículos detallan el legado de la esclavitud en la sociedad estadounidense de hoy.
Muchas Mentiras
Una mentira es el cuento que si eres inteligente y trabajas duro, tendrás éxito. La pieza central de la edición muestra retratos de cuatro graduados de la prestigiosa Facultad de Derecho de la Universidad de Howard, históricamente negra. Estos jóvenes remontan su herencia a los antepasados que habían sido esclavizados, pero, en tres de los cuatro casos, habían podido convertirse en terratenientes y, en un caso, en un funcionario público.
Otra mentira es que los negros no se defendieron. La revista incluye dieciséis composiciones originales (arte y poesía) inspiradas en eventos históricos de la historia negra. Solo dos de estos, la Rebelión de Gabriel en 1800 y la formación del partido Pantera Negra en 1968, tienen algo que ver con la lucha. Los otros celebran la cultura negra, desde el poeta negro colonial Philiss Wheatley hasta el hip-hop, o retratan a los estadounidenses negros como víctimas.
La mentira más flagrante es “En su mayor parte, los estadounidenses negros se defendieron solos”, como si sus luchas no fueran parte de la lucha de clases de todos los trabajadores.
El New York Times afirma que “el racismo anti-negro se encuentra en el ADN de este país”. Esto se hace eco de la idea, presentada por el político del Partido Demócrata Stacey Abrams en Asuntos Extranjeros, de que los estadounidenses negros y blancos están separados por una “diferencia intrínseca”. Es, en esencia, una idea fascista.
“Raza” no es un hecho biológico de la vida. Los capitalistas lo crearon para justificar la brutal superexplotación de algunos de nosotros y dividirnos para que no podamos derrocarlos. El racismo fue la justificación y el resultado, no la causa, de la esclavitud en el capitalismo.
Antes de legalizarse la esclavitud en la década de los 1660s, las personas no-libres blancas y negras trabajaban juntas, tenían relaciones sexuales juntas, luchaban juntas y huían juntas. Los indígenas americanos dieron la bienvenida a los fugitivos, africanos e ingleses. El propósito de las leyes que institucionalizaron la esclavitud era mantener a nuestros antepasados separados, poniendo fin a esa solidaridad,
El movimiento para abolir la esclavitud fue claramente interracial: la incursión de 1859 de John Brown en Harpers Ferry es solo el caso más famoso. Así fue el Movimiento de Derechos Civiles a mediados del siglo XX.
Desde las minas de carbón de Tennessee en la década de 1890 hasta las huelgas masivas lideradas por los comunistas en la década de 1930 hasta la huelga de los trabajadores postales de 1970, entre muchas otras, los trabajadores de todas las “razas” (incluidos los trabajadores blancos y negros) se han unido para luchar contra su enemigo de clase común.
El papel de New York Times es separarnos y argumentar que no tenemos nada en común. Su objetivo es utilizar políticas de identidad para ganar trabajadores y jóvenes negros a apoyar el capitalismo racista.
El Proyecto 1619 concluye que “los negros han visto lo peor de Estados Unidos, sin embargo, de alguna manera… creen en lo mejor de ello. Este es un llamado a votar por los demócratas. Para legitimar los esfuerzos del Partido Demócrata para construir una coalición electoral basada en priorizar las identidades personales: género, orientación sexual, etnia y “raza”.
El capitalismo necesita racismo. El comunismo, y la lucha por el comunismo, necesita la unidad de los trabajadores de todas las “razas”, nacionalidades, etnias, géneros y orientaciones sexuales.
A medida que la crisis del capitalismo se intensifica, los gobernantes están trabajando horas extras para dividirnos. Bandera Roja debe presentar nuestra visión de cómo el comunismo puede acabar con el racismo. Lea nuestro folleto, Para Acabar con el Racismo, Movilicemos a las Masas para el Comunismo en icwpredflag.org/rpe.pdf Únase a nuestro partido. ¡Luchemos por el comunismo!