Los reportes de los noticieros liberales acerca del huracán Dorian han enfocado solamente la devastación y destrucción de las vidas y la propiedad de la clase obrera en Ábaco. Pero otra historia necesita ser contada. La gente en Ábaco, como las del resto en las Bahamas y el Caribe, tiene un largo historial de lucha contra la opresión.
Las rebeliones de esclavos en Antigua, Jamaica y Haití, todavía inspiran hoy día a la clase obrera del mundo. Estas rebeliones nos enseñan que el espíritu humano nunca es finalmente aplastado, y la solidaridad es más importante que la tecnología.
La rebelión en Haití resultó en la derrota de las fuerzas de Napoleón que las potencias europeas no habían podido lograr. Los esclavos iniciaron la rebelión en 1791; y en 1803, lograron terminar con la esclavitud y el control francés sobre la colonia.
Las rebeliones en las colonias británicas aumentaron después de 1807 cuando se finalizó el comercio legal de esclavos africanos en barcos británicos y después de 1808 cuando se finalizó este comercio en barcos de Estados Unidos. Las rebeliones en Barbados en 1816, en Demerara en 1823 y en Jamaica en 1831 alentaron el movimiento en Gran Bretaña para abolir la esclavitud. En 1834, Gran Bretaña puso fin a la esclavitud en sus colonias en el Caribe y África. Sin embargo, la esclavitud se mantuvo en los países controlados por la inglesa Compañía de las Indias Orientales y Ceilán hasta 1843.
Rebeliones de Esclavos en las Bahamas
A raíz de la Guerra de Independencia de Estados Unidos, muchos blancos leales a Gran Bretaña se mudaron a las Bahamas y trajeron consigo a sus esclavos africanos.
Muchos esclavos africanos ingresaron a las fuerzas armadas británicas durante la Guerra de Independencia de EE.UU. bajo la promesa de Lord Dunmore de darles su libertad a cambio de pelear al lado de los británicos. Estos ex esclavos sabían que eran legalmente libres y tenían experiencia con las armas. Muchos de ellos fueron a las Bahamas donde se unieron a esclavos fugitivos en la lucha por la supervivencia.
En todas partes donde se estableció la esclavitud, existió un estado de guerra constante entre esclavizados y esclavistas. Los actos diarios de resistencia, fugas, incursiones de los cimarrones (campamentos de esclavos fugitivos) ocurrieron constantemente en las Bahamas. La primera rebelión registrada de esclavos en las Bahamas tuvo lugar en Spencer’s Bight, en la isla de Ábaco, en 1787. A esto también le siguieron rebeliones en otras islas.
En 1830, Pompeyo dirigió la rebelión más famosa de Exuma en las Bahamas en respuesta a un plan para trasladar a 77 esclavos de sus hogares en Exuma a Cat Island.
En 1840, el Hermosa, un barco esclavista estadounidense navegando de Richmond, Virginia, a Nueva Orleans, naufragó en Ábaco, un territorio británico donde la esclavitud era ilegal. Los bahameños liberaron por la fuerza a los esclavos.
En 1841, los esclavos a bordo del Criollo se rebelaron y ordenaron al capitán que los llevara a las Bahamas. El gobierno de los Estados Unidos exigió que los rebeldes fueran juzgados. El gobernador británico en las Bahamas insistió en tener el juicio allí. El tribunal declaró que los rebeldes no eran culpables y declaró que los esclavos tenían derecho a hacer lo que consideraran necesario para liberarse. Al final, 128 esclavos africanos fueron liberados en lo que se ha llamado la rebelión de esclavos más exitosa en la historia de los Estados Unidos, y una que nunca se encuentra en los libros de historia.