7 de octubre: “Los incendios en el Amazonas significan genocidio y hambre en las favelas”, dijo a sus compañeros de trabajo un camarada brasileño que trabaja en la industria aeroespacial.
Esta discusión muy animada y acalorada involucró a muchos compañeros de trabajo, amigos y vecinos. Concluyó con claridad y urgencia que el capitalismo es un sistema asesino. Solo puede ser reemplazado por una sociedad comunista que eliminará el sistema de ganancias que causa estragos en nuestras vidas.
Los camaradas y amigos en Brasil se refirieron a una campaña genocida lanzada por el gobierno fascista de Bolsonaro. En Río de Janeiro, más de 600 jóvenes (en su mayoría negros) han sido abatidos a tiros por la policía. Con el pretexto de luchar contra las drogas, la policía fuertemente militarizada con helicópteros, aviones no tripulados y a caballo asesina a los residentes, todos negros, de las favelas.
La clase capitalista brasileña busca sacar ganancias enormes de la profundización de la guerra comercial entre los imperialistas chinos y estadounidenses. Los agricultores estadounidenses y la industria de la carne proporcionaban soja, maíz y carne de cerdo a un mercado chino en crecimiento. Ahora con la guerra arancelaria, los patrones chinos están llevando su dinero y poderío a Brasil, Argentina y Sudáfrica.
La producción de carne de cerdo, soja y maíz requiere grandes extensiones de tierra fértil. En el Amazonas, estas están a disposición de quien se las quiera llevar. Pandillas armadas, apoyadas por granjeros corporativos, talan bosques tropicales vírgenes para la madera. Luego, provocan incendios que arden hasta que la tierra carbonizada esté lista para ser labrada por dólares, reales y yuanes.
Los fascistas brasileños justifican la destrucción del Amazonas diciéndoles a las masas que la nueva tierra proporcionará empleos a una gran población desempleada.
Están desempleados debido a la crisis global del capitalismo. Enormes cantidades de bienes producidos por los trabajadores permanecen sin vender. Demasiados automóviles, aviones, demasiado aceite, algodón, maíz, vacas, cerdos y aves de corral. La respuesta de los capitalistas es producir aún más, con menos trabajadores. Esto crea un ejército de desempleados en todo el mundo.
El impulso de los patrones capitalistas para maximizar sus ganancias está creando sus propias fosas masivas. Pero esto no sucederá hasta que millones de trabajadores se unan al Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI) para enterrar el capitalismo y los patrones para siempre.
Nuestros amigos y compañeros de trabajo en Brasil están pensando seriamente en unirse al PCOI. Pero nos enfrentamos a obstáculos ideológicos muy serios. Muchos creen que la sociedad comunista nunca permitirá asesinatos racistas y la destrucción del medio ambiente. Pero sienten que el capitalismo es demasiado poderoso, los fascistas y su terror demasiado abrumador para ser derrotados.
Esta forma de pensar que el capitalismo es eterno, y que el fascismo le permitirá existir para siempre, está equivocada. Va en contra de nuestro conocimiento colectivo de cómo cambian las sociedades humanas.
Los patrones recurren cada vez más al fascismo en todas partes debido a su debilidad, no su fuerza. El surgimiento del fascismo es un obstáculo, pero también una oportunidad potencialmente enorme para que reclutemos a las masas para el comunismo. Continuaremos abordando esta contradicción en los meses previos a nuestras conferencias comunistas el próximo año.