Construyamos PCOI para Convertir Guerra Mundial en Revolución Comunista
30 de octubre— El anuncio de Trump acerca del asesinato de Abu Bakr al-Baghdadi es el imperialismo estadounidense silbando en la oscuridad.
Las verdaderas noticias en Siria eran los tanques estadounidenses apedreados con papas podridas cuando salían de Qamishli. Eran videos rusos de pelotas de fútbol, galletas y un refrigerador lleno de refrescos en una base estadounidense abandonada en Manbij. Son las cincuenta armas nucleares estadounidenses varadas en Turquía que EE.UU. no controla ni sabe cómo remover.
La redada que mató al comandante de ISIS son los últimos suspiros del poder estadounidense en la región. Tuvo lugar con la ayuda de los aliados kurdos que Trump ha abandonado, y a pesar del caos causado por la sorpresiva declaración de retirada de EE.UU. por parte de Trump.
El 6 de octubre, Trump tuiteó que EEUU retiraría las tropas estadounidenses de la región kurda de Rojava en el norte de Siria. Esto permitió a los matones yihadistas sirios de Turquía llevar a cabo un genocidio en una “zona de amortiguación” de 32 kilómetros de profundidad a lo largo de la frontera entre Turquía y Siria.
El resultado es una nueva alineación de fuerzas en la región.
Primero, Rusia negoció un acuerdo. Los kurdos sirios pidieron al gobierno sirio, respaldado por Rusia e Irán, que los apoyara en la lucha contra la invasión turca. Esto no ha detenido los ataques. Siria restableció su autoridad sobre un área de la que había sido expulsada. Siria prometió hacerse cargo de las cárceles donde los kurdos vigilaban a los presos ISIS.
Luego, el presidente ruso Putin y el presidente turco Erdogan se reunieron en Sochi, Rusia. Erdogan acordó los límites rusos en la zona de amortiguamiento y el patrullaje conjunto de las fuerzas rusas y turcas.
Rusia e Irán han sido los principales patrocinadores del presidente sirio Assad. Rusia ahora está negociando acuerdos con los kurdos (anteriormente protegidos por EE.UU.) y con Turquía (anteriormente un baluarte de la OTAN contra Rusia).
Rusia ha logrado una gran victoria. Este es el fin de Estados Unidos como potencia dominante en el Medio Oriente.
Esta situación no comenzó con el tuit del 6 de octubre de Trump. No comenzó cuando Estados Unidos se negó a responder a un ataque contra una refinería de petróleo saudita por parte de hutíes en Yemen, respaldados por Irán. Ambos eventos son parte de un patrón de una potencia imperialista en declive en retirada del Medio Oriente.
Giro Hacia Asia
El más recién Secretario de Defensa de EE. UU., Mike Esper, expuso las consecuencias en una conferencia de prensa en el German Marshall Fund en Bruselas el 24 de octubre.
Esper dijo que Turquía iba a invadir el norte de Siria, independientemente de si 50 soldados estadounidenses estuvieran allí apoyando a los kurdos. Por lo tanto él decidió sacarlos de allí. Estados Unidos ya era irrelevante en Siria. Los eventos en octubre simplemente sellaron eso.
Esper instó a otras naciones de la OTAN a “asegurarse de que de Turquía vuelva a ser el aliado fuerte y confiable que ha sido en el pasado”.
¿Por qué? El dijo porque Estados Unidos de ahora en adelante “prioriza a China primero, Rusia en segundo lugar, conforme hacemos la transición de nuestro enfoque principal hacia la competencia entre las grandes potencias”. Eso significa guerra entre los principales imperialistas: guerra mundial.
Esper habló mayormente sobre China. Él criticó la iniciativa Un Cinturón, Una Ruta de China. Advirtió a los aliados de la OTAN de no subestimar la amenaza a su seguridad nacional de la expansión económica y militar china. Denunció en particular la militarización del Mar del Sur de China. Lo tildó un ejemplo de “la falta de voluntad de Beijing de cumplir con las reglas y normas internacionales”.
No Paz Sino Guerra
La retirada de EE.UU. del Medio Oriente para “girar hacia Asia” comenzó bajo la administración de Obama. Este no es un giro de fuerza. Es un acto de desesperación de una potencia imperialista en declive.
Estados Unidos está en declive, económico, política y militarmente. La ascendencia de Rusia en el Medio Oriente es complementada con la ascendencia china como una potencia económica en todo el mundo.
El discurso de Esper deja en claro que el imperialismo estadounidense no planea ser destronado sin pelear. No tiene otra alternativa. La competencia capitalista por máximas ganancias hace inevitable la rivalidad interimperialista. E inevitable también las guerras por ganancias – incluida la guerra mundial – que engendra.
Debemos ver estas guerras como oportunidades para acabar con el capitalismo-imperialismo de una vez por todas mediante la revolución comunista. Esto significa reclutar más miembros para construir un Partido Comunista Obrero Internacional masivo, especialmente en las fábricas y en el ejército. De nosotros depende.
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