El Salvador—Soy madre soltera, trabajo en una maquila desde hace muchos años. Desde el día de mi entrevista noté una gran amabilidad de parte de mi jefe. Con el pasar de los años él me invitaba a salir, me tomaba de las manos, y muchas otras actitudes sexistas; así pasó unos tres años, yo me sentía acosada sexualmente.
Al final, al ver que yo no cedía, él tomó la decisión de despedirme. Un día en la mañana no me dejó entrar a mi área de trabajo, tuvimos un enfrentamiento verbal en el cual yo tuve miedo, pero agarré coraje.
“Necesito hablar contigo, estás despedida no necesitamos más de tus servicios”, dijo él.
“No acepto que me despida, yo me considero una buena trabajadora”, le dije.
“Te liquido el 100%”, dijo él.
“Este cheque no me dura para suplir las necesidades de mis hijos, yo necesito mi trabajo y yo sé que el despido es porque yo no quiero tener relaciones sexuales con usted”, le contesté muy enojada.
“No cediste y eso les pasa a las personas tercas, como tu”, dijo él.
Me enojé tanto que rompí el cheque, salí de la oficina y fui corriendo e ingresé a la planta a buscar ayuda de un sindicato, en el cual tengo varios amigos. A la vez ellos llamaron a un miembro del Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI), el cual me ayudó a que no me despidieran.
Este jefe me siguió por la planta con los guardias de seguridad para que me sacaran y me decían “Salga, usted ya no trabaja acá”.
“Ella no sale, no ha firmado nada y si usted la saca paramos la planta”, dijeron los compañeros. El entró en miedo y llamó al jefe principal de la planta el cual no sabía de mi despido, él también se asustó cuando vio entrar al miembro del PCOI, y a otros miembros del sindicato que también son parte del Partido a su oficina.
Le expliqué al jefe principal las razones por las cuales él me quería despedir, y desenmascaré sus mentiras. Al ver la fuerza y determinación de los compañeros obreros, el jefe principal aceptó que regresara a trabajar.
Antes de este incidente, escuché mencionar al PCOI, yo imaginaba un sindicato más. Pero alguien me dijo que no, que es un partido comunista que hace la lucha por los obreros. Me llamó la atención y seguí indagando sobre el partido. Le pregunté a mi mejor amigo que es miembro del partido y él me explicó y me dio aún más curiosidad por saber más.
Recientemente me invitaron a una reunión en la montaña y escuché que empezaron con pocas personas, no veían claro como el partido creciera, pero esas semillas que sembraron con fe, crecieron y florecieron, las cuales siguieron dando más semillas, y ahora están los hijos de los hijos, amigos, familiares y conocidos. Es importante cultivarles el comunismo desde temprana edad a los niños para cuando sean grandes puedan dar un gran liderazgo y sepan cómo llegar a las nuevas semillas que compondrán el partido y como luchar por el comunismo.
En esta conferencia en las montañas asumí el reto de formar parte del Partido y así de esta forma poder ayudar a más mujeres dentro y fuera de la fábrica a luchar contra los patronos; que nos explotan diariamente y quieren abusar de su actual poder y el cual cuando la revolución comunista se dé a través del PCOI no se darán estas conductas capitalistas.
Nueva Camarada