La Revolución Comunista, No Elecciones, Acabará con el Sexismo

Celebremos el 8 de Marzo: Día Internacional de la Mujer Trabajadora

Petrogrado, 1917

Hace ciento diez años, el Partido Socialista de América organizó el primer Día de la Mujer. En una conferencia internacional de mujeres socialistas, el año siguiente se propuso un día feriado internacional.

El “propósito principal” era el derecho a votar. Sin embargo, estas mujeres eran principalmente trabajadoras. Insistieron en que “esta demanda debe ser tratada en conjunto con la cuestión de la mujer en sus totalidad de acuerdo con los preceptos socialistas”.

En 1911, más de un millón de personas celebraron el primer Día Internacional de la Mujer Trabajadora. En Viena, las mujeres portaban pancartas en honor a los héroes de la clase obrera de la Comuna de París de 1871.

Una marcha en Petrogrado de obreras textiles celebrando el Día Internacional de la Mujer Trabajadora detonó en 1917 en Rusia la Revolución de Febrero.

Las feministas liberales de hoy intentan borrar las raíces radicales del Día Internacional de la Mujer. Se centran únicamente en el sufragio y la participación de las mujeres en la política electoral.

Pero la “cuestión de la mujer en su totalidad” solo puede resolverse poniéndole fin a la base material del sexismo: la propia sociedad de clases.

Para eliminar el sexismo y el racismo necesitamos una revolución comunista. Necesitamos construir una sociedad basada en relaciones sociales de camaradería y colectividad, no de ganancias o dinero. Esa es la lucha del Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI).

Hoy esta lucha es más urgente que nunca. Los ataques del capitalismo contra nuestra clase se intensifican en medio de una crisis mundial de sobreproducción que desembocará en la próxima Guerra Mundial. El sexismo es una de sus armas preferidas. Nuestras hermanas de la clase obrera son un objetivo especial de su superexplotación.

Temiendo el potencial de la unidad revolucionaria obrera en respuesta a estos ataques, los gobernantes utilizan el sexismo y el racismo para dividirnos. Quieren impedir que nos veamos como camaradas. ¡Pero no lo lograrán!

Superexplotación Racista y Sexista en Memphis, EE. UU.

La escena: un almacén de XPO Logistics en Memphis, Tennessee. Linda Neal, una obrera negra, le dijo a su supervisor que no se sentía bien y que necesitaba irse a casa. El supervisor respondió: “No voy a autorizar eso”.

Minutos después, Neal se desploma al suelo. Sus compañeros de trabajo corren a auxiliarla. Los supervisores les ordenan que se fueran y gritándoles “vuelvan a trabajar”. Neal murió de un ataque cardiaco en el piso del almacén.

Tasha Morel, madre negra de dos hijos, trabajaba en el mismo almacén. Los turnos son a menudo de 14 horas de levantar cosas pesadas en temperaturas sofocantes.

Cuando Morel descubrió que estaba embarazada, su médico le dijo que no podía levantar más de 5 libras. La gerencia le dijo: “No necesitas más niños. Ve a abortar”. Morel quería tener su hijo, pero sufrió un aborto involuntario.

En pocos meses, cuatro de sus compañeras de trabajo también tuvieron abortos involuntarios. La compañía les negó el más mínimo descanso del trabajo pesado. Morel llama a XPO “la esclavitud moderna”.

XPO es una compañía de $ 12 mil millones con almacenes en docenas de países. Maneja el envío, el empaque y la logística para Nike, Disney, Verizon y, hasta hace poco, para Amazon. Estando en feroz competencia con sus rivales, estas empresas explotan a sus trabajadores al máximo para maximizar sus ganancias.

Morel tiene razón. Esto es esclavitud salarial. El comunismo es la única manera de acabarla.

Mujeres Comunistas Lideran la Lucha en El Salvador

A nivel mundial, más de 122 millones de mujeres tienen que emigrar para encontrar trabajo. Muchas encuentran trabajo en fábricas de ropa y calzado en Taiwán, Tailandia y Malasia, donde se ven obligadas a someterse regularmente a pruebas de embarazo. Una migrante obrera en una fábrica malaya que sale embarazada es deportada de inmediato, pagando su regreso por cuenta propia.

También en los talleres de hambre en El Salvador, las mujeres pueden ser despedidas si salen embarazadas. En otros países, las obreras son obligadas a trabajar con sustancias químicas que ponen en peligro a sus fetos.

Las obreras, junto con los hombres, luchan contra esta esclavitud asalariada en todo el mundo. Algunos se organizan con sindicatos u ONGs buscando lograr reformas. Pero estas son en el mejor de los casos temporales. La competencia capitalista significa que las empresas que superexplotan más sus obreros sobreviven. La única manera de acabar con este sistema asesino de explotación sexista y racista es con la revolución comunista.

En El Salvador, las obreras de las maquilas están dando liderazgo a los crecientes colectivos del PCOI que están movilizando en las fábricas exactamente para esta solución.

El Comunismo: Relaciones Sociales Colectivas.

En el capitalismo, muchas mujeres producen mercancías por un salario y también tienen que reproducir la fuerza laboral del futuro. La explotación crea una terrible contradicción entre su supervivencia económica y su salud física.

El comunismo acabará con esta contradicción. Las masas organizarán todo garantizando la salud y seguridad de los trabajadores y de nuestros niños. Los colectivos producirán y distribuirán lo que se necesite. ¡No más trabajo pesado y peligroso para que los patrones se lucren! ¡No más Amazon o XPO! ¡No más dinero!!No más esclavitud asalariada!

Ninguna persona se verá obligada a escoger entre trabajar para alimentar a su familia o tener y cuidar de su bebé – entre producir cosas y reproducir la fuerza de trabajo. Nadie será presionada a abortar o a evitarlo.

Los centros de producción tendrán lugares de cuidado infantil para que las madres trabajadoras puedan amamantar a sus bebés y los padres puedan ver a los niños durante todo el día. Cuidar a los niños, como todo trabajo, será un trabajo colectivo de amor.

En la Rusia soviética y en la China revolucionaria, los centros de cuidado infantil fomentaron la colectividad. Los niños utilizaron grandes bloques de construcción para aprender a trabajar juntos y compartir “nuestros juguetes”. Desafortunadamente, el sistema socialista – que mantuvo los salarios y el dinero – revirtió estas lecciones iniciales de que todo se tiene y comparte en común. Es por eso que el PCOI lucha directamente por el comunismo hoy.

¡Dediquemos este Día Internacional de la Mujer Trabajadora – y todos los días – a utilizar Bandera Roja y nuestro folleto La Lucha Comunista Contra el Sexismo  para luchar por el mundo comunista que necesitamos!

Primera página de esta edición

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