Leyes Antiaborto: Sexismo, Religión y Fascismo

El Comunismo Lucha por la Vida de Todos los Trabajadores y Nuestros Niños

EE. UU. – “No aplica al embrión en el laboratorio “, dijo un patrocinador de la nueva ley antiaborto de Alabama. “No es en una mujer. Ella no está embarazada”.

Obviamente, las recientes leyes antiaborto no son para “proteger la vida por nacer”. Nadie debería ser engañado por ellas.

Ni siquiera reducirán los abortos. Las mejores maneras de hacer esto son (1) control de la natalidad disponible libremente y (2) apoyo material para las nuevas madres y los bebés. Las fuerzas “anti-aborto” se oponen a ambos.

El comunismo hará estas cosas y mucho más. Responsabilidad colectiva del cuidado infantil. Albergue, alimentación, asistencia sanitaria según la necesidad. Toma colectiva de decisiones sobre cómo cada persona puede contribuir mejor a la producción. Eso incluye ayudar a las mujeres a tomar decisiones sobre la maternidad.

Ver más artículos sobre esto en el enlace:   icwp.org/ssxs/

¿Por qué estas leyes anti-aborto ahora?

Algunos gobernantes estadounidenses quieren más control gubernamental sobre las mujeres, especialmente sobre su reproducción. Esto es parte de una tendencia fascista: vigilancia más intensiva y represión de las masas.

Los políticos antiaborto promueven la misoginia (odio a las mujeres), la religión y la anticiencia. Esta ideología sexista y fascista divide a la clase obrera. Hace más que veamos la necesidad de destruir el capitalismo y toda la sociedad de clases.

Esta es la otra cara de la racista “teoría del reemplazo”. Los políticos antiaborto quieren forzar a las mujeres blancas a tener más bebés blancos para “hacer que EE.UU. vuelva a ser blanca”.

Los políticos más extremistas de los “talibanes estadounidenses” llaman abiertamente a que Estados Unidos se convierta en una teocracia cristiana.

Mientras tanto, otra facción gobernante de EE.UU. canaliza con entusiasmo la ira masiva anti-sexista y antifascista hacia la política sin salida del Partido Demócrata. Su ideología feminista liberal también oculta nuestra necesidad de destruir el capitalismo, y toda la sociedad de clases.

Una comprensión comunista masiva del sexismo y cómo acabarlo es más importante que nunca.

El sexismo y la religión se desarrollaron con la propiedad privada y la sociedad de clases.

Los primeros cazadores-recolectores no tenían religión como existe en la actualidad. Deducimos esto de las sociedades de cazadores-recolectores que existieron hasta bien entrado el siglo 20.

La gente comunista preclases era “animista”. Pensaban que todo, no solo las personas, tenía un espíritu.

La mayoría tenía chamanes. Estos hombres y mujeres fueron reconocidos socialmente como curanderos, solucionadores de problemas y líderes de rituales que promovían la cohesión social.

Las personas inmersas en la religión describen el animismo y los chamanes como “religión” y “sacerdotes”, pero esto es incorrecto. La religión no es parte de la “naturaleza humana”.

El comunismo preclases tenía cierta división del trabajo entre las personas que tenían y amamantaban a los niños y las personas que no lo hacían. Las mujeres reunían la mayor parte de la comida que todos necesitaban. Los hombres eran más a menudo cazadores.

Pero el trabajo de nadie se valoraba más o menos que el de otra persona. En general, todos los adultos participaron en la toma de decisiones de la comunidad, en solucionar problemas y en rituales.

Las creencias religiosas en la existencia de altos dioses (creadores, jueces) no surgieron en todas partes. Cuando lo hicieron, reflejaron las estructuras sociales y políticas de la sociedad de clases.

No sabemos exactamente cómo surgió la sociedad de clases, cuándo y dónde sucedió. La evidencia de la gente de Kung San, entre otras, contradice la explicación habitual. Pudieron recolectar más de lo que necesitaban para subsistir, pero siguieron siendo una sociedad sin clases. Además, no sabemos por qué fueron los hombres que principalmente se convirtieron en dueños de propiedades.

Pero el sexismo con toda seguridad surgió junto con la propiedad privada, la familia y el estado. El monoteísmo patriarcal (“Dios el padre”) reflejó estas instituciones.

Los dueños masculinos de propiedades querían pasar sus posesiones a sus hijos. Para ello, tenían que controlar a las mujeres y su sexualidad. Con el tiempo, el cristianismo, la base ideológica de la sociedad feudal europea, proporcionó la excusa más desarrollada para lograr esto.

La base material del feudalismo era la propiedad privada de la tierra y el control sobre los siervos a quienes obligaban a trabajar en ella. Pero este sistema de explotación brutal contenía las semillas del capitalismo.

Los emergentes capitalistas europeos derrocaron las instituciones feudales e incorporaron a los señores feudales en sus filas. Crearon su propio sistema de explotación brutal y racista basado principalmente en la propiedad privada en dinero.

Como con cualquier transformación cualitativa, sin embargo, el nuevo sistema conservó muchos aspectos del antiguo. Por ejemplo, mantuvo una forma anterior de explotación, la esclavitud, en una nueva forma.

Los esclavistas racistas capitalistas dieron un nuevo giro al control de la sexualidad de las mujeres. Violaron rutinariamente a las esclavas y vendieron a sus hijos/as por dinero en efectivo.

En algunos lugares, las relaciones sociales feudales persisten en el siglo 21. Incluso la esclavitud todavía existe.

El capitalismo creó su propia ideología, pero aún conserva aspectos del pensamiento feudal, especialmente la religión. Cuando el imperialismo europeo conquistó lugares semifeudales como la India y la región del Golfo Pérsico, añadieron su cristianismo a otras religiones sexistas como el hinduismo y el islamismo.

El comunismo acabará con el capitalismo y, con ello, todas las formas de propiedad privada. “Negará” (abolirá) la sociedad de clases, la cual a su vez “negó” el comunismo preclases. Pero esta “negación de la negación” creará una nueva forma de comunismo altamente consciente, en vez de simplemente resucitar al antiguo.

El comunismo que construiremos destruirá la base material del sexismo y la religión. Apreciaremos la vida de todos y trabajaremos en el aquí y ahora.

Pero nuestro nuevo sistema también preservará aspectos de lo viejo. Tendremos que luchar ferozmente para erradicarlos.

Movilizar a las masas para el comunismo significa más que prepararse para la insurrección armada contra los capitalistas. También significa luchar ahora por formas de pensar y relaciones sociales comunistas.

Es un gran error responder a los teócratas cristianos y sus leyes antiaborto con el reformismo liberal. Estas iniciativas fascistas reflejan la realidad más profunda del declive del imperialismo estadounidense y del capitalismo mundial en crisis.

Y es por eso que una lucha comunista masiva contra el sexismo es más importante que nunca.

Primera página de esta edición

Print Friendly, PDF & Email