Letter from India:
Soy un nuevo miembro del PCOI. Tengo 21 años de edad, soy estudiante universitario. Empecé a leer Bandera Roja hace como dos años.
Mis padres estaban en el viejo movimiento comunista. Cuando era niño, vi su dedicación de cambiar el mundo. Eran muy sencillos y tenían muchos amigos. Nuestra casa siempre estaba abierta a todo mundo. Sin embargo, se sintieron muy decepcionados cuando se dieron cuenta hace mucho tiempo que el Partido Comunista de la India había abandonado el camino de la revolución armada a favor de una revolución democrática pacífica.
En mis años infantiles agonizaba por su dolor. Yo quería luchar por una revolución que destruyera a nuestros opresores para siempre. Yo quería un verdadero partido comunista que nunca abandonaran la destrucción total y completa del capitalismo. Había visto horrendas atrocidades en mi pueblo por parte de los terratenientes. Desde violar mujeres hasta asesinatos, eran despiadados, poderosos. Decidí que yo quería acabar con este sistema. Fue entonces cuando encontré a
Bandera Roja y el PCOI.
Hoy les escribo a ustedes, camaradas, porque quiero hacerles saber que el PCOI está vivo y creciendo en medio del fascismo. Estamos organizando en el área donde las obreras trabajan en las plantaciones de té. Después de la reelección del fascista de Modi, los propietarios han desatado su terror sexista. Las obreras son sometidas a un registro físico al ingresar a la plantación. El registro lo hace un capataz sádico.
Decidimos organizar a los trabajadores para rechazar esta práctica humillante. Empezamos a hablar del comunismo y de cómo vamos a acabar no sólo con los patrones sino con toda forma de sexismo. Les dijimos a los trabajadores que nuestro camino es difícil, pero que no debemos dejar de luchar. Vimos que muchas trabajadoras estaban dispuestas a luchar. Algunos temían más represión. Pero nuestras palabras se extendieron como un fuego salvaje.
Cuando los patrones se enteraron de que estábamos listos a confrontarlos trajeron a sus matones armados. Nosotros también nos enteramos de sus planes. Decidimos difundir nuestras ideas más profundamente y más lejos.
Ahora cientos de obreros – mujeres y hombres, hindúes y musulmanes – se identifican con nosotros. Se comprometieron a defendernos. Los matones fascistas se han retirado por ahora. Pero esperamos un contraataque. Nuestra respuesta es movilizar a las masas para el comunismo. ¡Únanse a nosotros, camaradas, en cantidades! ¡AHORA.!
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