EE.UU.: Defendamos a los Niños Inmigrantes Encarcelados: Ellos Son Nuestros Niños

 

SEATTLE (EE. UU.), 12 de julio: Camaradas fueron esta noche a la vigilia pro inmigrantes en el Martín Luther King, Jr. Memorial Park. Era una de las muchas vigilias “Luces de la Libertad” en todo Estados Unidos y en otros países que movilizaron a decenas de miles de personas indignadas por el encarcelamiento de inmigrantes, especialmente de niños, por parte del gobierno de Estados Unidos.

Elegimos esta vigilia en vez de la más grande en el centro de la ciudad porque queríamos conocer ver a amigos que ya conocíamos en el área. Salió tal como esperábamos.

Nos encontramos con amigos y para darles seguimiento organizamos eventos sociales-políticos. Distribuimos como 70 folletos del PCOI “Luchemos Por el Día en que Ningún Trabajador Será Llamado Extranjero”, junto con Bandera Roja, a los aproximadamente 200 asistentes. Nuevos contactos nos invitaron a sus reuniones políticas y carne azadas. Nosotros hicimos lo mismo.

Muchos hicieron la conexión con el fascismo y la Alemania nazi anterior a la Segunda Guerra Mundial y estaban abiertos a nuestra literatura comunista. A la gente le gustó cuando un camarada dijo que los comunistas no creen en muros, fronteras o naciones.

Pero entonces algo inesperado sucedió. Una mujer, que pasó mucho tiempo hablando con un camarada, dijo que si viéramos a esos niños encarcelados como si fueran nuestros, estaríamos empuñando las armas. Ella todavía no estaba lista para una revolución, pero esto no era el pacifismo que pensábamos que predominaría.

Esto planteó un montón de preguntas que los camaradas comenzaron a discutir después. Hasta cierto punto, bajo el comunismo veríamos a todos los niños de la clase obrera como nuestros “propios” niños. ¿Cómo funcionaría esto? Los trabajadores de las maquilas de El Salvador han escrito a Bandera Roja sobre cómo comparten la responsabilidad de los niños para que camaradas y amigos (especialmente mujeres) puedan participar en el trabajo político.

El capitalismo nos separa. Los padres tienen casi toda la responsabilidad del bienestar de sus hijos. Es fácil culpar a los padres de familias por el horror que el capitalismo impone a los niños de la clase trabajadora, especialmente a los de otro país o “raza”. La compasión (aunque sea bien intencionada) es pobre sustituta para la solidaridad comunista.

En las próximas semanas continuaremos estas discusiones con amigos en el trabajo y la escuela y con los que nos reunimos el viernes. Pedimos a nuestros lectores que nos ayuden con sus ideas.

Los Ángeles (EE. UU.), 12 de julio: Estábamos enfurecidos. “¡Cierren los campos de concentración! ¡Nunca jamás significa ahora!” Pero el accionar colectivo nos inspiró a hacer más. “Fue un despliegue asombroso de unidad”, comentó una camarada. Era parte de nuestro grupo que distribuyó más de 300 copias de Bandera Roja y 65 panfletos entre miles de manifestantes frente a la prisión federal de inmigración. “Recordando las luces que aparecieron en las ventanas dentro del centro de detención en respuesta a nuestras velas y cantos, me conmoví”, reportó un amigo. “Escuché ruidos provenientes del centro de detención. ‘¡Estamos aquí! Los vemos. Por favor, recuérdennos’”. Jóvenes pintaron en la calle un gran rótulo que decía “No están solos.”

San Diego, USA: pancarta “¡No Fronteras! No Naciones! No Cárceles de Migrantes! No al Racismo! !Luchemos para el Comunismo! PCOI”

Watsonville, CA (EE. UU.), 12 de julio: Un camarada y un amigo discutieron que es lo que harian en la vigilia “Luces para la Libertad”. Llevaron literatura comunista para hacer contactos para el PCOI. Al día siguiente, llamaron a cada una de las seis personas que contactaron allí para hacer planes para reunirse. 

Primera página de esta edición

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