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Covid-19 Es Cuestión de Clases Sociales
EL SALVADOR: Un obrero nos relata, “Estoy con fiebre, pero así tengo que ir a la fábrica, me tomo una pastilla para la calentura y adentro”, dentro de la fábrica, se han muerto ya unos obreros, “hay grandes probabilidades que nos contagiemos todos de COVID-19”.
En el sistema comunista ninguna obrera u obrero trabajará si está enfermo, no se dependerá de un miserable salario, se producirá en base a lo que se necesite. Cuando la salud de la clase obrera se vea amenazada como hoy, se tomarán todas las medidas necesarias para evitar poner en riesgo sus vidas.
“¿Qué personas trabajadoras tienen la opción de quedarse en casa y no ir a trabajar? Es claro que la clase trabajadora no” concluye un líder obrero.
En las maquilas no hay oportunidad de guardar distanciamiento en el trabajo, es estar ahí o morir de hambre, cómo menciona una costurera de Los Ángeles en Bandera Roja, que no dejaban de ir por la necesidad de trabajar, por el miserable salario que recibimos y que permite sobrevivir un día más, para seguir siendo esclavos del patrón.
Como obreras y obreros consideran que esto es una situación de clase, ven funcionarios de gobierno que dicen estar con la enfermedad, se aíslan y se atienden en sus casas, con medicinas caras y médicos las 24 horas.
Pero al final del túnel capitalista esta la luz Comunista. Se está consolidando una base del Partido Comunista Obrero Internacional (PCOI) en el centro de explotación donde estos obreros trabajan por el bien de nuestra clase obrera. Cada día buscan la oportunidad de hablar con los compañeros y decirles que se necesita organizar nuevos colectivos del Partido en la fábrica, en la comunidad e incluir a las familias.
Todos debemos tener acceso a todas las atenciones para nuestra salud, no solo unos cuantos privilegiados. Pero, esto será posible solo en el sistema Comunista. El virus le puede llegar a cualquier persona, pero no a todos les afecta por igual. Las condiciones de vida de los obreros y patronos son diferentes. Esto explica la contradicción dialéctica entre la vida de los patrones y las vidas extremadamente pobres de la clase obrera. El lujoso vivir proviene de las ganancias que exprimen de nuestro sudor.
Generalmente cuando un trabajador o trabajadora de la fábrica enferma, es enviada a su casa, sin salario. Sus viviendas no tienen los mínimos requisitos para aislarse y no contagiar al resto de la familia. Los barrios y colonias pobres tienen la mayor probabilidad de enfermarse, muchas de estas no cuentan con los servicios de agua potable.
Los obreros no tienen acceso a pruebas de COVID-19, mucho menos a atención médica. Pero si podemos organizarnos para que esto cambie, no con elecciones y cambio de presidentes, sino destruyendo este sistema capitalista que es lo más podrido, cruel e injusto que le ha tocado vivir a la humanidad, y organizarse por el sistema comunista.
Pero esto no siempre será así. El sistema comunista hará un mejor manejo de estos problemas de salud. Se trabajará intensamente en la prevención, las comunidades estarán altamente organizadas en colectivos que estarán pendientes de las personas. Nos cuidaremos unos a otros.
Nuestro periódico Bandera Roja ya está listo para ser repartido a cuanto trabajador podamos.
Ingresa al PCOI y lucha por el comunismo. Esta es nuestra opción.
Capitalismo Sacrifica Vidas Humanas
“El Hospital El Salvador es una pantomima. Un show del gobierno. Allí no están atendiendo casos graves de Covid-19, sólo casos leves, a los cuales les dan de alta en un par de días. Luego sacan fotografías para la prensa”, me dijo un doctor de un hospital público.
“Tenemos que cuidarnos. Si un médico o una enfermera mueren por Covid 19 no hay auditoría de esa muerte. Es decir no pueden determinar si la causa de muerte fue no usar equipo de protección personal adecuado. Para tratar pacientes con Covid-19 este equipo debe ser de nivel 3. Aún así, se corre el riesgo de infectarse, como ha sucedido en el Hospital Regional Del Instituto Salvadoreño del Seguro Social en el Oriente de El Salvador”, le respondí.
Ya perdí la cuenta de cuantos médicos y enfermeras han muerto. Aquí todos los días muere gente por Covid-19: trabajadores de limpieza, conductores de ambulancia y recepcionistas de la red de hospitales públicos.
Hay un problema en los hospitales. Están faltos de más medicamentos e insumos médicos que antes. Es una realidad desalentadora. No hay equipo suficiente y adecuado para proteger a todos los trabajadores de salud
Hay una división enorme entre aquellos que piensan que el presidente Bukele está luchando por los trabajadores de la salud, aun en contra la Asamblea Legislativa, y aquellos que se han desilusionado de un gobierno burgués, que a un año de entrar en el poder ha desilusionado a través de sus tácticas populistas y sensacionalistas.
Estamos con un gremio de trabajadores de la salud dividido entre aquellos que están desilusionados y aquellos que aún confían en el gobierno. Este nos condenó a la muerte en medio de su improvisación a enfrentar una pandemia de esta proporción, sin un hospital de referencia para atender los casos graves de Covid-19. Esto ha saturado la red de hospitales y unidades de salud. EL Pabellón del CIFCO en San Salvador es cualquier cosa menos un hospital mientras el Hospital Rosales y los hospitales del ISSS en San Salvador están al borde del colapso.
¿Qué hacer? Ciertamente nuestro enemigo nos tiene desconectados. Nuestro primer paso como comunistas del PCOI es acércanos a nuestros colegas en el trabajo en la unidad de salud o el hospital y hablar para que den inicio a discusiones políticas. Entregar nuestro periódico Bandera Roja a aquellos que estén ya listos para recibirlo y darle seguimiento sea uno o diez trabajadores de la salud. Manteniendo contacto con nuestras células comunistas del Partido Comunista Obrero Internacional evitamos consumirnos en el sin fin de actividades que estamos condenados a hacer para sobrevivir día a día.
Cada día más vidas de obreros están en peligro por un sistema que no vacila en sacrificar vidas humanas. De nuestra práctica y errores aprenderemos, pero es necesario mantenerse en movimiento hacia la revolución comunista.
Camarada de la Salud, en El Salvador