Los Ángeles (EE. UU.): 50 Aniversario de la Moratoria Chicana

Camaradas Veteranas Llevan Mensaje Comunista al 50avo aniversario de la Moratoria Chicana

Treinta mil personas se reunieron el 29 de agosto de 1970 en el Este de Los Ángeles, un barrio predominante de clase obrera latina. Protestaban la conscripción militar obligatoria racista y la política militar racista respecto a la guerra genocida de Vietnam. Los soldados con apellidos latinos (en su mayoría puertorriqueños y México americanos) conformaban el 19% de los soldados estadounidenses muertos, mientras que estos grupos eran solo el 12% de la población estadounidense.

Esto, mientras que el movimiento masivo anti-guerra en las calles se había extendido a motines de soldados estadounidenses en Vietnam y las rebeliones antirracistas en las comunidades negras en todo EE. UU. se habían extendido a las cárceles del ejército de EE. UU. en Vietnam.

Tres miembros fundadoras del PCOI marcharon en esa “Moratoria Chicana”. Eran miembros de una generación de estudiantes, soldados y trabajadores que lucharon por la política comunista dentro del masivo movimiento anti-bélico pacifista estadounidense.

Marcharon con 200 obreros y estudiantes chicanos, negros y blancos organizados por el Partido Laboral Progresista. Este contingente llamó por el “socialismo revolucionario, como la única respuesta a la guerra, la opresión racista en casa, el terror policial, los trabajos miserables, los salarios bajos y cualquier otra forma de opresión que enfrentamos en manos de los patrones”. Presentó “la necesidad de aplastar el racismo y el nacionalismo, y construir un movimiento unido y combativo de toda la clase obrera”.

Los carteles y pancartas bilingües decían: “¡Aplastemos el Racismo, Herramienta Patronal!” “¡Apoyemos Todas las Luchas Obreras!” y “¡Estados Unidos Fuera del Sudeste Asiático Ahora! ¡No Acuerdos!” Otras 150 personas en las aceras se unieron al contingente.

Distribuyeron el periódico del PLP, lleno de artículos sobre las luchas contra la guerra en las bases del ejército estadounidense en Washington, California y Nueva Jersey. El periódico reportó sobre las luchas de los trabajadores contra el racismo y la explotación en las fábricas, escuelas y hospitales en EE.UU. y en todo el mundo.

Después, cuando los manifestantes se sentaron en el césped de un parque escuchando a los oradores, los Sheriffs (alguaciles) de Los Ángeles los atacaron brutalmente. Mientras que el liderazgo nacionalista vendido pidió a la gente que se sometiera, los manifestantes inmediatamente comenzaron a contraatacar. Una batalla, que comenzó con piedras y botellas y terminó con gases lacrimógenos, rugió en las calles del Este de Los Ángeles toda la tarde.

La pandilla asesina conocida como Los Sheriffs de Los Ángeles asesinó a tres trabajadores ese día, incluido el periodista Reuben Salazar, que criticaba a la policía y los alguaciles en el periódico Los Ángeles Times. Doscientas personas fueron arrestadas.

Los nacionalistas trataron de culpar a PLP de la pelea. Pero decenas de policías en formación atacando a la multitud demostró que se trataba desde el principio de un plan premeditado de la clase dominante.

El 29 de agosto de 1970 fue la primera rebelión estadounidense comenzada por un ataque a una marcha masiva contra la guerra. Mostró el miedo que tenía la clase dominante de EE.UU. por el potencial revolucionario de los trabajadores y la juventud.

Cincuenta años después, los camaradas, incluidos dos veteranas de la Moratoria de 1970, distribuyeron Bandera Roja a la marcha del aniversario. Nuestro periódico explicó las ideas comunistas en relación con las luchas de los trabajadores y los conflictos imperialistas en todo el mundo. Hizo un llamado a los manifestantes a integrarse a la lucha comunista.

Los manifestantes estaban enojados por los ataques racistas contra trabajadores latinos y negros, incluido el terror policial racista y las muertes por Covid-19. Los carteles recordaban a AJ Weber, asesinado por alguaciles en 2018, y Andrés Guardado, a quien los alguaciles acribillaron por la espalda este verano.

Los líderes de esta marcha, como los de hace 50 años, clamaron por el “Poder Chicano”. Pero los vendidos nacionalistas del pasado han hecho de lado su disfraz revolucionario. Ahora ellos son los politiqueros y burócratas México-americanos que administran el sistema patronal en el Este de Los Ángeles.

Hemos aprendido mucho en 50 años. Ahora sabemos que el socialismo no conduce al comunismo. Luchamos contra el imperialismo, el racismo y el nacionalismo movilizando a las masas por el comunismo.

Los manifestantes, jóvenes y mayores, dieron la bienvenida a la participación de los camaradas del PCOI. Tuvimos buenas conversaciones sobre el comunismo y la necesidad de la revolución. Muchos saludaron nuestras pancartas. Tomaron todas nuestras copias de Bandera Roja. Están hambrientos de la unidad de la clase obrera que necesitamos para deshacernos de una vez por todas de este sistema capitalista asesino.

Yo era una Jovencita Durante La Moratoria Chicana de 1970

El movimiento contra la guerra me encontró cuando tenía casi catorce años, en la escuela secundaria en un barrio de clase obrera de Los Ángeles, California. La guerra en Vietnam estaba en pleno apogeo, reclutando a todos los jóvenes que se habían graduado de la escuela secundaria y no estaban en la universidad. Algunos, de sólo dieciséis o diecisiete años, se inscribieron antes de terminar la escuela. Muchos no se sentían tan conectados con el “deber patriótico”. Pero era considerado honorable y “varonil” alistarse.

Desde 1968, los estudiantes chicanos (México-estadounidenses), algunos inspirados por la lucha de los obreros agrícolas, habían estado participando en huelgas contra el racismo en las escuelas secundarias. Yo había marchado en un par de protestas en nuestra escuela secundaria local. Escuché discursos sobre la gran cantidad de soldados negros y latinos que morían Sen comparación con el porcentaje de la población estadounidense que conformábamos.

Muchos de los jóvenes regresaron de la guerra adictos a la heroína, o fumando tanta marihuana, que estaban casi discapacitados. Al ver esto, a pocas cuadras de mi casa, en mi escuela primaria y nuestro parque de recreo, me impulsó a la acción. ¡Por supuesto, esta era una guerra injusta e innecesaria! Por supuesto, todo era injusto, las cifras, la conscripción militar obligatoria, la falta de avance educativo para los jóvenes no blancos, ¡tirando a esto veteranos enloquecidos por las bombas sobre sus padres y hermanos proletarios!

Encontré un centro cercano llamado Comité Organizador de la Moratoria. Los hombres que dirigían las cosas me miraron con desconfianza: una voluntaria muy joven y ansiosa. Me dieron de compañero a un joven adolescente, me entregaron un portapapeles y me dieron un breve discurso de muestra.

Las metas del Comité Organizador de la Moratoria eran dos: educar a la población local sobre la realidad de que los soldados pobres o de la clase trabajadora asumían la mayor parte de los combates y de las muertes, a miles de kilómetros en las selvas asiáticas; y solicitar un permiso para tener una protesta masiva el 29 de agosto de 1970.

No pude marchar ese día, pero fue el comienzo de toda una vida de organizar. ¡Estuve feliz de ayudar a distribuir Bandera Roja en la marcha del 50avo aniversario!

Primera página de esta edición

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